24 junio 2007

Solos, solitos

Vista la rigurosa asepsia del juez Garzón en su conferencia en Conindustria, tal que ha podido decirla en Corea del Norte o Kazastán, las reacciones del gobierno sólo se explican porque al Presidente ya no le importa el resto del mundo. Después del cierre de RCTV, Chávez ha "marcado distancia" no sólo de España, sino de la Unión Europea, Brasil, Chile, la OEA y hasta de la Cruz Roja si por él fuera.

El aislacionismo aparece como una característica distintiva del Socialismo del Siglo XXI. Los socialismos del siglo XX estaban unidos, muy unidos, a los deseos más íntimos de Stalin o Breznev, so pena de la invasión soviética al estilo de Hungría y Checoslovaquia o a la represión de Solidaridad en Polonia. Sin embargo, la Unión Soviética era una superpotencia, cubría con su paraguas nuclear y prestaba importante ayuda financiera mientras pudo.

Nuestros nuevos aliados son Nicaragua y Bolivia, que por más virtudes que tienen sus pueblos son países pobrísimos en influencia internacional, poderío militar y dinero, desolados el primero por Somoza y el sandinismo, en ese orden, y el segundo por la exclusión sistemática de su mayoría indígena. Cuba es nuestra colonia, por más que a veces parezca lo contrario, desolada por el embargo y Fidel, no se sabe en qué orden. Argentina y Brasil, nuestros amigos más importantes, cuya cercanía era un logro innegable de la diplomacia venezolana, han hecho ascos del ya desembozado autoritarismo de Chávez.

En vez de líder del Tercer Mundo, Venezuela pasará brindar los tragos de una peña de amiguitos, esos sí hijos de papá y mamá, o sea, papá Chávez y mamá Pdvsa. Porque sin los reales la revolución bonita deja de ser, sin las mesadas suculentas que reciben los gobiernos de Evo, Fidel, Daniel y los demás hace tiempo que se hubieran entregado en los munificentes brazos del FMI y el Banco Mundial; como la novia de Wolfowitz, Ortega vive en los dos mundos, como debe ser. Si en algún momento el Presidente dio esperanzas de un cambio cultural, de una legitimidad no clientelar por primera vez en veinticinco años (como este lugar reconoció por allá en el 2002: "con hambre y desempleo con Chávez me resteo"), las misiones en lo interno y la regaladera internacional lo han relegado al triste papel del compinche con dinero, compinche mientras tenga.

Nuestro mundo se achica a cambio de casi nada.

Gustavo Linares Benzo
El Universal
glinarescjlegal.net

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