Ya no hay la más mínima sindéresis en las explicaciones con las que tratan de vincular toda crítica al gobierno con una conspiración emanada de los sótanos oscuros del imperio.
Una de las más estrafalarias ha sido la reciente declaración del canciller Maduro al tratar de establecer un vínculo conspirativo entre el caso de las latas de atún de Perú y el caso del maletín de los 800.000 dólares. ¿Qué conspiración puede haber en hechos públicos y notorios difundidos por la prensa peruana y argentina? Lo que pasa nos hace recordar el dicho popular: quién se pica es porque ají come. ¿Y que decir de las declaraciones del ministro Lara, en las que señaló que el New York Times, firme crítico de la guerra en Irak y opositor al gobierno actual de los Estados Unidos, no es sino el brazo mediático de Bush? En esta misma línea, el padre Palmar, de defensor de la revolución ha pasado a ser un agente de la oligarquía eclesiástica.
El crecimiento de la corrupción ha alcanzado tal nivel que ni con todas las cortinas de humo podrán seguir ocultándolo por mucho tiempo. Es cierto que ésta subsiste por la complicidad de muchos que, si no están ideológicamente identificados con el gobierno, es como si lo estuvieran, al usufructuar del dinero fácil producto de las distintas adjudicaciones directas.
Una de las razones principales que se adujo, el 4 de febrero, para dar un golpe militar fue precisamente restablecer la moral y honestidad pública, que según los golpistas de entonces había sido el patrón de conducta del puntofijismo. ¿Cómo se sentirán aquellos que apoyaron de buena fe esos propósitos cuando pueden observar cómo los vicios que ciertamente existieron en el pasado se han elevado a la enésima potencia, cubiertos sólo por el velo de una presunta revolución?
La nueva constitución que se propone disfrazada de reforma es en realidad un mecanismo para facilitar aún más la arbitrariedad, el autoritarismo y la ausencia de control sobre las decisiones del poder ejecutivo - léase de Chávez- y por ende dejar abiertas las puertas a las oportunidades de corrupción. La idea no es sólo establecer el autoritarismo sino lo que Acemoglú denominó c omo cleptocracia, donde la corrupción auspiciada y beneficiadora de los que detentan el poder llega a un punto crítico.
Los venezolanos que no estén de acuerdo con que fatalmente haya que caer en ese precipicio tienen que unirse para enfrentar esta puntilla que se le quiere clavar a lo poco que queda de democracia en nuestro país. No es la hora de discutir liderazgo sino simplemente de usar la inteligencia para elaborar mecanismos funcionales de unidad con el objetivo de detener la inconstitucional reforma. Adelántese que sólo rindiéndose es que se perderá la república
Emilio Figueredo
www.analítica.com
Autoridades de EEUU notifican a Antonini de orden de captura
Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario venezolano que intentó ingresar a Argentina con una valija con casi 800 mil dólares sin declarar, y cuyo paradero era desconocido desde el episodio, fue hallado en Estados Unidos y quedó a disposición de las autoridades de ese país.
Según un despacho de la agencia ANSA el Gobierno argentino confirmó que Antonini fue ubicado por el FBI en su residencia de Miami y que se tramitará, con urgencia, el pedido de extradición solicitado por una jueza de Buenos Aires.
El hecho se produce doce días después de que la jueza argentina María Luz Novatti ordenara la captura internacional del empresario que protagonizó el escándalo que enredó a los gobiernos de Chávez y Kirchner.
La información fue confirmada inicialmente al diario La Nación de Argentina, por fuentes policiales que precisaron que el FBI comunicó a la Policía Federal, vía Interpol, que el venezolano había sido notificado en su domicilio de Miami del requerimiento judicial argentino.
Se le comunicó también que tiene prohibido salir del país o ausentarse de su casa sin una previa autorización especial de la Justicia.
La situación ya fue comunicada, a su vez, a la jueza subrogante en lo penal económico Novatti, que ahora tendrá la posibilidad de requerir a la justicia estadounidense, vía Cancillería, la extradición de Antonini Wilson. Para que Antonini quede detenido es necesario que la Cancillería argentina envíe un pedido en ese sentido a las autoridades judiciales de Estados Unidos.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) negó ayer haber detenido al empresario venezolano Guido Antonini Wilson, al que Argentina reclama internacionalmente, citó DPA.
"Nosotros no hemos arrestado a nadie con ese nombre. No sé de dónde salió", afirmó a la agencia la agente especial Judy Orihuela, de la oficina de Miami del FBI, respecto de versiones de prensa difundidas previamente en este sentido.
Orihuela advirtió además que en la actualidad no pueden detener a Antonini, aunque supieran dónde se encuentra.
"Nosotros no podemos detener a nadie con una orden de Interpol, requerimos una solicitud firmada por un juez estadounidense", agregó.
Infobae informó en su web que voceros policiales aclararon que se espera el pedido de la jueza Novatti al Ministerio de Relaciones Exteriores argentino, para que la justicia de Estados Unidos le permita a Antonini declarar en Argentina.
Precisaron que Antonini no está detenido y que el trámite que se deberá iniciar a partir de su individualización en la ciudad norteamericana será "lento y engorroso" y presumen que llevará meses, pues es seguro que los abogados del empresario presentarán objeciones para trabar o al menos demorar su extradición a Argentina.
El 8 de agosto, Guido Antonini Wilson declaró telefónicamente al diario La Nación su interés en dar su versión de los hechos. "Me interesa mucho tratar de explicarlo todo", dijo en esa oportunidad.
Eventual arresto no afectará el proceso en Venezuela
La eventual detención Guido Antonini Wilson en Estados Unidos y su posterior entrega a las autoridades judiciales argentinas, no afectará la investigación que el Ministerio Público venezolano abrió el 13 de agosto pasado, para determinar cómo el empresario venezolano-estadounidense se hizo con los 800 mil dólares que pretendió ingresar ilegalmente a Buenos Aires, burlando el control de cambio vigente.
El fiscal Nelson Mejías, uno de los dos que está investigando el escándalo de la maleta, en sus primeras -y hasta ahora únicas- declaraciones a la prensa el 15 de agosto pasado, aseguró que la eventual captura de Antonini no favorecería ni entorpecería las averiguaciones que adelantan. La razón: "La investigación que realizan las autoridades argentinas es diferente e independiente a la que estamos realizando aquí en Venezuela".
La semana pasada la institución garante de la legalidad informó que Mejías y Fernando Hércules, el otro fiscal que investiga el caso, habían entrevistado a funcionarios del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (Seniat) y del aeropuerto de Maiquetía, desde donde salió el avión rentado por Enarsa en el que viajó Antonini.
Previamente habían solicitado al Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) toda la información sobre el polémico vuelo (hora de salida, rumbo, identidad de los pasajeros y si los revisaron o no).
Días antes, las autoridades argentinas le enviaron, en menos de 72 horas, todos los datos que la Fiscalía venezolana les solicitó para iniciar las indagaciones en el país.
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