El FBI informó ayer que sigue a la espera de una petición oficial de las autoridades de Argentina en el caso de Guido Antonini Wilson. "No tenemos nada de nada", afirmó a Efe la portavoz de la oficina de la Policía Federal de Estados Unidos en la región de Miami.
Agregó que el FBI desconoce si la justicia argentina ha dictado una orden de captura internacional por contrabando contra Antonini Wilson. El FBI desconoce también el paradero del venezolano. La jueza argentina Marta Novatti dictó esa orden el pasado 16 de agosto, bajo la acusación de "contrabando en grado de tentativa".
El empresario venezolano, al que se le decomisaron los 800 mil dólares y se le impuso una multa por la mitad de esa suma, reside en Cayo Vizcaíno (Key Biscayne), en Miami, pero no ha sido visto desde que aparentemente regresó desde Buenos Aires en la primera semana de agosto.
Diversos medios de comunicación han especulado sobre su paradero, bien en Miami o en la ciudad de Fort Lauderdale (Florida), pero continúa sin ser visto.
Entre las autoridades judiciales y aduaneras de Argentina ha surgido una disputa por quién tuvo la responsabilidad de haber dejado salir de ese país al venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, luego de haber sido retenido por intentar introducir al país casi 800 mil dólares sin declarar, informó el diario El Clarín.
"Mientras los aduaneros descargan culpas en la justicia, en tribunales creen que sus funcionarios mienten y no descartan que ese organismo termine denunciado por su actuación en el caso de la valija con casi 800 mil dólares", refiere la publicación argentina al aludir "fuentes del fuero en lo penal económico, donde el jueves ordenaron la captura internacional del "valijero" por presunto intento de contrabando".
"Se quejaron de que no podían ubicar a la jueza y que recién lo hicieron al día siguiente, pero a la vez dijeron que al dejar libre al venezolano, lo hacían con el aval de la justicia. ¿Cómo es esto? ¿No era que no ubicaban a la jueza? ¿Quién les dio la orden, entonces?, se preguntó una alta fuente del fuero".
"Resolvieron que se trataba de una infracción aduanera por sí misma, sin intervención judicial, y así dejaron libre a Antonini, sin consultar a la justicia", sostuvo la misma fuente".
Señala el diario que en la Aduana, a cargo de Ricardo Echegaray, dicen que no pudieron ubicar a la jueza, y que por eso actuaron como actuaron. Sin embargo, las constancias de la causa dicen que recién le comunicaron el incidente a la secretaria del Juzgado, Luisa Albamonte, un día y medio después de ocurrido".
"Es más, en la Aduana deslizan que la magistrada estaba en una quinta y les dijo que se enteró del caso por el diario, pero recién tres días después de sucedido", reporta El Clarín.
"La jueza, María Marta Novatti --subrogante y la secretaria más antigua de la Cámara de Apelaciones del fuero, para más datos-- negó haber recibido llamados de la Aduana. Fue por escrito, al excusarse de intervenir en el expediente por las críticas públicas que había recibido, justamente, de los aduaneros. 'La suscripta en ningún momento impartió instrucciones, que por otra parte no me fueron requeridas, acerca de cómo debía continuar el trámite del sumario que se instruía en la Dirección General de Aduana", sostuvo Novatti al inhibirse de actuar en la causa", cita el periódico, el cual indica que ambos organismos coinciden en que no cumplieron con las normas reglamentarias.
Se cierran las fuentesLas autoridades judiciales argentinas continúan interrogando a empleados de la Aduana que, de algún modo, presenciaron el procedimiento el sábado 3 de agosto, cuando Antonini fue interceptado con la valija.
Sin embargo, "las fuentes se han cerrado", aseguró un periodista judicial que sigue el caso, al ser consultado al respecto. Existe la percepción de que el caso se mantendrá en secreto debido al giro público que habría tomado a partir de la revelación del expediente, donde Antonini habría dicho, al ser retenido, que la orden había sido impartida durante un almuerzo con el presidente Chávez.
