05 junio 2007

Libertad y autonomía

Después de sus éxitos, basados en miles de millones de bolívares y no pocos dólares - todos ellos salidos del bolsillo de los venezolanos- el Gobierno mostró su verdadero rostro. Tenía que ser así. Ningún gobierno militar y autoritario puede coexistir, con la libertad de expresión, la autonomía universitaria, la voz de los intelectuales, la búsqueda afanosa de las noticias por parte de los periodistas, la necesaria libertad del artista, los derechos de propiedad y el deseo de progreso del pueblo.

Intención explícita

No importa cuál sea el término que se utilice para describir el cierre de la señal de RCTV, la intención fue explícita y la orden transmitida del mismo modo en que un sargento manda al batallón a formar una fila. RCTV fue expulsada del espacio mediante una directriz de la Presidencia de la República y todos obedecieron, hasta los tribunales. De nada sirvió que las encuestas mostraran un 80% de desacuerdo, o que los parlamentos de varios países, organizaciones de ciudadanos, gremios de periodistas, estudiantes, el Parlamento Europeo o los partidos políticos se manifestaran en contra. La "orden" estaba dictada porque el gobierno no puede aceptar la disidencia.

Los que siguen

Ahora que se preparen los demás medios, la clausura de RCTV y la confiscación de sus bienes no es producto de un capricho, es un mensaje explícito: cerremos esa emisora y las demás se pondrán de rodillas. Para lo que pueda valer, mi solidaridad con los empleados, artistas, periodistas, locutores, directivos y accionistas de RCTV.

Las universidades

Ahora le toca el turno a las universidades. Incapaces de generar empleo, con la producción de petróleo en descenso, es necesario encontrarle un espacio a la masa de jóvenes que cada año aspiran incorporarse al trabajo. Ya no les alcanza la plata de las misiones para tranquilizar a los jóvenes y parte de la solución, es meter a medio millón de ellos en algún sitio y mantenerlos ocupados por un tiempo. Como le resulta cuesta arriba actuar como Pinochet, entonces es necesario violar la autonomía por medios más sutiles. Pero al final, actuará como lo hizo Pérez Jiménez en la tradición de otras dictaduras.

Poco importa

No importa si no hay suficientes profesores, espacio físico, laboratorios o libros en la biblioteca, menos aún si entre esa enorme masa hay una buena proporción que no han sido adecuadamente preparados para continuar sus estudios. Poco les importa que luego se frustren al fracasar, a fin de cuentas de ellos está lleno el gobierno y de ellos se alimentan los regímenes autoritarios. Recuerden quienes aclamaban a Hitler y a Mussolini, en su primera y más populista etapa, quienes aplaudían a Noriega y Perón o quienes aclamaban al "padrecito" Stalin. No eran ni periodistas ni profesores ni artistas, tampoco escritores, estudiantes o humoristas, estos en su mayoría figuraban en las listas de los reprimidos.

Pero los pueblos siempre despiertan.



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