Resulta que ahora la historia la cuentan mal contada, pero en technicolor, 3D y sonido sensurround. Del 19 de abril de 1810 sólo cuentan la parte de Emparan, pero mucho se cuidan de una posible lectura del acta que se suscribió tal día.
No es la primera vez que un gobierno manipula la historia para hacerse de poder. Niño de pecho es Chávez al lado de Guzmán Blanco. Infante de parvulario es comparado con Gómez. Ellos convirtieron la historia en una opereta del heroísmo, en la que siempre se dejaba colar el concepto de "somos hijos de aquellos".
Bolívar no es un grande hombre. Es un dios. Y un dios no puede ser analizado, pues ello sería un sacrilegio. A un dios sólo se le trata con fe. La revolución se dice bolivariana, entonces, por qué es hija de Bolívar, que es un dios, y por tanto la revolución también es sagrada. La revolución no es un planteamiento político. Es un culto. Un inculto culto cuya máxima representación es Chávez, que viene a ser, entonces, colocado en los altares. A Chávez se le reza, se le pide, se le implora.
Chávez es Bolívar redivivo. Bolívar es un dios. Ergo, Chávez es un dios. Y como a todo dios, lo que de él no se entiende, tiene bastante más que ver o con ignorancia del creyente o con falta de fe.
Entretanto lo que tiene que ver con la gestión pública, con gobernar, pasa a un segundo o tercer plano. La fe en la revolución bolivariana y en el dios Chávez tiene que bastar para hacer felices a los venezolanos, quienes no deben desear bienes mundanos, como un sistema de salud decente, o una escuela bien hecha, o que su vida no corra peligro.
Si uno no concuerda con la revolución, uno no es un opositor, es un hereje. Y para los herejes, el castigo no puede ser leve. Aquí hay un decreto no escrito de persecución a los infieles. Si usted no es un revolucionario, es un apóstata, y no hay Venezuela para usted.
Soledad Morillo Belloso
Concejal El Hatillo - Un Nuevo Tiempo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario