22 abril 2008

¡Ya estamos hartos!

Los venezolanos nos estamos enfrentando a un proceso político devastador, basado simplemente en una avalancha de recursos petroleros que no tiene precedentes y que han servido para alimentar una revolución de corte populista y destructiva, así como a uno de los líderes más demagogos y desestabilizadores que ha conocido nuestro continente.

Hugo Chávez ostenta el récord de ser el mandatario que durante más tiempo ha permanecido en el poder de manera continua desde que en 1830 Venezuela se separó de la Gran Colombia, aunque quizás otros gobernantes han ejercido su influencia durante lapsos más prolongados. Revisemos algunas páginas de nuestra historia.

Chávez se ha mantenido al frente de la Primera Magistratura desde que gana las elecciones en diciembre de 1998. Después modificó la Constitución para incluir la figura de la reelección inmediata. Recientemente -en diciembre de 2007- pretendió a través de un referendo introducir un nuevo cambio a la Constitución, cuyos objetivos centrales eran la implantación del socialismo y la reelección presidencial indefinida, lo cual se ajusta perfectamente a sus intenciones de mantenerse en el poder más allá de 2030.

El pueblo reaccionó ante ambas propuestas manifestando su inconformidad a través de un expresivo NO. Sin embargo, el Presidente considera que los resultados electorales sólo son vinculantes cuando favorecen su voluntad. De lo contrario, asume su ropaje de autócrata y sigue adelante sin inmutarse y "sin cambiarle ni una coma" a su propuesta. ¿Qué se habrá creído el pueblo?, se preguntará a sí mismo. Y probablemente en su fuero interno se dice: ¿Es que acaso no comprenden que sólo yo soy la verdadera y única voz del pueblo"

Hugo Chávez ya se encuentra en su décimo año de gobierno, cabeza a cabeza en cuanto a longevidad en la silla presidencial con otro caudillo militar que gobernó a Venezuela entre 1899 y 1908. Me refiero a Cipriano Castro, quien bajó de los Andes al frente de su revolución conocida como "Los Andinos al Poder" y estableció una dictadura militar hasta que finalmente fue derrocado.

Luego vino Juan Vicente Gómez, quien sin duda controló el país hasta su muerte acaecida el 17 de diciembre de 1935. Gómez gobernó con mano de hierro; sin embargo, puso fin a varias décadas de revoluciones y de caudillismos que habían plagado a Venezuela de miserias, legándole al país más de un siglo de paz. Ahora bien, se equivocan quienes piensan que estuvo en la Primera Magistratura durante todo ese período. De hecho, fue Presidente por primera vez entre 1908 y 1914 (6 años). En los siete años siguientes -entre 1915 y 1922- el presidente fue Victorino Márquez Bustillos, aunque Gómez conservó la jefatura militar. Nuevamente retorna Gómez a la presidencia entre 1922 y 1929 (7 años), cuando le entregó el sillón presidencial a Juan Bautista Pérez. En 1931 el Congreso lo elige una vez más. Esta vez se mantiene al mando hasta el momento de su fallecimiento en 1935, es decir, durante menos de cuatro años. Nunca fue presidente por más de 7 años consecutivos.

Otro caso digno de mención es el de Antonio Guzmán Blanco, quien asume la presidencia durante siete años entre 1870 y 1877, para entregarle ese año la silla presidencial al general Francisco Linares Alcántara. Nuevamente regresa Guzmán Blanco en 1879, manteniéndose en la presidencia hasta 1884, es decir, cinco años, cuando la Primera Magistratura pasa a manos de Joaquín Crespo. Y por último, Guzmán regresa al poder por algo más de un año, entre 1886 y 1887. Nunca gobernó durante más de 7 años seguidos.

José Antonio Páez y José Tadeo Monagas también asumieron la Primera Magistratura en diversas oportunidades, ninguna de las cuales individualmente consideradas superó los cinco años.

El Teniente Coronel Hugo Chávez se está constituyendo en un caso excepcional de ambición desmedida de poder. La barrera entre la democracia y la autocracia se hace cada vez más tenue y, dada la composición de quienes le acompañan al mando, su gobierno se hace cada vez más militarista. ¡Ya estamos hartos!

Nota: En mi último artículo señalé que en la página web del TSJ no figuraba la decisión del 14 de agosto de 2002 donde la Sala Plena declaraba que a raíz de los sucesos de abril de 2002 se había producido un "vacío de poder". Un lector se comunica conmigo y me demuestra que dicha sentencia sí había sido publicada, aunque en otra fecha. Por razones de seriedad me siento obligado a rectificar.

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