Creo que cuando un pueblo calla o no denuncia las irregularidades que se cometen, no critica a un gobierno que no cumple con sus funciones, no alza la voz en pro de la libertad y la democracia, pues soy de los que piensa que ese pueblo que calla está muerto.
Los venezolanos no callamos, pero nos quieren callar, los venezolanos estamos vivos, pero nos quieren matar, ¿y cómo evitar una muerte que parece lenta y dolorosa? Pues parece que la única manera es hablando, gritando, luchando, peleando.
Una manera de levantar nuestra voz es dando a conocer lo que significa el proyecto de la reforma constitucional. ¿Cómo lo hacemos? Pues asistiendo a charlas, foros, asambleas de ciudadanos, en fin, presentándonos en algún lugar donde se hable de esto. Yo tengo varios amigos que están montados en el tren de la revolución y de tanto en tanto hablo con ellos sobre lo que sucede en este país, ellos tienen unas ideas interesantes que también vale la pena escuchar (no sólo mis amigos sino sus amigos revolucionarios también, hablen con ellos, entiendan su punto de vista y seguramente ellos entenderán el suyo). Se pueden hacer muchas cosas para que nuestra voz sea escuchada.
Tengo que ser sincero, yo creo que en este momento la batalla está perdida, creo que el Gobierno tiene todo a su favor para pasar su aplanadora en diciembre, lograr que el proyecto de reforma constitucional sea aprobado sin que se le haya cambiado ni una coma y a partir de allí sólo escucharemos los gritos en el silencio.
Pero la esperanza es lo último que se pierde, yo seguiré alzando mi voz en donde pueda, seguiré luchando desde mi trinchera por los valores que me inculcaron desde pequeño, yo seguiré trabajando todos los días por un mejor país¿ Aunque mis gritos sólo se escuchen en el silencio, ¿y usted?
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