Más allá de las consideraciones y las dudas que razonablemente sembraron la ausencia de picadas, el pelo perfectamente arreglado, el semblante grato de las recién liberadas rehenes de las FARC, Clara Rojas y Consuelo González, habría que preguntarse dónde estuvieron todo este tiempo desde su secuestro.
Esta pregunta, cuya respuesta es obvia, la hago por las aseveraciones hechas por las ciudadanas liberadas, por la diputada Cilia Flores y por el propio presidente de la República cada vez que desde la semana pasada se refiere al tema. Todos ellos hablan se estas víctimas como de alguien que "volvió a la vida". Una y otra vez hemos escuchado esa lapidaria frase. "Gracias Presidente por permitir que volvamos a la vida" se lo escuchamos por primera vez a Clara Rojas en la conversación telefónica con Chávez desde "la selva colombiana". Ahora bien, si volvieron a la vida ¿dónde estaban? Podríamos decir que en un abismo tal vez más parecido a la muerte que a otra cosa. Y quienes mantienen a unos ciudadanos privados ilegítimamente de su libertad por varios años en ese abismo parecido a la muerte ¿Qué son? ¿Un equipo de béisbol? ¿Una congregación religiosa? ¿Un partido político? ¿Un grupo excursionista? ¿Qué son?
Para el momento de escribir estas líneas ya los gobiernos de seis países de clara importancia para Venezuela han rechazado la solicitud presidencial venezolana sobre quitarle el calificativo de terroristas a las FARC. Obviamente Colombia, también España, Perú, Guatemala, y sorpresivamente Ecuador y Argentina. No dudamos en que en las próximas horas otros más lo hagan de igual manera si lo consideran pertinente. Sin embargo, hasta ahora ningún país se ha pronunciado apoyando esta propuesta.
Ahora ¿para dónde nos lleva esa nueva aventura presidencial? ¿A desviar la atención electoral? Luce demasiado burda esa conclusión. ¿A provocar un bloqueo internacional y una arremetida de los demás países? ¿A generar malestar entre los miembros institucionales de la FAN? Todavía es muy temprano para saberlo.
Esta pregunta, cuya respuesta es obvia, la hago por las aseveraciones hechas por las ciudadanas liberadas, por la diputada Cilia Flores y por el propio presidente de la República cada vez que desde la semana pasada se refiere al tema. Todos ellos hablan se estas víctimas como de alguien que "volvió a la vida". Una y otra vez hemos escuchado esa lapidaria frase. "Gracias Presidente por permitir que volvamos a la vida" se lo escuchamos por primera vez a Clara Rojas en la conversación telefónica con Chávez desde "la selva colombiana". Ahora bien, si volvieron a la vida ¿dónde estaban? Podríamos decir que en un abismo tal vez más parecido a la muerte que a otra cosa. Y quienes mantienen a unos ciudadanos privados ilegítimamente de su libertad por varios años en ese abismo parecido a la muerte ¿Qué son? ¿Un equipo de béisbol? ¿Una congregación religiosa? ¿Un partido político? ¿Un grupo excursionista? ¿Qué son?
Para el momento de escribir estas líneas ya los gobiernos de seis países de clara importancia para Venezuela han rechazado la solicitud presidencial venezolana sobre quitarle el calificativo de terroristas a las FARC. Obviamente Colombia, también España, Perú, Guatemala, y sorpresivamente Ecuador y Argentina. No dudamos en que en las próximas horas otros más lo hagan de igual manera si lo consideran pertinente. Sin embargo, hasta ahora ningún país se ha pronunciado apoyando esta propuesta.
Ahora ¿para dónde nos lleva esa nueva aventura presidencial? ¿A desviar la atención electoral? Luce demasiado burda esa conclusión. ¿A provocar un bloqueo internacional y una arremetida de los demás países? ¿A generar malestar entre los miembros institucionales de la FAN? Todavía es muy temprano para saberlo.
Unai Amenabar
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