Si algo se ha colado en los últimos días, es que, a pesar de las carantoñas de los "yes man" aparentes, de los tuqueques subiendo y bajando la cabeza en gesto aprobatorio, de los aplausos largos y los gritos de "uh, ah", de las piezas rojas rojitas que llenan los closets de los funcionarios del régimen, de las promesas de "contigo socialismo o muerte" que, habida cuenta de los maletines millonarios es mucho mejor que " contigo pan y cebolla", de la definitiva doble cara de quienes juran ser más fieles que los zamuros pero que en el fondo saben que si se aprueba el proyecto constitucional "adiós luz que te apagaste" no sólo para la oposición, para el resto, para aquellos que han quedado relegados al "rincón del olvido" de los que piensan diferente, sino básicamente para ellos que están cerca, que disfrutan de las mieles del poder, que tienen aspiraciones y que a la luz de tantas y tantas purgas que lleva ya el régimen, no saben cuándo les tocará su turno en la guillotina. Hay de todo en la viña del Señor. Los oportunistas de siempre. Aquellos que apoyan por conveniencia, por "razones crematísticas" no más¿
Pero también hay los que están "por convicción". Por la visión de una sociedad más justa, más igualitaria, más humana. En ellos que han hecho del socialismo su ideal de vida, la preocupación es mucho mayor, porque esto huele demasiado a ideas vetustas, personalistas, a traje a la medida, con un barniz de izquierda como "empaque publicitario", pero con "tufillo a caudillo decimonónico" colándose por todas los rincones de esos 33 artículos de nuestro tormento.
La sempiterna "ley del embudo" de quien cree tener la "sartén por el mango". La reelección indefinida para él, el poder regional para él, las reservas del Banco Central para él, la propiedad privada ya no lo será tanto porque el Estado (o sea él) decidirá, la actividad profesional y comercial también dependerá del deseo de él, se trabajará unas horas menos, aparentemente sí, pero no queda claro si parte del tiempo se tendrá que dedicar al estudio de las ideas de él; la Fuerza Armada otrora profesional en la defensa de la soberanía nacional, ahora tendrán más el perfil de una milicia a la imagen y semejanza de la ideología y la visión geoestratégica de él¿ En definitiva, él y sólo él. Él y por siempre él. Él y todo él¿
Dentro de lo poco que se cuela, ya se sabe que hay preocupación en un sector de la FAN, también en un grupo importante de parlamentarios (y no sólo los de Podemos quienes lo han manifestado), en alcaldes y en gobernadores que ante las cámaras dicen una cosa y cuando están en confianza otra. Pero ¿quién se atreve a ponerle el cascabel al gato?... ¿Y si les pasa lo mismo que a Ameliach?... Ni de...
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