12 julio 2007

Nadie Sabe lo que Tiene Hasta que lo Pierde

Disfrutábamos de 40 años de la democracia más sólida de América Latina. Se construyó un Estado de Derecho, con una efectiva separación de los poderes, respeto a la constitución y a las leyes, y protección de las minorías; hoy no existe autonomía de los poderes públicos. Hasta se enjuició y defenestró a un presidente maluco, aunque ahora nos parezca un niño de pecho en comparación con su clon en versión desmejorada (posiblemente porque sea una copia cubana). Las plagas y enfermedades de otros países americanos fueron erradicadas de la tierra venezolana. Se conformó una clase media culta y un aparato científico y tecnológico de calidad. Había tanta democracia que permitimos que parásitos comunistas y fascistas se mimetizaran con ropajes académicos en nuestras universidades. En muchas ocasiones, estos detestables seres subvirtieron el orden público, derramando sangre de muchos compatriotas. Los más ineptos, ignorantes y "animales" siempre pertenecieron a la rancia ultraizquierda y ultraderecha, quienes jamás se preocuparon por la superación personal y profesional, sino que buscaban la forma fácil de hacerse de un botín que, finalmente, les llegó en 1999.

Obviamente, no todo era bonito y equilibrado. Los desposeídos clamaban por cambios estructurales; aún siguen chillando, ante el fiasco de los últimos 9 años de un desgobierno revocado y perdedor. El poco dinero se aprovechaba, de manera muy rudimentaria pero gerenciada; hoy se lo apropian indebidamente y hasta con la bendición del contralor. El sistema de seguridad social nunca llegó a cristalizar, por la haraganería de unos pocos, que aún siguen explotando la miseria humana en los hospitales inmundos que existen, y en los cuales hasta la muerte se paga. Centros de salud deteriorados y destrozados por la ignorancia perruna de los anencefálicos del actual desgobierno, quienes ahora intentan convencernos de que apenas tienen 9 años en el poder, y que necesitan 9 años más para poder destruir (¿o será construir?) a toda Venezuela.

Se despilfarra el platerío que genera la exportación petrolera, en paisitos comunistas o en vía de serlo, olvidándose a los venezolanos. De allí que tengamos una significativa masa poblacional sumida en la mayor miseria jamás antes conocida, que ha aumentado vertiginosamente desde 1999. Más del 60% de los venezolanos están en pobreza y, aproximadamente, el 25% sumido en la extrema; esto es, personas que no comen todos los días, no tienen vivienda, servicios de salud, de agua potable, escuelas, u hospitales. Es lacerante ver cómo las calles están abarrotadas de ancianos y niños, en completo abandono. Considero que un gobierno que no cuida adecuadamente la niñez y a sus viejos, es criminal y maldito.

El que aún crea que el desgobierno se preocupa de la salud, educación, vivienda, trabajo y seguridad de los venezolanos, está definitivamente en un trance de lumpias alucinógenas. Quien espere el otorgamiento de una casita, el ofrecimiento de empleo con quinces y últimos, tiene fiebre de 40 o más. El objetivo de estos inmorales anti-venezolanos es destruir el país, a fin de construir un reino comunista, donde sólo el líder y sus eunucos gozarán de las bondades de tres comidas al día, mansiones, lujos y placeres, que ya disfrutan antijurídicamente desde 1999.

¿Qué hacer? Algunos dicen que las cosas seguirán empeorando si no se implementa el 350 constitucional.



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