27 agosto 2007

La Mole Roja

La idea es que pensemos que el final de la película está escrito y que nada, ni nadie, podrá hacer un cambio en un guión que "por el bien de todos", pero sobre todo de "él" y por el fin supremo de algo etéreo como la consecución del socialismo del siglo XXI está designado para nuestro futuro y el de nuestros hijos¿ Eso será así y mientras más rápido mejor. Soplar y hacer botella, pues. Ya "todo" está cocinado y los "poderes independientes" alineados en el mismísimo y único proyecto.

El Ejecutivo le ordena al Legislativo, este al Electoral, el Judicial dice amén y no dirá "si esta boca es mía" ante cualquier "revire" de algún alzadito o soñador que se le ocurra pensar que puede haber "otra interpretación jurídica" y el Poder Moral, ocupadísimo buscando sombras en las paredes porque aquí si algo se defiende son los derechos humanos y si algo que se combate de frente es la corrupción.

Así las cosas, la Reforma Constitucional nos espera en menos de tres meses en la bajadita, para iniciar el 2008 como el primero de la Historia.

Lo que hemos visto hasta ahora será sólo la transición, porque ahora sí vamos a saber cómo se baila el joropo, quién zarandea el trompo en la uña y la puesta en práctica de toda aquella teoría en torno al porqué el plátano verde siempre mancha.

Creen tenerlo todo medido y ante los ceños arrugados colectivos por el tema de la "Presidencia vitalicia" lanzan lo de la jornada laboral en seis horas o el viernes con medio día de trabajo como para que la gente piense que es un carnaval eterno con Rey Momo de ñapita.

Al fin y al cabo, fiesta es fiesta y el cotillón lo da el Estado. Sí Luis, yo te aviso y sin protesto. Que entre las maletas que salen, los regalos que damos y la producción en picada, los pasapalos y las espirituosas de la parranda que estamos viviendo no alcanzarán hasta el amanecer.

Porque es que de paso, no lo veremos nunca y no por el cambio de hora, sino porque con la total y definitiva inmersión en ese exótico cocktail de "socialismo personalista", lo que nos espera es una larga noche en vela. Sin música y sin jolgorio¿

Ese es el apuro. El "ahora o nunca". Por eso repiten la película del "apabullamiento" y la "desmoralización". El único y verdadero motor que está en marcha en este momento es el de la "desmotivación". El hacer creer del "nada que hacer". Ya están con los trailers del triller: "La Mole roja" y abajo el subtítulo castizo: "Viene a por todos".

Tal vez el final sea el mismo de todas las ediciones anteriores de la saga. Pero el tema es que no somos sólo espectadores. Estamos en un momento de hiper-realidad. Las acciones no se proyectarán en una fría pantalla sino en el resto de nuestras vidas.

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