31 mayo 2010

Sin emoción...

Si me preguntan, claro que votaré por los candidatos de la alternativa democrática en septiembre. Entre otras cosas porque creo fervientemente que a partir de allí se puede abrir el camino para la reconstrucción institucional que tanta falta nos hace y porque además, a pesar de todos los tropiezos, los dimes y diretes y las cosas oscuras se ha logrado una opción unitaria con posibilidad de obtener un espacio importante en el hoy choreto coso legislativo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el diseño de la ingeniería electoral está pintado de perversión política ya que la mayoría de las curules se escogen en los estados con menos población. Nadie puede entender cómo entidades como Apure o Barinas tengan más curules que pobladísimas ciudades del centro del país.

Pero sí podemos entender como un paso importantísimo esa unidad y hay que reconocer la labor de personajes desinteresados y preocupados por esta situación como Ramón Guillermo Aveledo quien armado de paciencia y ponderación pudo "unir" el agua y el aceite o un Ramón José Medina quien trabajó por el éxito del proceso de primarias donde se realizaron (entre otras personas que se sumaron a trabajar por la unidad), también es justo decir que a estas alturas de falencia democrática nos hubiera encantado que desde la MUD se hubiesen dado unos mensajes de modernidad política que le quitara el "tufillo" a cogollo cuartorrepublicano en muchas de las lógicas y necesarias negociaciones que se hicieron. Que más allá del "quítate tú para ponerme yo" que tanto ruido causó y que aún se escucha como un "eco adormecido" se sintiera en la colectividad un fervor por "votar por alguien realmente idóneo" y no por "votar en contra de"...

Y es que allí está el detalle... La mayoría de las encuestas reflejan que el grueso de la población no está ya con Chávez pero tampoco siente una emoción arrolladora por los partidos de la oposición. Algo está fallando en ese liderazgo, en esos partidos que no llegan ni con mucho a los dos dígitos de simpatía y cercanía por parte de los votantes. Y es que el discurso y las propuestas huelen mucho a bolitas de naftalina. Cuando observamos, por ejemplo, las propuestas de campaña de Antanas Mockus en Colombia, cómo dignifica la ética política, cómo tiene ideas renovadoras y cómo no se engancha en el pasado sino que tiene una perspectiva de futuro, sentimos una "sana envidia". Aquí en nuestro bellísimo país hay ausencia de futuro... Chávez se engancha en ver por el retrovisor de la Historia, mientras buena parte de los líderes de la oposición dan por sentado que ellos son seguidos por ellos y no por evitar que el caudillo siga siendo el rey.

Sí, por ahora no hay emoción excesiva para el voto pero al menos existe una "práctica" unidad. Es un buen comienzo, mas no es suficiente.

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