El cierre de RCTV logró algo que la oposición había estado buscando sin éxito desde hace años, y que Chávez había sabido impedir que se alcanzara. El cierre de RCTV cambió las condiciones del debate político del país, abrió una espita por donde se coló todo un nuevo clima, bajo el cual se está produciendo una nueva configuración del paisaje de la discusión nacional.
Hasta ahora, el debate político siempre terminaba en un punto: estás con Chávez o estás contra Chávez. El barinés lograba siempre que al final del camino, esa fuera la dicotomía ante la que se encontraban los venezolanos. Por mucho que la oposición hiciera para evitarlo, en ese plebiscito terminaba cualquiera de las largas jornadas electorales que se han tenido. Dejando de lado si Chávez ganó en verdad todos esos plebiscitos, lo que está fuera de discusión es que ese escenario de "estás con Chávez o contra Chávez" siempre ha sido el que más lo favorece.
Pero el paso en falso dado con RCTV lo ha cambiado todo súbitamente. A lo mejor ese cambio no podía lograrlo sino el mismo Chávez, y he aquí que su obcecación y su proyecto de poder total lo han llevado a hacerle al país ese presente de sacarlo de esa tenaza plebiscitaria en la que lo tenía aprisionado. Regalo que el país ha sentido a la vez como doloroso, pues le arrancaron algo. La gente de RCTV, si tuviera lugar para tales pensamientos, tendría buen derecho a pensar que esa es su venganza: haber llevado a Chávez a cometer ese grave error. En términos de la paranoia conspirativa en la que anda el Gobierno, es difícil imaginar a la CIA dando a RCTV un consejo superior a ese : "hagan que los cierre".
El debate
Porque de ahora en adelante el debate político nacional se plantea en torno a los derechos que todos tenemos, a las libertades básicas de los venezolanos todos, tangiblemente vulneradas por la decisión de cerrar RCTV, decisión que de pronto se convierte en el modelo de actuación de este Gobierno, y a través de cuyo cristal empieza a verse todo. "¡¿Estás conmigo o estás contra mí ?!": "No mano, ya la cosa no es así. Te metiste conmigo, me quitaste algo que yo quería seguir viendo. Te importó un pito lo que yo pensara".
El boquete
Por ese boquete abierto en el muro plebiscitario se cuelan ahora todos los reclamos de la sociedad. Reclamos que tienen que ver, no con quien se está políticamente, sino con derechos de todos que se están vulnerando. A la seguridad, al empleo, al contrato colectivo, a ser consultado sobre una medida que afecta a mi sector social, a poder manifestar en cualquier sitio de Caracas, a la autonomía, a la información, a la paz, al trato igual... Todo aquello que venía marcado por la contraposición "con Chávez o contra Chávez", por la intención opositora de "sacar a Chávez del poder" se formula ahora en otros términos, en los términos de la defensa de derechos que todos tenemos y cuyo ejercicio se nos niega. Lo de "sacar a Chávez" pasa ahora a un segundo plano, a un "ya se verá", para desesperación del hombre de Miraflores, porque él necesita que ese tema esté en primera fila, que aparezca como la obsesión que domina a todos los que enfrentan sus decisiones.
Obsérvese cómo Chávez trata desesperadamente de volver a plantear las cosas en los viejos términos, apelando al fantasma de la conspiración, de la desestabilización, del magnicidio. De una manera tan de letanía, tan ridícula e inverosímil, que en verdad da lástima intelectual. De todos modos, fue el mismo Chávez el que tomó la decisión que está cambiando la política del país
Chávez seguirá intentando revertir los términos del debate a una situación plebiscitaria. Las fórmulas ensayadas no le están dando resultado. Pero sabemos que el hombre no se da tregua, así que seguirá en la búsqueda de alguna idea. Tal vez fue a ver si Fidel se la daba que viajó a La Habana.
Todo esto ha sido entendido muy bien por el país, y en especial por ese nuevo actor, el estudiantado, que ha emergido a la escena, para satisfacción de todos. Con su forma de plantear los problemas, con la insistencia en la universalidad de sus reclamos que abarcan a todos, a los cuales pueden pegarse en el mismo tono los de tanta gente y tantos sectores, han dejado atrás todo un estilo de llevar a cabo el debate político, y han llevado al país al mar abierto de un nuevo escenario para discutir los problemas del país. Chávez los querrá traer de nuevo al pantano donde él se movía mejor, pero ellos sabrán mantener la brisa fresca de una nueva manera de hablar y de actuar.
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