25 marzo 2007

Dos maneras de ofender

En un reciente evento del Grupo Santa Lucía, un intelectual chavista aceptó el reto de aclarar por fin qué es el Socialismo del Siglo XXI, pero agotó su tiempo explicándonos ¡¡lo que NO es!! No es marxista ni totalitario como el soviético o el cubano, no eliminará la propiedad privada, no será compulsivo ni represivo; ni será como el de Heinz Dieterich que supone que el trabajo de barrendero genera el mismo valor que el de rector o el de cirujano cardiovascular, etc. ¡¡De todo habló, pero no dijo ni una sola palabra acerca de lo que SÍ será dicho Socialismo!!
Irrespeto

A la hora de las preguntas, un amigo muy querido -cuya defensa queremos asumir- fue excesivamente irrespetuoso. Muchos en la sala lo regañaron; no se podía ofender al ponente ¡¡aunque él nos había estado ofendiendo por 20 minutos!! Y de la peor manera posible: ofendiéndonos la inteligencia. Porque una de dos: o el expositor no se da cuenta que sus argumentos son "agresoramente" endebles; o, lo que es peor, se da cuenta, pero cree que el auditorio no será capaz de percibirlo.

Pero más grave fue la ofensa que otro chavista, asistente al evento, nos hizo a los que allí estábamos. Ante mi crítica a Dieterich -ideólogo del régimen- que supone que el barrendero genera por hora el mismo valor que el rector, el argumento ofensivo no se hizo esperar: "usted no puede menospreciar el trabajo de los barrenderos ¡¡porque si ellos no recogen la basura, ésta se acumulará y el rector no podrá trabajar, es decir, no generará valor!!". Y otra vez se asoma la misma irrespetuosa disyuntiva: o no se tiene idea de lo que se esta hablando o -lo que es mucho peor como ofensa- uno piensa que tiene delante a unos bobos a los que se les puede decir lo que sea.

Que fue la misma intensidad de ofensa que nos hizo en estos días una bella chavista, conductora de un programa en Unión Radio. Según ella, Chávez sostiene que hay dos tesis básicas de Carlos Marx: una correcta, la Explotación del Hombre por el Hombre y otra inconsistente, la Dictadura del Proletariado. Y se lanzó esta preciosa mujer a avalar a Chávez; una de dos: o no sabiendo que está equivocado en ambos casos, porque la tesis correcta es la que él cree incorrecta y viceversa, lo cual ya de por sí agrede; o sabiendo que Chávez está equivocado, pero pensando que ella puede ofenderle el talento a sus oyentes.

Absurda

¿Sabrá Chávez cuál es el fundamento teórico que Marx intentó darle a su tesis archicentral de la Explotación del Hombre por el Hombre, radicalmente absurda, pero cimiento último del Socialismo? ¿Sabrán ambos, él y ella, lo que es la Teoría de la Plusvalía, un adefesio intelectual que supone que la fuente ¡¡exclusiva!! del valor de las mercancías es el trabajo; es decir, que la dirección de la empresa, el aporte del capital y la asunción del riesgo, no generan valor? Con lo cual -es decir, asumida tal idiotez- todo lo que el capitalista obtiene se lo expropia al obrero.

¿Sabrán ambos, ella y Chávez, que si alguna tesis correcta formuló Marx fue la Dictadura del Proletariado? Es decir, la idea según la cual como el Socialismo es absolutamente inviable, como se trata de un modelo que atenta contra todas las leyes naturales, sociales y humanas; y como ni la moral ni el Hombre Nuevo se pueden imponer por decreto, entonces, la única salida posible es el totalitarismo. Cosa que Lenin, Stalin, Mao y Fidel Castro entendieron a la perfección; y que José Albornoz e Ismael García por fin están empezando a entender.

Emeterio Gómez

emeteriog@cantv.net

El Universal

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