14 octubre 2007

"Bolivia es satélite del imperio chavista"

Jorge Tuto Quiroga , ex presidente boliviano (2001- 2002), candidato presidencial en las elecciones del 2005 y líder del partido Podemos, sostiene que la lucha por la democracia y la libertad, amenazadas por lo que califica como proyecto expansionista de Chávez, debe librarse en toda América Latina, sin violencia ni radicalismos.

Quiroga, quien fue retenido e interrogado por funcionarios policiales a su llegada al aeropuerto de Maiquetía y está en Caracas para participar como invitado en el Congreso Ideológico de Primero Justicia, advierte que los venezolanos deben participar en el referendo del 2 de diciembre porque "si ya le regalaron el Congreso en el 2005, no le pueden regalarle ahora el resto de Venezuela".

-Las opciones ideológicas clásicas, en América Latina, hasta hace poco, eran izquierda-derecha, capitalismo-socialismo. Las posiciones de centro y derecha parecen haber dado paso a otras opciones y hoy la disyuntiva se plantea entre el populismo radical autoritario o izquierda democrática. ¿Cómo se inscriben en ese cuadro partidos como el suyo?

-La gran paradoja en América Latina es la presencia de una bonanza económica extraordinaria (se ha multiplicado por 3 y hasta por 4 el precio de nuestras exportaciones: petróleo, gas, zinc, plata, cobre, soya, azúcar) gracias al crecimiento económico chino, pero no la hemos aprovechado por la polarización. Nunca me tragué el cuentico de la izquierda y la derecha. Son estereotipos anglosajones que muchas veces nos encajan, como el término "consevador". En el Continente hay que estar loco para ser conservador porque ¿quién quiere conservar un país con pobreza extrema, sin progreso ni bienestar? Hay que cambiar y la pregunta es cómo. Una forma es construyendo instituciones, abriendo el mercado a las exportaciones, creando trabajo y oportunidades con políticas sociales agresivas; ayudando a los más necesitados, respetando el Estado de Derecho y las libertades. Otra con sistemas personalistas de hegemonías que desembocan en tiranías. Esa es la verdadera disyuntiva.

-Es decir, o democracia o dictadura.

-La alternativa que se enfrenta es la del populismo radical, aunque populismo suena muy benigno en relación con la realidad actual. Se trata de un radicalismo retrógrado que se impone en la región, fruto del proyecto político más grande conocido en la historia de América Latina y que emana de Venezuela liderizado por su Presidente. Es un proyecto de expansión regional, a largo plazo, con vínculos extrarregionales para cooptar países y convertirlos en satélites. Desafortunadamente el mío es uno de ellos. Esa es la real disyuntiva. Si vamos a tener libertad con democracia o una autocracia radical. Si nuestros países disfrutarán de libertad y soberanía o si nos sometemos a una petrotiranía.

-¿Cómo se expresa esa "petrotiranía" en Bolivia?

-Está claro que el político más influyente de la historia contemporánea en América Latina es el presidente de Venezuela.

-¿Más que Fidel Castro?

-Mucho más... sobradamente. Si evaluamos objetivamente las acciones de Cuba a través de 30 años y se pregunta qué logró, se encontrará con Nicaragua y no mucho más. En cambio, durante los últimos años la expansión de este proyecto hegemónico ha copado Bolivia, Nicaragua y quizás Ecuador, aunque el presidente Correa parece tener suficiente autoestima como para no seguir ciegamente los designios que le quieren imponer. Luego vendrá Paraguay. Y en países donde no hay gobiernos afines financia, incentiva y apoya convulsiones sociales y movilizaciones callejeras.

-Chávez es un factor de perturbación regional.

-Es un factor de perturbación. Lo que hace 40 años el Che Guevara quiso hacer vía guerrilla rural, ahora se intenta a través de la insurgencia urbana, con la convulsión social y cortes de ruta, para obligar que gobiernos, en la legítima acción de la coerción estatal, se desgasten por la violencia. Se busca instalar regímenes afines con el manejo de consignas simples: "tú neoliberal, yo social", "tú oligarca, yo pueblo". Todo bien financiado y apoyado sobre verdaderos equipos de campaña.

-¿Un neocomintern?

