El diputado Darío Vivas señaló que el Parlamento está dispuesto a recibir las modificaciones que el presidente Hugo Chávez decida incluir en su proyecto de reforma constitucional.
"La Asamblea Nacional tiene abierta la posibilidad de que el presidente Hugo Chávez nos haga llegar mejoras de su propuesta, si así lo considera", sostuvo el miembro de la Comisión Mixta.
Vivas explicó que el jefe de Estado tiene esta potestad, ya que el mandatario es quien plantea la reforma constitucional mediante la presentación de su proyecto.
El asambleísta subrayó que en estos días continuará la audiencia pública de la discusión de la reforma constitucional. En el día de ayer, los integrantes de los medios comunitarios y alternativos debatieron el contenido de la iniciativa de Miraflores, al tiempo que cientos de personas estamparon sus firmas en apoyo a la propuesta.
Vivas anunció que se creará, en la puerta norte del Palacio Federal Legislativo, un espacio permanente para la discusión y el análisis del proyecto de reforma.
El vicepresidente de la Comisión de Familia, Mujer y Juventud, Alberto Castellar, informó que hoy recibirán a los jóvenes para que presenten sus observaciones o ideas sobre la propuesta de Chávez.
Castellar espera que los jóvenes que rechazan al Ejecutivo también atiendan este llamado. Igualmente, destacó que el artículo 70 de la propuesta abre la posibilidad de crear consejos populares estudiantiles.
Un Nuevo Tiempo (UNT) desafió al presidente Hugo Chávez, a aprobar la reducción de la jornada laboral y la creación del fondo social para los trabajadores informales por vía de decreto presidencial.
Gerardo Blyde, secretario general de la organización política, informó que ayer se entregó en el palacio de Miraflores una comunicación para el jefe de Estado, en la cual se le explica que no hace falta modificar la Constitución para otorgar a los venezolanos estas mejoras.
Ante el argumento esgrimido por el Presidente acerca de que los beneficios laborales deben establecerse en la Constitución y no por decreto ley, para que no puedan ser desmejorados con la derogación; el dirigente de UNT explicó que "Los derechos laborales, una vez que se conquistan, no pueden ser revertidos, porque son progresivos, no hay posibilidades de modificar esa legislación".
"¿Por qué esperar para diciembre, Presidente?, ¿por qué meter en la reforma cosas que usted puede hacer en este momento?", se preguntó Blyde, al tiempo que explicó que debido a "las múltiples ocupaciones del primer mandatario y de los diputados a la Asamblea Nacional, se entregó junto con la comunicación, las dos propuestas de Decreto Ley, que si el Presidente quisiera pudiera firmar ya".
Expresó que no espera una respuesta positiva. Asegura que Chávez está "poniendo un disfraz a la reforma", y que trata de "cobrarle" a los venezolanos la reducción de la jornada laboral y el fondo social para los trabajadores informales; con la aprobación de la reelección indefinida y de otros artículos que le garantizan más concentración de poder.
En ese sentido, expresó que está "muy claro en que se le debe dar un no contundente al proyecto de reforma, por lo cual anunció que han comenzado a reunirse con otras organizaciones de oposición para formar un frente común en contra de la propuesta presidencial.
Informó, además, que viajarán a todos los rincones del país para explicar a los venezolanos las serias implicaciones que tiene el documento.
Se refirió al tiempo récord en el que se pretende aprobar el proyecto: "¿por qué si el Presidente se tomó 8 meses en estudiar y redactar su propuesta, pretende que los venezolanos la conozcan y opinen de ella en apenas 30 días?"
Santiago de Chile.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, manifestó en Santiago su desacuerdo con la posibilidad de reelecciones indefinidas, tal y como está propuesto en el proyecto de reforma constitucional presentado por el presidente de la República, Hugo Chávez.
"A mí me gustan las democracias con una cantidad de límite, yo soy partidario de límites en esa materia, yo soy partidario de la limitación de poder y no de la ampliación de poder", precisó Insulza en una entrevista con el canal 13 de la televisión chilena.
A pesar de la cr´tica a los sistemas de gobierno que no limiten el poder que ejercen los presidentes, el secretario general del organismo hemisférico matizó, sin embargo, que la reforma constitucional propuesta por Chávez se ha canalizado a través de procedimientos democráticos y subrayó, ante una pregunta, que en Venezuela "hay democracia".
"Las instituciones funcionan, el Parlamento funciona (...) yo no voy a descalificar a un gobierno, no voy a descalificar una reforma", dijo el secretario general de la OEA.
Insulza explicó -al igual que lo hace el presidente Chávez- que en otros países, como Francia, se ha reformado la Constitución de la misma manera".
El secretario de la OEA, de visita en Chile hasta el próximo 2 de septiembre, desestimó los análisis que sugieren que existe una confrontación permanente entre los gobiernos de Venezuela y de Estados Unidos.
A la par descartó que el presidente Chávez maneje realmente la hipótesis de una invasión norteamericana en contra de Venezuela.
Desde la perspectiva de Insulza, "las relaciones materiales entre Venezuela y Estados Unidos son mejores que nunca",
"Las exportaciones venezolanas a EEUU han aumentado -argumentó el secretario general- y lo interesante es que las importaciones venezolanas de productos norteamericanos también aumentan".
Las declaraciones de Insulza se producen dos días después de que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva descartara cualquier posibilidad de intentar una nueva reelección por considerar que cuando un político se cree imprescindible está dándole paso a un dictador.
Hay que lograr que le reforma constitucional que Chávez quiere imponerle al país sea sentida por la colectividad como eso, como la imposición de la voluntad de un hombre sobre el parecer mayoritario de los venezolanos.
Para ello es necesario llevar a cabo una gigantesca labor de difusión de la gran trampa, de la gran mentira que la tal reforma, cuyo resultado neto será que el país quedará a merced de la voluntad de un señor llamado Hugo Chávez y que este habrá aparentemente logrado el medio de permanecer en el poder, a cálculos de hoy, unos 26 años más. Hasta el año 2035, fecha en la que tendrá 81 años, si es que no decide seguir. ( Digo "aparentemente", y añado "a cálculos de hoy" porque la realidad tiene sus propias reglas y los problemas del país seguirán agravándose, y más de lograr Chávez su reforma).
En esa labor de difusión tiene que participar todo el mundo, a su propio nivel y escala. Los formadores de opinión, las individualidades de mayor peso, los partidos y dirigentes políticos de oposición y disidentes, las organizaciones sociales de todo tipo, las universidades, los gremios, los comunicadores sociales, los estudiantes, el ciudadano individual... Un gran frente real, independientemente de la formalidad que se le pueda dar, con el mensaje más coincidente posible en cuanto a lo que significa la reforma, que monte un gran vendaval de información, explicación, difusión, de las mentiras, de los "caramelitos", de los disfraces, de las oscuridades, que ocultan los propósitos de poder total y permanente que anima a Chávez. Un frente que produzca una movilización, por lo pronto mental y ya veremos si física, de la mayoría de los venezolanos en rechazo a la reforma. La barrera
Esa tarea tiene que romper la barrera que aísla a gruesos sectores populares de todo mensaje adverso a Chávez. En tal sentido lo fundamental del esfuerzo tiene que dirigirse, no a los ya convencidos de lo perverso de la reforma, sino a quienes están más expuestos al mensaje oficialista. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero hay que tener fuerte conciencia de que el mensaje debe dirigirse hacia allá y producirlo en consecuencia. Muchas veces se tiene la sensación de que el mensaje contra la reforma se queda en los circuitos opositores, donde es aplaudido sin reservas, y se da por satisfecho con ello.
