Al referirse a su proyecto como "socialismo petrolero" el presidente Chávez ha hecho una realista descripción del contenido del socialismo del siglo XXI. Su frecuente cita de Vladimir Lenin sobre el imperialismo como fase superior del capitalismo, pronunciada hace 90 años antes del auge y fracaso del comunismo, subraya la anacrónica ideología marxista-leninista del Presidente, acompañada de falaces referencias históricas. Hugo Chávez aspira a moldear el Estado con la reforma constitucional basada en un proyecto político personal, la cual incluye su reelección indefinida. Como se ha indicado en artículos anteriores, el socialismo chavista basado en petróleo no cuenta con un proyecto inteligible de desarrollo socioeconómico moderno, sino con una aspiración a seguir con infructuosos experimentos de propiedad colectiva para eventualmente reemplazar la actual producción nacional bajo propiedad privada. Esa es la novedad en el siglo XXI.
Tanto la economía socialista-marxista como el desarrollismo petrolero fracasaron en el siglo XX. Hay dos elementos comunes al socialismo marxista-autoritario y al rentismo petrolero: el discurso igualitarista sin progreso socioeconómico y la tolerancia de la corrupción en los círculos de poder. No es casualidad. En ausencia de incentivos económicos para estimular el desarrollo productivo se crean deliberadamente privilegios para los socios ocultos de los jerarcas del régimen. Sobre el despilfarro de recursos petroleros y la corrupción política-empresarial, el caso de Venezuela sobresale bajo los gobiernos de C.A. Pérez, Jaime Lusinshi y en forma trágica bajo Hugo Chávez.
En sectores del oficialismo hay conciencia de las inciertas perspectivas en el mediano plazo. Grupos de la izquierda radical aceptan a Chávez ahora, participan de la corrupción, pero esperan que el proceso socialista antiimperialista evolucione bajo sus propios líderes a un estadio sin rasgos militaristas. Por otra parte, se perciben los grupos militares sin convicciones de izquierda, activos participantes en el saqueo del tesoro nacional, aspirantes a conducir el país con más "sensatez" (e igual corrupción). Estas son algunas de las oscuras alternativas que disputarían la dirección del país para arrebatar el botín que quede. Debemos contar con un mejor proyecto para Venezuela.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario