13 julio 2008

Codicia antidemocrática

La codicia, entendida como el afán excesivo de riqueza, se expresa también en el deseo de poder de algunos mal llamados dirigentes de oposición en su propósito de alcanzar la candidatura a una gobernación o alcaldía. Para ello inventan encuestas, actualizan sondeos viejos y emprenden campañas de desprestigio contra quien saben que les aventaja en el apoyo popular.

Emprenden además costosas campañas publicitarias en las que despellejan a su opositor interno y defienden indirectamente al candidato oficialista del sector. Hay aspirantes que no han acatado el acuerdo unitario del 23 de enero y no reconocen los resultados de las encuestas que habían prometido respetar. Y no falta quien, habiendo pertenecido por años a un partido y sabiéndose ahora perdedor, funda otra organización política y declara que irá hasta el final, en abierta complicidad con el régimen de Chávez, pues el disidente sabe que va a perder, pero logra su propósito de quitarle votos al candidato de la unidad. Poco les importa a políticos saber que encuestadoras serias favorecen la victoria opositora si las candidaturas unitarias son encabezadas por quienes tienen un apoyo popular verdadero, y no inventado.

Todo esto ocurre a días del martes 15, fecha para la cual nos habían prometido la lista de los candidatos unitarios a gobernadores y alcaldes. Hasta el viernes 11 había problemas en Bolívar, Zulia, Táchira, Aragua, Valencia y en varios municipios. Oscar Pérez declinó en el municipio Sucre a favor del candidato de Primero Justicia, donde todo parece indicar que amainaron las tensiones entre Ojeda y Ocariz y sería este último el candidato de la unidad, en acatamiento a la tendencia de la mayoría de las encuestas.

Cierto que en el Gobierno enfrentan una pugna interna feroz, un divisionismo evidente y el rechazo popular al desastre social reinante (este año, con el barril petrolero a $ 125, la pobreza ha crecido 3 puntos), pero Chávez controla todos los poderes, el tramposo CNE y la petrochequera que alimenta la codicia. Con las inhabilitaciones castran nuestro derecho a elegir y violan los derechos políticos de opositores que ocupan primeros lugares en la intención de voto Denuncias de expertos en data electoral acusan que están listos 156.682 militantes del PSUV para dirigir las mesas de votación. El diputado Wilmer Azuaje acusa que en Barinas hay un doble CNE: el que actúa burocráticamente en la sede oficial y el que opera con la directora regional en la sede del PSUV. Ya nombraron de la lista del PSUV a los miembros de las juntas municipales y destituyeron a quienes interferían en sus trampas. Chávez ordena a "sus" poderes -sobre todo al CNE- que incluya 3,5 millones de electores adicionales sin que haya habido respuesta de la oposición. Sin embargo, para ser justos, aunque las críticas anteriores se amparan en casos tomados de diferentes estados y municipios del país, hay dirigentes opositores que están trabajando seria y desinteresadamente para que se cumpla el acuerdo unitario Ellos aseguran que el 5 de agosto, cuando haya que inscribir a los aspirantes, "saldremos unidos con un solo candidato en cada caso".

Más les vale, porque quienes se dejen llevar por su ambición de poder, propugnen las candidaturas múltiples e impidan la unidad serán execrados por la opinión democrática nacional, cada día más numerosa y decisiva. Razón tienen Miquilena y los ex constituyentes firmantes del importante documento de esta semana, cuando dicen que "sólo en las dictaduras inhabilitan políticamente". Y justamente porque estamos en una virtual dictadura, la unidad de la oposición es un mandato masivo de los electores que, de incumplirlo, los codiciosos disidentes recibirán el castigo de ser borrados del mapa político nacional. Millones de electores rechazan activamente la posibilidad de candidaturas múltiples. El rector de la UCAB y miembro de la Academia de Ciencias Políticas, Luis Ugalde s.j., advertía esta semana que los "ciudadanos tenemos que ser exigentes con el Gobierno y muy exigentes con la oposición, porque la gravedad de los problemas es tal, que irrita mucho más cuando vemos que algunos andan viendo dónde se colocan para sus pequeños intereses, aunque digan que es al servicio del país". Reconoce Ugalde que el tema de la unidad, tal como ha sido manejado por la oposición, comienza a irritar a los venezolanos, porque la unidad debe consistir en defender la democracia y no los intereses particulares. "Eso está irritando a la gente y uno ve en la calle cierta impaciencia".

Que tomen nota aquellos vivos que piensan que los venezolanos somos tontos. Democracia sí, intereses personales, no. Lo que está en juego es demasiado importante para que unos pocos codiciosos de poder nos malogren la segura conquista democrática a los millones de venezolanos comprometidos con la libertad y con la paz.

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