-Creo que se subestimó demasiado tiempo la capacidad y el poder político del presidente Chávez. Hace años la gente decía que era un payaso, un cantinflas. Y no lo es. Se trata de un hombre extraordinariamente inteligente, con una memoria fotográfica, compulsivo, obsesivo y dedicado a construir ese proyecto hegemónico. En Bolivia, ya para el año 2000, cometía acciones de injerencia y la sufríamos. Pero hoy la injerencia es mucho más efectiva y se da casi como un algoritmo: el barril de petróleo y su precio, multiplicado por la consolidación interna del presidente Chávez.

-Si el liderazgo de Chávez depende del precio del petróleo, ¿cómo puede entonces, ser, según usted dice, el líder más influyente y poderoso en América Latina?

-En situaciones normales sería debatible y nos preguntaríamos qué va a pasar si el precio se reduce. Pero apostar el futuro de la democracia a que la economía china se venga abajo, es no estar conteste con la realidad. Hoy, como nunca antes, se están incorporando al mercado cerca de 600 millones de personas, principalmente de China y algunas de India, que demandan bienes y servicios.Eso ha desatado una escalada de precios que va más allá del petróleo.

-Si ese fenómeno se prolonga inefinidamente...

-Gente más entendida que yo no cree que la economía china se vaya a enfriar. Hay un ciclo casi perfecto para nosotros: China compra todas las materias primas y mientras suben los precios mantiene bajas las tasas de interés adquiriendo bonos en EEUU y Europa. Allí se desarrollan los servicios y el turismo, lo cual demanda personal procedente de América Latina que, a su su vez, envía remesas a nuestros países. Es un momento extraordinario. Lo triste es que la incertidumbre interna por la polarización, el irrespeto al Estado de Derecho y falta de garantías a las inversiones, impide la generación de empleo.

-¿Sugiere usted que la política expansionista de Chávez, como freno al desarrollo regional, se va a consolidar porque la bonanza se prolongaría indefinidamente?

-Eso no depende de lo que haga Asia, Europa o los gringos, sino de cuánto hagamos los latinoamericanos en defensa de la democracia y la libertad ante un proyecto de características hemisféricas que nos amenaza.

-¿Hasta qué punto complica Chávez la lucha por esos valores en Bolivia?

-Es un gran factor de complicación. Somos un país muy pequeño y con los recursos de ustedes tenemos los gobernantes mejor transportados de nuestra historia, con una flotilla de jets y helicópteros. Se reparten cheques de la Embajada venezolana a guarniciones militares para comprar y torcer voluntades en cuarteles y alcaldías. Pdvsa pagó millón y medio de dólares para que viéramos el Mundial de Fútbol por señal abierta. Como boliviano me duele que el presidente de mi país se desplace por el mundo en un avión con bandera y seguridad venezolanas. Yo volaba en línea comercial y tardaba más, pero llegaba con dignidad.

-¿Se ha ganado Chávez la voluntad de los mandos militares bolivianos?

-El 10 de octubre celebramos 25 años de democracia ininterrumpida en Bolivia. Hemos superado todas las crisis imaginables con un comportamiento ejemplar de los militares. Por ello no está contemplado que retomen la política vía golpe. Hace unos días se conmemoraron los 40 años de muerte del Che Guevara, quien recibió honores de un gobierno cuyas fuerzas armadas repelieron la agresión a la patria. Para esos soldados no hubo homenaje. Ahí entra el poder de los petrocheques, comprando voluntades en guarniciones para evitar pronunciamientos de malestar por esta clase de actitudes.

-¿Puede Chávez acabar con esos 25 años de democracia?

-Eso es lo peligroso. Lo que puede venir. En 20 meses de gobierno ha habido atisbos de amenazas a la democracia. Pero tenemos un trabajo de oposición en el Congreso, en la Asamblea Constituyente o expresiones regionales dirigidas a defender la democracia y la soberanía. Ciertamente cada vez que el presidente boliviano se entrevista con el venezolano, se exacerban las líneas más duras de ataque a la democracia. No han cerrado ningún medio de comunicación, pero hay una amenaza, estamos conscientes y luchando.

-¿Se busca en la Constiyente copiar el modelo constitucional venezolano?

-Allá no son tan explícitos como aquí, pero está claro que hay una intención. Yo sigo de cerca a Venezuela y Ecuador porque estamos ante una multinacional política gigantesca. Y lo que pasa en la casa matriz seguramente nos llegará a nosotros.

-¿Estamos hablando de imperialismo venezolano?

-Claro. Es un proyecto que se nutre de hablar contra el imperialismo mientras cometes actos de injerencia flagrante nunca vistos. No se de dónde me habrían colgado si me subo a un avión colombiano para viajar por el mundo.

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