15 julio 2007

La perversión del socialismo

La mayoría de los socialistas que conozco se quedan en la parte "bonita" de la ideología, esa que le robaron al cristianismo y que habla de la solidaridad, de la justicia, de la igualdad y del amor entre hermanos… se trata de personas básicamente buenas, con sensibilidad social, no me siento muy diferente a ellos, creen en el trabajo, algunos son empresarios exitosos, tienen buenas familias y un patrimonio, les preocupa la inseguridad, la inflación, los retardos para conseguir los dólares por parte del gobierno, algunos tienen hijos viviendo y estudiando en el imperio. Son chavistas por otras razones, les gusta tener a un líder fuerte, se saben parte de un grupo nacionalista, que conforman (según ellos) una "mayoría política" y sienten que están mandando, combinando el socialismo y el chavismo, estos venezolanos creen que una bota militar puede imponer las soluciones necesarias a los males sociales del país.

Lo que 90% de los socialistas y chavistas ignoran (a veces haciéndose los locos) es que la ideología que comparten es, en primer lugar, perversa, ya que para lograr sus objetivos políticos se montan sobre el tema de la miseria humana y trafican con ella como si fuera moneda de cambio. El socialismo pesca en el mar de las necesidades insatisfechas de los débiles y menesterosos, se alimenta de la esperanza de los sectores más vulnerables de la sociedad, de los que no pueden hacerse cargo de sus propias vidas, para ellos, promesas de un mundo mejor, discursos para cuando los pobres sean dueños del poder, con estos ofrecimientos, los socialistas sólo desean alcanzar el éxito electoral y una vez allí, mantenerse a fuerza de más promesas y falsificaciones de la realidad. ¿Por qué necesitarían falsificar la realidad? Porque un Estado manejado por ignorantes, damnificados, militares, analfabetas y excluidos sólo tiene un resultado posible: el fracaso, el caos, la corrupción y la violencia.

Los socialistas viven de sueños rotos, de las desgracias ajenas, de las desigualdades o de lo que es lo mismo, de las asimetrías… y cuando digo viven de, entiéndase, las necesita, se nutre de ellas y lo peor que pudiera pasarle a un sistema socialista, es que esas desigualdades desaparezcan.

Jamás le crean a un socialista si les dice que van a solucionar o disminuir el problema de la pobreza, si lo hicieren no tendrían razón para vivir, sería como ese hombre cuyo negocio es vender pipetas de aguas, de puerta en puerta y de pronto le construyen un acueducto al barrio.

Los socialistas y sus gobiernos lo que hacen es provocar más miseria e inseguridad, arruinan las economías y obligan a la población a depender del Estado, a vivir de los discursos de sus políticos que lo que hacen es seguir prometiendo un mundo mejor, y pasan los años y el paraíso no llega, pero ellos insisten, está a la vuelta de la esquina, si no tenemos la felicidad y la igualdad es por culpa del imperio, de los oligarcas, de los golpistas… mientras tanto, esos políticos socialistas viven a cuerpo de rey, con privilegios, grandes sueldos, rodeados de lujo, mientras le exigen sacrificios al pueblo que espera pacientemente a que un día les toque la oportunidad a ellos. Y los socialistas venezolanos lo han hecho muy bien, nunca el país tuvo la oportunidad de disfrutar de precios del petróleo a niveles tan altos, pero han hecho que la pobreza aumente, la economía productiva está en ruinas y la calidad de vida del país está en el suelo, lo que están es preparando su base electoral de menesterosos que hagan del líder el Rey de los pobres.
Pero además de perverso, el socialismo es inhumano, porque pretende hacer del hombre algo que no es, la función de los gobiernos socialistas es quitarle la cualidad de personas a la gente, suplantar al individuo por la colectividad, al yo por el nosotros, a la familia por la comuna. El egoísmo, esa cualidad que según muchos biólogos y expertos en el comportamiento humano, es lo que le proporciona al ser humano capacidad de sobrevivencia, de superación, de triunfo sobre las adversidades, el egoísmo es lo que hace que cada persona sea diferente, con una personalidad distinta, con motivaciones e intereses propios, eso es lo que los socialistas quieren acabar, y para ello atacan a la propiedad privada, a la intimidad de las personas. Una sociedad socialista es lo más parecido a una colmena de abejas o a un hormiguero, lo que menos quieren es una sociedad de hombres libres que puedan desenmascarar las mentiras socialistas, los insectos tienen una función predeterminada, un lugar asignado en sus colonias y viven y mueren por el grupo, obedecen el orden establecido y jamás critican o se rebelan.
El Estado es convertido por los socialistas, no en una creación cultural del hombre para servir a la sociedad y poder darse un gobierno para el interés general, sino en un Dios que amerita pleitesía y adoración por parte de los ciudadanos, se trata de un horrible constructo que por medio del terror y la dádiva gobierna sobre los hombres y exige ser servido, el Estado socialista debe ser visto como un monstruo devorador de almas, con una burocracia insensible y déspota que se encarga de administrar la miseria, de que todos permanezcamos en estado de dependencia y que nada podamos hacer sin antes tramitar permisos, pagar extorsiones y suministrar información, de esta manera se logra esa relación de usuarios (ciudadanos) y prestadores de servicios (Estado y sus dependientes) que es la fórmula para que todo, absolutamente toda pertenezca al Estado y esté controlado por el Estado.

Los socialistas pretenden suplantar la iniciativa individual por las necesidades grupales, para ello igualan a todo el mundo con el más ignorante, desposeído y miserable de la sociedad, desconociendo méritos, habilidades, esfuerzo y talento, de allí a que cualquiera pueda pretender ser médico, canciller, comunicador social, banquero o general, por eso es que las sociedades socialistas se derrumban en medio de un baño de sangre y de terribles hambrunas, cuando la ignorancia y la superstición se hacen con un país, nada importa sino el contento del líder y la felicidad irracional de la turba. De allí que ser pobre es bueno y ser egoísta es malo.

Manipulando los peores y más bajos sentimientos del hombre como son la envidia y el resentimiento, los socialistas venden su ideología tras la siniestra fachada de "Justicia Social" que nada significa sino promesas vacías, y que se traduce en su más embrutecedor canto: Patria, socialismo o muerte.

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