El debate está en la calle. A favor y en contra de la reforma constitucional, los dirigentes comunales Raúl García y Omar Velásquez dejan claro que no son ajenos a los cambios que plantea el presidente de la República, Hugo Chávez, y la Asamblea Nacional.
Desde la parroquia 23 de Enero, García trabaja con sus compañeros del Consejo Comunal del Barrio Sucre, para dar a conocer los cambios jurídicos de una nueva Carta Magna, que "blindará al pueblo".
A su juicio, la corrupción no tiene cabida en una Venezuela que imagina con vicepresidentes para varias regiones. Las opiniones, sin embargo, varían.
En Guarenas, al otro lado de la Gran Caracas, Velásquez teme que en vez de construirse el Estado socialista, un capitalismo de Estado se apodere del país. Con las modificaciones se pone en juego el derecho a la protesta, dice quien se declara un dirigente socialista.
Desde Villa Panamericana asegura que si bien no le preocupa la reelección continua, sabe que su consecuencia es la desaparición de la generación de relevo.
Si le permitieran agregar algo al proyecto, brindaría a todos los funcionarios con cargos de elección popular la oportunidad de presentarse a la reelección continua.
Lo que uno asocia con desarrollo y humanismo, otro lo relaciona con demagogia y amedrentamiento. García y Velásquez bien pudieran ser una muestra de las discusiones que hoy se encuentran en los pasillos del Parlamento, en los medios, y hasta en las sobremesas.
Luego de pedirle a sus seguidores que acumulen bebidas energizantes, barras de chocolate, caramelos y linternas, el Comando Nacional de la Resistencia convocó para el próximo 26 de noviembre la marcha "sin retorno", actividad con la que esperan "impedir" que entre en vigencia la reforma constitucional impulsada por el presidente Hugo Chávez, al tomar las calles por tiempo indefinido.
El anuncio lo realizó ayer el abogado Hermann Escarrá en la concentración celebrada en la avenida Victoria de Caracas, donde también invitó a los opositores a salir a manifestar el próximo viernes 9, para participar en la "jornada nacional de protesta".
"El pueblo saldrá ordenadamente para expulsar a quienes entregan la patria (...) Ya ha llegado la hora. Este es el momento", afirmó el jurista, quien no precisó en qué consistirá esta iniciativa. Sólo informó que la misma se desarrollará desde la 6:00 am hasta las 6:00 pm.
Aplausos y gritos de "pa' la calle" se escucharon en la avenida también conocida como Presidente Medina Angarita, donde cientos de ciudadanos colmaron cuatro cuadras de ese corredor vial, sin importar que no se revelarán detalles de cuál es la estrategia para "impedir" que se materialice la modificación a la Carta Magna.
Escarrá aseguró que la iniciativa presidencial equivale al "acta de defunción" del Gobierno y volvió a retar al primer mandatario a debatir los cambios al texto fundamental, no sin antes recordar que los mismos le otorgan al jefe del Estado la potestad de designar a todos los oficiales de la Fuerza Armada, le permitirán administrar las reservas internacionales, así como crear nuevas instancias de gobierno y designar a sus autoridades, entre otras.
"No sea pataruco. No se esconda. No nos obligue a ir a un Aló Presidente", afirmó, al tiempo que reiteró que no participarán en el referendo del 2 de diciembre, donde se decidirá si se aprueba o no la reforma.
El ex diputado Henry Ramos Allup, líder de Acción Democrática (AD), partido que respaldó el acto, solicitó a las fuerzas opositoras que ya han anunciado su disposición de detener con votos los cambios a la Constitución no engañar al pueblo.
"No es posible convivir con un autócrata que sólo se vale de la democracia para engañar a la comunidad internacional (...) A la calle a echarle bolas para defender lo poco que queda de democracia. No sigan engañando al pueblo. En bloque, por partes o artículo por artículo esto (la reforma) es una porquería", afirmó, al tiempo que no dudó en calificar al presidente Chávez de "malandro" y a los diputados de la Asamblea de "servicio doméstico" del mandatario.
Ramos llamó a los venezolanos que rechazan la reforma que salgan a protestar. Aunque en un principio habló de hacerlo pacíficamente, también les pidió no tener "miedo de tirar una piedra si es necesario", pues aseveró que ésta es la única forma de lograr que el jefe del Estado deseche su propuesta.
"¡Que retire la reforma! ¡Que entienda que el pueblo está arrecho!", afirmó. Esta postura fue apoyada por el ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien negó que los llamados hechos en el acto estén al margen de la ley y para ello se escudó en el ar- tículo 350 de la Carta Magna.
Con excepción de los airados reproches de unos pocos asistentes a los policías metropolitanos que garantizaban la seguridad, por la actuación de este cuerpo durante la reciente marcha de los estudiantes, la concentración se desarrolló sin incidentes. La tromba de agua que cayó al mediodía refrescó tanto a los congregados como a los incendiarios oradores.
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