Usar la vía democrática para ofrecer un proyecto vago de socialismo del siglo XXI asociado a gasto social financiado por petróleo antes del 3 de diciembre, para luego desde la presidencia aspirar a transformarlo todo bajo el dominio de una ideología radical de origen marxista-leninista es un abuso de poder en un país sin poderes públicos independientes que hagan contrabalance. Los anuncios de la transformación socialista de la organización del Estado, la Constitución, el ordenamiento político-administrativo, la educación y la economía son un asalto a la institucionalidad democrática y plural.
Lo más cínico del proyecto chavista es pretender usar las esperanzas del pueblo empobrecido para llevarlo a respaldar una organización socialista de la sociedad y la economía que aspira a ser irreversible.
¿Quién podría gobernar de ser electo en 2012 con ideas distintas si se impone este marco político y económico socialista? Si este proyecto fracasara ¿se debe cambiar toda la institucionalidad una vez más o veremos el lado violento del marxismo-leninismo enfrentando la alternabilidad por ser "imperialista"?
El 2007 será un año de deterioro del clima de bonanza petrolera reciente, dominado por la incertidumbre respecto al alcance del proyecto socialista. También veremos las consecuencias inflacionarias y cambiarias de los excesos fiscales y monetarios. Las restricciones para aumentar el gasto público real en 2007 (menor ingreso petrolero y mayor inflación) alimentarán tensiones sociales. Si se restringe la entrega de divisas vía Cadivi, habrá más escasez de productos básicos y corrupción, también aumentará la presión en el mercado cambiario paralelo. Continuará la extracción de reservas internacionales para gasto para-fiscal vía Fonden con creación sistemática de dinero inorgánico en una economía con la más alta inflación del continente.
El sector privado será inducido a un papel residual en la economía dominada por la propiedad estatal y colectiva (subsidiada). Las consecuencias se sentirán mientras discutimos los cambios socialistas: Escasez de productos básicos e insumos, inflación en alza, caída del poder adquisitivo del ingreso familiar, disminución de las oportunidades de empleo productivo. En realidad, nada distinto a lo que ofreció el socialismo en el siglo XX.
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