20 septiembre 2009

"¡Pon Globovisión!"

Se suele decir que el venezolano saca un chiste de la adversidad con el que frecuentemente ridiculiza las contradicciones del Poder. Seguro que más de la mitad de quienes nos leen han recibido el texto sobre una supuesta conversación sostenida entre el Presidente y el ministro Cabello segundos después de haber ocurrido el fuerte sismo del sábado 12. Chávez, dominado por el miedo, llama asustadísimo al ministro y le pregunta "¿Qué c& es esto?" y Diosdado, también presa del pánico, le responde "!C..., no sé. Pon Globovisión!".

Todo buen chiste debe tener raíces en la realidad y ofrecer una buena dosis de sorpresa "Pon Globovisión" ha circulado masivamente porque está anclado en una verdad reconocida por la mayoría de los venezolanos: Globovisión es un canal que nos informa de lo que ocurre, y lo hace fehacientemente y mucho antes que los lentos e ideologizados medios del Gobierno (o más bien del Psuv) que impiden el acceso a la información pública a la cual tenemos derecho todos los ciudadanos. Así que el chiste tiene "chiste" porque Globovisión fue la primera que anunció (con datos del sistema de información sísmica de EEUU) el lugar y alcance del fuerte sismo ocurrido hace algunos meses, mientras el canal oficial transmitía un enlatado presidencial del día anterior. Ni Funvisis, ni autoridad oficial alguna dieron la cara para calmar la angustia del país que fue despertado en la madrugada por el temible fenómeno telúrico. Aunque el régimen es campeón del ridículo, no soporta que los medios pongan en evidencia su torpeza e inutilidad. Por eso Chávez reaccionó esperpénticamente y abrió otro grave procedimiento a Globovisión, sólo por haber transmitido antes que VTV las noticias que todos esperábamos.

Cuando el sábado 12 aún se movían los muebles de la casa por el temblor, pusimos Globovisión y ¡no transmitía información sobre el sismo!, aunque en su redacción tenían ya los datos necesarios. Por prohibición expresa del vengativo (y totalitario) gobierno, Globovisión tuvo que esperar a que en la morrocoya VTV salieran los balbuceantes ministros, sin datos precisos y sin el director del Funvisis, funcionario adocenado o atemorizado por la presión oficiales, quien al ser abordado por los periodistas de medios independientes, se negó a dar la información que tranquilizaría a los venezolanos porque primero debía salir por VTV. ¡Qué patético!

Cada vez vemos más autocensura, más cambios forzados de programación y demasiadas señales de que las amenazas de cierre de otras 29 emisoras radiales están dando los frutos que el régimen espera. Así como el envío a la cárcel de Yare III del estudiante Rivas, donde están delincuentes comunes, se hace con el fin de que los demás disidentes no protesten en las calles, así el cierre de 34 emisoras y el anuncio de 29 más, es leído por muchos dueños de medios como una invitación al silencio, a que desaparezcan las denuncias que los venezolanos tenemos derecho a conocer; que los entrevistadores no hagan preguntas incómodas a los altos funcionarios, frente a quienes hay que soportar silentes el "cassette" ideologizado idéntico al de su jefe. Que no se les ocurra a los anclas críticos informar sobre los 305 presos políticos que hay en Venezuela; o a destacar el comunicado de la CEV en el cual monseñor Lückert condenaba las agresiones oficiales y demostraba que "el gobierno detiene a las personas disidentes y luego las investiga". Nada de insistir en que los agresores de los periodistas de Últimas Noticias deben ser enjuiciados. Chiiiito sobre la complicidad forajida con Irán y las FARC; mención cero al monstruoso endeudamiento público ($ 2.200 millones más para comprar chatarra militar) o que la corrupción y destrucción de Pdvsa "no existen".

Ese silencio obliga a no entrar en detalles sobre las malas juntas de Chávez, todas ellas a la cabeza de naciones que perdieron la libertad económica y tiranizan a su pueblo. ¡Vade retro! Mudez sobre lo que nos cuesta en hambre, en desempleo y en salud pública ruinosa, el desfile por la alfombra roja de Venecia. No mencionar la brutal caída de la industria nacional, ni que el 68% de las empresas sólo tiene trabajo para 2 meses más; o que el 50% de las importaciones se hacen con dólar permuta. ¡Que viva la inflación!

¿Cómo sabremos que Chávez miente al decir que la educación creció 50% en su gobierno, si nadie denuncia que hay 3 millones de niños y adolescentes sin escolaridad? ¿Quién dirá que Venezuela es una colonia de Rusia y China a las que, en un acto de "soberanía revolucionaria", Chávez entrega la Faja del Orinoco mientras acaba con los sindicatos libres y con el contrato colectivo de Pdvsa? Prohibido sacar cuentas del 974% de aumento de los alimentos desde 1999 o contar los 18 mil crímenes acumulados para fines de 2009. Es imposible decir ya: "Pon Globovisión".


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