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La comisión ad hoc de juristas que estudió la propuesta de reforma constitucional que propone el presidente Hugo Chávez, instó a todos los venezolanos a levantar "un muro de contención" para defender la democracia venezolana, ante la convicción que tienen de que "están en juego los valores fundamentales" del sistema que hemos conocido y que "incrementará la inseguridad jurídica e institucional que vive el país, así como multiplicará los graves problemas de los venezolanos".
En un breve acto realizado en la Sala Anna Julia Rojas, del Ateneo de Caracas, Gerardo Fernández, coordinador del equipo de doce especialistas en Derecho Constitucional, afirmó en varias oportunidades durante su discurso que el texto que propone modificar 33 artículos de la Constitución de 1999 "pretende concretar un fraude al propio poder constituyente originario y a la democracia, al manipular los mecanismos consagrados en la propia Constitución para su modificación".
Advirtió que un cambio al texto fundamental aprobado con los vicios procedimentales que se denunciaron hará que la Constitución resultante carezca de legitimidad y será "excluyente, parcializada y condenada a durar mientras el régimen que la impuso subsista".
Fernández -antecedido por la secretaria ejecutiva del grupo, Claudia Nikken- habló ante un público que ocupó medianamente el aforo. Estuvieron allí congregados, en su mayoría, dirigentes y militantes de partidos y organizaciones de oposición.
Acompañaron a Gerardo Fernández la mayoría del equipo que se mantuvo trabajando hasta el final, integrado por Alfredo Morles, Román Duque Corredor, José Enrique Molina, Gustavo Tarre Briceño, Enrique Sánchez Falcón, Alfonso Rivas Quintero, Ramón Guillermo Aveledo, Ana Elvira Araujo, Cipriano Heredia y Rafael Contreras. Como telón de fondo lució un enorme tricolor nacional con sólo siete estrellas.
Una vez presentado el informe, el vocero de la comisión destacó el interés que tiene el equipo que representa de que ese material que analiza la reforma sea empleado como herramienta para la discusión de los ciudadanos en los diferentes escenarios que éstos decidan.
Fernández, en un discurso que le tomó poco más de veinte minutos, condensó las principales preocupaciones recogidas en el denso documento de más de sesenta cuartillas que fue distribuido ayer. Los principales peligros que violentan principios republicanos contenidos en la reforma propuesta son, según el criterio de estos especialistas, la instauración de la reelección presidencial indefinida, el centralismo, la ideología de un estado único, la eliminación de la institucionalidad de la Fuerza Armada, la eliminación del derecho de propiedad, la limitación de la libertad económica, la regresión en los derechos fundamentales, el secuestro de la soberanía popular y la eliminación del pluralismo político, entre otros.
No dudó Fernández en acusar al presidente Hugo Chávez de pretender retrotraer al país al régimen de Juan Vicente Gómez. Advirtió además que, en caso de imponerse la reforma tal y como la propuso el mandatario, "será difícil su entrada en vigor", por su "incoherencia institucional, sus vaguedades e imprecisiones".
Afirmó que de imponerse los cambios "Venezuela sería un Estado unitario, fuertemente centralizado" y que se "vaciará de contenido a las instancias más cercanas al ciudadano" al quitarle las competencias a los gobernadores y alcaldes.
Sugieren referendo para el 2 de diciembre
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, reiteró que el ente comicial no tiene prevista una fecha exacta para la realización del referendo aprobatorio de la reforma constitucional, por cuanto dependerá del momento en que sea aprobada por la Asamblea Nacional. No obstante, adelantó que han sugerido "el primer domingo del mes de diciembre para mantener la tradición de las consultas y las elecciones".
Asismismo, Lucena anunció que fue establecido el dos de octubre como fecha corte del Registro Electoral que será válido para dicha consulta popular, según boletín de prensa del CNE.
El presidente de Podemos y gobernador del estado Sucre, Ramón Martínez, denunció que la propuesta del jefe de Estado Hugo Chávez sobre la geometría del poder, "desintegra a todo el país y lo conduce a la aventura, lo atomiza y lo lleva hacia la ingobernabilidad".
