Pero el secretario general de la Internacional Socialista (IS), el chileno Luis Ayala, -quien estuvo en Venezuela para la XII Convención Nacional del Movimiento al Socialismo- advierte una condición suprema para la existencia del socialismo y es que exista en democracia. Además, recuerda que en el siglo XX hubo dolor en muchas sociedades porque se asoció el concepto de socialismo con la dictadura o el autoritarismo.
-¿Háblenos de la razón de su visita a Venezuela?
-He venido para traer un saludo fraternal de la Internacional Socialista a la Convención del MAS, que es miembro activo de esta familia, también estamos demostrando nuestro interés y compromiso sobre la realidad en Venezuela. Hoy en día la Internacional Socialista es la mayor organización política internacional, producto de que el socialismo democrático ha sido y es un movimiento exitoso. Actualmente hay varios miembros de esta familia que son gobierno en Europa, varios de ellos en América Latina. Cerca de 50 gobiernos están dirigidos por miembros de la Internacional.
-¿Cuál es el principal mensaje que ha traído?
-Puse de manifiesto que ha habido históricamente diferentes propuestas de socialismo. Muchos conocieron el concepto del autoritarismo bajo el concepto socialista, donde se negaba la libertad y la democracia, hubo otros procesos políticos que se les llamo socialismo, pero el socialismo que nosotros representamos es el socialismo democrático, que es el socialismo que ha sido el arquitecto de la lucha por la democracia y por la libertad, porque donde las libertades fueron conculcadas, los socialistas democráticos lucharon por llevar adelante esa agenda de libertad. Nos llamamos socialistas, somos socialistas, porque tenemos un profundo compromiso en la lucha por la equidad, por la igualdad de oportunidades, estamos por la construcción de sociedades inclusivas, estamos conscientes de que el estado es necesario, un estado moderno, de que los gobiernos son necesarios, pero necesitamos gobiernos más eficientes, y sobre todo necesitamos instituciones políticas y democráticas sólidas.
-¿Es posible que haya quienes se disfracen de socialistas para esconder el corte autoritario?
-El socialismo hoy tiene un papel protagónico, un espacio y una gran tarea que es la de hacer avanzar , consolidar y prosperar la democracia. Incluso en los regímenes más autoritarios, que van quedando muy poquititos, tú ves con mucha fuerza un gran debate hoy día por la democracia, esa es una idea universal. Simpatizamos con todos aquellos que mueven una idea de igualdad de oportunidades, de equidad social y de inclusión, pero tambien estamos comprometidos a un debate con otras fuerzas políticas y nuestras propias realidades que toman en cuenta nuestro compromiso con la democracia y con la libertad. Mucho dolor hubo en muchas sociedades del mundo en el siglo XX porque hubo algunos que asociaron el socialismo con la dictadura o con el autoritarismo. En esa lucha, lo que está comprobado, es que no hay socialismo sin democracia.
-¿La reforma constitucional en Venezuela, que extiende el período presidencial y aprueba la reelección indefinida, no va en contra del principio democrático de la alternabilidad?
-Es muy importante que cualquier debate que se dé, de esta naturaleza, sea muy informado, donde los ciudadanos tengan claro acceso a todas las opciones que están planteando y la posibilidad de tomar estas decisiones en un contexto de profunda transparencia y democracia. Lo que hemos aprendido nosotros, de acuerdo con nuestras prácticas políticas, es que en un régimen parlamentario hay ciertas reglas para responder a los requerimientos de la democracia que no son exactamente las mismas de un sistema presidencial, por ejemplo lo de la alternancia. En un régimen parlamentario donde el parlamento designa un primer ministro o un jefe de un ejecutivo, existen mecanismos de consulta permanente a través de los miembros del parlamento a los ciudadanos, además, en los regímenes parlamentarios más antiguos del mundo se vota en el parlamento y un gobierno puede ser cambiado en cosa de minutos. Nosotros siempre hemos estado muy comprometidos en la búsqueda del resguardo de la alternancia política, porque operamos en los distintos sistemas, porque sabemos que la tarea fundamental es preservar las fortalezas de las instituciones políticas
-¿Qué le parece la idea de establecer constitucionalmente un estado socialista?
-Eso me trae recuerdos de viejas y pasadas experiencias que no fueron nunca exitosas, me parece como un retazo de otra época. Creo que lo que distingue el socialismo es el compromiso de sus ciudadanos con su gestión política. No creo que hay que teñir a las instituciones de los estados con una visión de mundo, la tarea es construir instituciones que sean capaces de responder a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos, de todos los colores y todos los temas. Las instituciones del estado deben tener un signo democrático. Yo igualmente estaría en contra de de una visión del estado que respondiera a una visión puramente neoliberal y que haya que establecer instrucciones que solo privilegien el mercado o la visión egoísta del individuo, también sería un gran error.
-A América Latina parece afectarla el vicio del personalismo. ¿Cree que se ha avanzado en ese sentido?
-Tiene razón y no es una cosa favorable a la democracia -el personalismo-. Tenemos que fortalecer las instituciones, pero esta asociación que se hace en América Latina de quien cumple con las funciones de presidente a la persona, no me parece que contribuye a fortalecer las instituciones. Las grandes democracias del mundo son mucho más neutras en lo que respecta a la persona que está ocupando el gobierno y los ciudadanos son muchos más libres para elegir a uno o a otro, en el entendido de que hay una realidad que es común a quien ejerce el gobierno y quien ejerce el poder, y es el de responder a los intereses de la mayoría de los ciudadanos y eso es lo que hay que preservar, en vez de concentrar todo en la persona que está ocupando una responsabilidad.
En tiempos donde las franelas del Ché Guevara vuelven a estar a la moda y cuando la izquierda vive una época soñada en América Latina, el debate sobre el socialismo centra la atención de la opinión pública.
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