En el mundo que adversa activamente la reforma hay diferencias de opinión en cuanto a qué hacer ante el referéndum en el que debe culminar el trámite para aprobarla o no. Eso genera diatribas muy ácidas que distraen energías de la tarea fundamental, crea desconcierto en el publico y prepara el terreno para la consabida situación que tanto favorece al Gobierno: una oposición dividida el día mismo en que se lleve a cabo el referéndum. Hay partidos y grupos que han anunciado una posición irreductiblemente abstencionista y otros han anunciado una irreductiblemente participacionista. Están en su derecho de adoptar las posiciones que corresponden a sus convicciones. Pero sí puede llegarse a un acuerdo en torno a unos pocos puntos. Primero, un acuerdo de no descalificar o agredir a quienes tengan posiciones diferentes a las propias. Segundo, aceptar que los grupos a priori abstencionistas y que los a priori participacionistas mantendrán sus posturas hasta el final, dejando entonces al grueso restante la flexibilidad necesaria para adoptar una estrategia común frente el referéndum, según como vaya evolucionando el clima de opinión y la marcha general del proceso político, en el contexto del avance en la labor de lograr que el país tome conciencia del peligro ante el que se encuentra. A partir de estos acuerdos, actuar tan concertadamente como se puede en la búsqueda del objetivo que sí debe ser común, la creación de esa conciencia de rechazo mayoritario a la reforma.
Vale la pena subrayar el papel crucial que cabe en este proceso y en ese frente a otro tipo de actores y sus voceros, distinto a los partidos y los dirigentes políticos, que desde luego siempre tienen un importante papel que jugar. Pensamos en difusores de gran prestigio y alcance ante todo tipo de ciudadano, el estudiantado, los más notorios periodistas, actores y actrices, educadores, dirigentes cívicos.
Estas líneas parten de un supuesto. El supuesto de la gran capacidad de aceleración de los tiempos a medida que se acercan los momentos de decisión, siempre y cuando se haya logrado crear una convicción mayoritaria negativa frente a la reforma.
dbu@etheron.net
Reeleccionista y marxista
El presidente Chávez nos propone una reforma constitucional para reelegirse a partir de diciembre 2012. Para entonces ya habría gobernado 14 años. En su propuesta exige poder personal sobre las reservas internacionales para usarlas como si estas fuesen recursos fiscales, pero son en realidad el único respaldo sólido de la moneda nacional; cambiar a voluntad la división territorial, reorganizar el gobierno local en comunas y someter a las FAN a principios izquierdistas antiimperialistas siguiendo el modelo comunista cubano. Peor aún, demanda que su propuesta se apruebe de manera integral, en bloque, para que nadie pueda gobernar con ideas distintas al socialismo extremista. Su proyecto ideológico de un Estado y economía socialista, aspira a anclarse también indefinidamente. Con claros enunciados y profusas citas de Marx y Lenin el Presidente no puede negar la naturaleza socialista-marxista de su propuesta, que apunta a establecer el predominio de la propiedad estatal, colectiva y comunal, así como a restringir la propiedad privada. La diferencia de este "proceso" con las violentas imposiciones comunistas del siglo XX es su aproximación gradual vía la imposición de cambios constitucionales y el singular uso del petróleo para financiar esquemas insostenibles sin base económica y que pretenden seducir a los más pobres en un proyecto colectivista militarista.
¿Cómo puede ser compatible este proyecto ideológico y extremista con la sistemática corrupción de jerarcas cívico-militares del régimen chavista y sus testaferros boliburgueses? Analizaré luego este tema en mi columna. Una situación que debe lucir como una extravagancia tropical para algunos intelectuales que abrigaron la esperanza de un socialismo creativo en una Venezuela democrática.
Extremistas locales e internacionales han terminado de convencer al presidente Chávez que una revolución socialista-marxista debe liquidar las instituciones "burguesas" que le dan contenido a la pluralidad, la descentralizacióny la alternabilidad, principios fundamentales de la Constitución de 1999 (artículo 6) que no pueden ser alterados por una reforma (artículo 342). La amenaza a la libertad política y económica es tan obvia y directa que será la prueba decisiva del espíritu democrático de los seguidores del presidente Chávez.
Orlando Ochoa
El Universal
orlandoochoa@hotmail.com
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