En un acto desarrollado en el Ateneo de Caracas, al que asistieron cientos de militantes de la tolda vinotinto, Martínez advirtió que la iniciativa de reordenamiento del territorio "puede desarticular el país", al crear 12 estructuras administrativas distintas que desplazan a gobernaciones y alcaldías.
"Toda la propuesta del Presidente sobre la geometría del poder debe estar sometida a la votación universal, directa y secreta del ciudadano y no impuesta a dedo", insistió el líder de Podemos, tras sostener que "necesitamos un país trabajando de forma integrada".
El mandatario regional criticó a Chávez por "estar creando un megaestado, que tiende a ser ineficiente", y fue enfático al declarar que "Podemos no apoyará una propuesta sobre el capitalismo de Estado".
"¿Qué hace un Estado metiéndose desde el punto de vista constitucional con teleféricos y hoteles? Aumentamos la deuda social, incrementando la nómina del poder público, y estamos haciendo más complejo y menos eficiente al país", subrayó.
Empleando un tono retador, el líder de los vinotinto exclamó: "Vamos a hablar, pues, vamos a hablar de socialismo, a ver quién tiene más bagaje intelectual sobre esta materia en Venezuela. El socialismo no es hablar pendejeras".
El dirigente fustigó la propuesta de modificación del artículo 115 de la Constitución, referido a la propiedad privada, y alertó: "el que tenga dos televisores y quiera vender uno tendrá que pedir cacao, porque no hay ni goce ni disfrute ni disposición de los bienes".
Martínez señaló que Podemos comparte los aspectos sociales del proyecto y ratificó su apoyo a Chávez. "No estamos en contra del Presidente y, a menos que nos maltraten o pulvericen, seguiremos al lado de la revolución bolivariana".
"Aquí hay que defender el derecho al libre pensamiento y el que tenga miedo que salga corriendo", bramó el gobernador, aclamado por sus simpatizantes.
El mandatario sucrense apuntó que "los socialistas siempre hemos rechazado el poder en pocas manos, y mucho menos en manos de una sola persona". Igualmente, abogó por mantener en la Carta Magna el pluralismo ideológico. "La lucha no es Chávez y antichávez, ese es un error político, la lucha es por construir la patria que queremos", explicó Martínez.
El vocero de la tolda vinotinto exigió que la propuesta de Chávez sea votada por partes y dijo que "la gente ya no está creyendo en tubos".
"Lean y lean la propuesta, discutan en todos los rincones, rescatemos la soberanía", exhortó Martínez, quien aclaró que su partido no pelea cuotas de poder.
El proyecto de reforma constitucional propulsado por el Gobierno nacional, se está convirtiendo en un arma de doble filo, como suele suceder con todas las propuestas emanadas del oficialismo.
Para hacer digerible el indigesto propósito de perpetuarse en el poder, nos agitan frente a los ojos interesantes elementos de distracción, tales como la reducción de la jornada laboral u otros beneficios para los trabajadores.
La solución equilibrada, sensata, democrática, es entonces desglosar la propuesta gubernamental y votarla artículo por artículo. Es la manera de separar el aceite del vinagre y de desmontar el chantaje gubernamental de asociar los beneficios al colectivo con la permanencia de un hombre en el poder.
Es cierto que existen quienes están negados a aceptar cualquier aspecto de la propuesta de reforma. Pues bien, a estas personas se les brinda la opción de sufragar por el "No" en cada uno de los puntos a considerarse. En el extremo contrario, quedarán los partidarios a ultranza del presidente Chávez, quienes seguramente votarán por el "Sí" en cada uno de los puntos. Entre los dos extremos mediará la voluntad de la mayoría de los venezolanos, su pericia democrática, su sensatez.
Hay otras batallas -para usar el vocabulario bélico que tanto agrada al Gobierno. El tema de la descentralización, por dar otro ejemplo, está gravemente comprometido, y lanzado a la senda de la involución y el anacronismo.
Veamos pues, si la voluntad del Gobierno de materializar lo que ellos llaman la democracia participativa y protagónica, es buena. Cabe siempre la duda, y si el Presidente cumple su amenaza de retirar la propuesta de reforma constitucional en caso de no votarse artículo por artículo, nos impulsará a pensar muy mal de ella.
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