El país está en un momento crítico. Parado frente a una encrucijada histórica. Repleto de dudas y temores. Atrapado en la incertidumbre. Desasistido y sin la señalización requerida para escoger el rumbo debido. Está ante una amenaza nunca antes padecida. Peligrosa. Fundamental.
La democracia está en riesgo. Se la quiere sustituir. Con ello se afectará el futuro, los bines, las libertades y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Ya fueron desfiguradas las instituciones democráticas del país. Puestas al servicio de un caudillo y su proyecto autoritario. Simultáneamente fueron impuestos nuevos códigos y conductas. También fue creada una constitucionalidad sui géneris acorde con las circunstancias y la conveniencia de la camarilla dominante.
Ahora se pretende torcer el destino del país. Empujarlo al precipicio. Destruirlo. Arruinarlo. Someter a la sociedad mediante un esquema de dependencia absoluta de un Estado todopoderoso y "benefactor". Imponerle otro modelo sociopolítico. Turbio, retrógrada, represivo. Para ello se desacredita lo anterior: valores, principios, costumbres, creencias y tradiciones.
El propósito es claro. La fecha está cercana. El esquema también lo tienen decidido. Son los "famosos" cinco motores. ¿Arrancarán? ¿Funcionarán? Quizás. Todo dependerá de la sociedad. De lo clara que esté ante la amenaza que le acecha. Del valor y la importancia que le asigne a la vida en libertad y democracia. De cuán cercana y similar aprecie la tristísima realidad de la sociedad cubana esclavizada y empobrecida por tirano Fidel Castro.
El simulacro de fundación del partido único (no cuentan con militancia suficiente ni comprometida con el concepto castrocomunista para armar esta indispensable palanca de apoyo) y la presentación ante la Asamblea Nacional del proyecto de modificación de la Constitución serán los eventos clave. El envión final para la pretendida implantación de la dictadura militarista. Corrupta. La zambullida al "mar de la felicidad" está próxima. Anteayer hubo señales claras en ese sentido: la enésima arremetida contra RCTV (acoso y desmoralización para incordiar y disociar aún más a la oposición) y la larga-proselitista "confiscación" de radio y televisión (el mismo grosero ventajismo utilizado en elecciones previas) con el claro propósito de venderle al país las "bondades" del socialismo (autoritarismo) del siglo XX.
¿Qué hará el país democrático ante esta arremetida? ¿Cómo reaccionará esta vez ante el abuso de poder? ¿Luchará para preservar sus derechos y libertades? ¿Rechazará la imposición? ¿Hay conciencia de la amenaza? ¿Coraje ante los riesgos? La falta de un liderazgo opositor sólido, confiable y con estrategias definidas hará más difícil el reto. Los estudiantes son una inspiración. Y el apego del venezolano a la democracia será la motivación.
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