14 junio 2007

Misión "Destrucción"

La nación venezolana atraviesa por la peor agresión a la inteligencia que sociedad alguna haya podido tener en los últimos 200 años, hallándose totalmente desprotegida ante la horda de vándalos que la desgobierna, en una suerte de "misión Atila". Presumo que ejecutar el mandato popular con la diligencia que debería tener un buen padre de familia es demasiado pedir al desgobierno, ya que los hechos evidencian que el desorden de los últimos 8 años está perfectamente organizado. Así las cosas, sería realmente preocupante, y hasta patológico, que un padre de familia planificara la hambruna de sus hijos y de su esposa, la quema de la vivienda familiar y el arrase de los chécheres de la casa, tal y como ha venido haciendo el desgobierno, desde 1999, con el pueblo venezolano. Contrariamente, se esperaría de un buen padre de familia que propiciara un ambiente de armonía y amor que permitiera que las relaciones familiares estuviesen fundamentadas en la igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes.

Cito a Rodolfo Schmidt (http://blogs.noticias24.com/rodolfo/?p=164), quien recientemente transcribió el ideario de los neo-atilas (e.g., "Plan ULA-Chávez"), una parte del cual reza presuntamente así: "Escogeremos inexpertos en el arte de gobernar". Si éste es el desiderátum, definitivamente debemos felicitar a los "líderes de la destrucción" por haber alcanzado su objetivo. Mejor imposible, ya que los organismos públicos están siendo "dirigidos" por inútiles, a quienes lo único que les interesa, además de su expeditiva e injustificada riqueza, es el destrozo paulatino de la Venezuela que encontraron en 1998, que definitivamente tenía defectos pero era amplia y llena de oportunidades y esperanzas para todos. Los neo-hunos lograron en 8 años, lo que los adecos, los copeyanos y Caldera no consiguieron en 40 años de democracia: destruir a Venezuela.

Debemos oponernos a estos déspotas que tienen un camuflaje de amorosas palomitas. Debemos desenmascarar el caótico interés de quienes pregonan que es bueno ser pobre, cuando la tendencia normal/sana del ser humano es mejorar su nivel de vida. Un buen padre de familia vuela alto para ver lejos, y aspira, al menos, introducir a su familia a la clase media, garantizando educación a sus hijos para que puedan ascender socialmente. Un gobierno honesto, creativo y "buen padre de familia" habría ya puesto a Venezuela en el mundo de la modernidad, usando con experticia y pulcritud la millonada inimaginable de dólares que ha entrado al país en los últimos 8 años. Si estuviésemos gobernados por gente creativa y democrática, hoy Venezuela debía estar atiborrada de: (i) viviendas para todos los venezolanos (cero rancho, cero indigente bajo un puente, cero niño de la calle); (ii) hospitales públicos modernos y con tecnología de punta, circunscritos a un sistema socializado de salud; (iii) carreteras con morocotas de oro; (iv) eximias escuelas, tecnológicos y universidades; y (v) fábricas botando humo diariamente por sus chimeneas, fuentes de trabajo para los millones de venezolanos planificadamente desempleados. Todo habría sido fácilmente realizable desde 1999, si hubiese habido la intención de hacerlo, pues dinero ha sobrado.

Definitivamente, es inaplazable el momento de notificar el despido a los destructores de la nación. Venezuela: tú decides.


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