¿Quién puede garantizar que el presidente de la República no almorzó con el empresario Guido Alejandro Antonini como aseguran desde Argentina? Para el ministro de Información y Comunicación, Willian Lara, "Miles y miles de tachirenses", el actor Seann Penn, los equipos reporteriles de los canales Televen, Venevisión y la prensa oficial son los testigos de que el encuentro nunca ocurrió.
Lara desestimó la noticia del supuesto almuerzo entre Chávez y Antonini Wilson, al tiempo que acusó a los medios argentinos y venezolanos de manipular los hechos y faltar a la ética periodística por no colocar en contexto la información referida a la agenda que el presidente de la República desarrolló el viernes 3 de agosto.
"La única oportunidad de que se hubiese producido ese almuerzo es durante el mediodía del viernes 3 de agosto -explicó Lara-, pero la verdad es que el viernes 3 de agosto a las 8:30 de la mañana, el presidente de Venezuela Hugo Chávez tomó el vuelo del avión presidencial con destino al aeropuerto de La Fría en el estado Táchira".
El ministro realizó un recuento pormenorizado de las actividades del Presidente, durante las 24 horas que Antonini Wilson permaneció en Venezuela después de llegar el jueves 2 de agosto procedente de Miami.
"A las 9:30 am del viernes el avión presidencial -relató Lara- aterrizó en el aeropuerto La Fría del estado Táchira. El Presidente decidió conducir el vehículo hasta Pueblo Hondo, recorrido que se realiza por carretera, aproximadamente en dos horas (...) Pero hubo varias paradas, porque a lo largo de la carretera, el pueblo salía a saludar al Presidente y él se detuvo a conversar (...) Esa actividad terminó aproximadamente a las 5 de la tarde y debido a que había mal tiempo en la zona, no fue posible el traslado de vuelta al aeropuerto de La Fría en helicóptero, por lo tanto fue por vía terrestre, de modo que el Presidente tomó el vuelo en el avión presidencial de regreso a Maiquetía a las 8 de la noche".
Lara sentenció: "La única posibilidad de que Antonini almorzara con Chávez es que lo hicieran en la carretera mientras Chávez conducía, no hay otra posibilidad, ninguna otra y, evidentemente, eso no es así"
Nuestra historia contemporánea registra una célebre maleta, presuntamente abandonada por Marcos Pérez Jiménez cuando huía del país. Tras casi medio siglo, el célebre equipaje acaba de ceder el primer lugar en anécdotas de ese tipo a otro de su misma clase y con similar contenido.
El turismo revolucionario, escrupulosamente cuidadoso en medidas de seguridad, impecablemente asesorado por el G2 cubano, dejó un cabo suelto. Porque nadie se cuela en un vuelo privado en el cual viajan representantes de dos empresas energéticas estatales.
El señor Antonini tiene derecho a defenderse, aunque muchos venezolanos hemos perdido tal derecho en la llamada Quinta República por el simple hecho de pensar diferente. Se defenderá, eso sí, cuando dé la cara; ya que aprovechó de desaparecer de la vista pública cuando las autoridades argentinas lo dejaron escabullirse. Entonces, partiendo del argumento descabellado de que es una ficha convenientemente colocada por la oposición, nos explicará por qué pasó de ser un discreto miembro de la clase media latina en Florida a ostentar propiedades millonarias en dólares.
Sobre todo cuando entra y sale de Argentina doce veces en un año y permanece por menos de 48 horas en cada visita, o cuando sus facturas de alojamiento son canceladas por Pdvsa en Uruguay. Cuando viaja con un gobernador oficialista en calidad de "asesor", etéreo rango que se presta a las más amplias especulaciones.
Hasta el Washington Post, el mismo que descubrió el escándalo Watergate, ha tomado interés en el "maletazo"; mientras el presidente Chávez asegura que los Medios son el peor mal de la sociedad actual. Seguramente estaríamos mejor sin ellos: Antonini seguiría siendo un anónimo y discreto trasegador de maletines buchones de dólares.
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