Mientras se cuestiona (como lo hiciera Nicolás Maduro en la ONU) el gasto militar en EE.UU señalando todo lo que se podría construir para los mas necesitados, omite que los venezolanos planteamos lo mismo frente a la política dispendiosa y militarista del Gobierno. Mientras se critica las condiciones de los presos en Guantánamo o Abu Ghraib, al menos un muerto diario ocurre en Venezuela, sin contar los heridos, violados, torturados, vejados o limitados en sus derechos procesales de nuestro país. Mientras se destacan los horrores de la represión brutal del régimen asesino de Pinochet, se ve con buenos ojos y como parte del "proceso" que en Cuba se haga lo mismo que en el Sur, aun cuando los gobiernos se autodefinan de signo distinto.
Pero más allá. Mientras se interviene groseramente en la vida interna de otros países como Bolivia, Ecuador; Nicaragua, etc, se declara, como lo hiciera recientemente el vicecanciller Vladimir Villegas, que lo que está ocurriendo en Myanmar (antes Birmania), no debe ser objeto de señalamientos por la comunidad internacional porque los actos de represión, asesinatos y limitaciones a la libertad, es un "asunto interno" de aquellas tierras, y que los argumentos de defensa de los derechos humanos no son nada inocentes. Claro hay que tomar en cuenta la gran cantidad de convenios en materia energética y agrícola que estudian ambos gobiernos. Definitivamente, el bien y el mal dependen de si el tirano de turno es amigo o no de la causa del Gobierno. Ver caso Bielorrusia
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