Todo está al revés. La carreta marcha delante de los bueyes. El gato ladra. El amo muerde al perro. ¡Ah mundo! Falta que por el grifo de la batea emane sopa de letras del alfabeto griego. La revolución lo distorsiona todo. Como cualquier Harry Houdini tuerce lo que sea, obligando a los cofrades y subalternos a acatar sus designios. Aunque sean los más ajenos a sus destrezas. Hasta lo supremamente emblemático e institucional, como Pdvsa y la Fuerza Armada, fueron transfigurados. La petrolera ahora produce canicas y fía víveres. La milicia pela papas y lava verduras.
La cosa es tan incoherente que asombra, por ejemplo, la ingerencia cubana en los asuntos internos del país, la asociación con empresas y gobiernos extranjeros sin experticia comprobada para procesar hidrocarburos o las donaciones externas cuando en Venezuela hay tanta necesidad. Pero lo que más desconcierta al soberano, excepción hecha de la fervorosa defensa del bandolerismo camuflado de ejército de liberación, es el trastoque de la misión y objetivos del funcionariado y de casi todo el aparato estatal. Estos son algunos de los nuevos roles:
Misión cuento: Paseará temporadistas por la ruta de la empanada, cosechará cotoperí en el eje Apure-Orinoco, empacará panelas del papelón del que algún día procesará el central azucarero de Barinas, fabricará muebles de cují tapizados en cuero de chivo e importará quincalla de Rusia e Irán.
Citgo: pregonará y mercachifeará en el Imperio la revolución mesma.
Pequiven: ensamblará carruchas bolivarianas y fabricará casas comunales y gallineros verticales.
Refinería de Amuay: pasteurizará leche de guanacos argentinos y uruguayos o de ocelotes nicaragüenses, embotellará guarapo de níspero malayo y guisará arroz a la cubana.
Intevep: Regentará todo merendero sito en cualquier vía de entrada y salida a la capital del reino.
Centro Simón Bolívar: Censará, autorizará, financiará e impulsará la economía colectivista ejercida en avenidas y autopistas de la capital del reino.
CVG: Embutirá queso de leche de mona, chicharrón peludo y expenderá remedios a granel para la diabetes.
Inparques: Confeccionará con cerdas de sisal cachuchas, alpargatas, bombachos y brazaletes rojos rojitos para la exportación.
Electricidad de Caracas: Venderá mediante tarjeta de racionamiento buches de leche líquida, puñados de leche en polvo, pizcas de helado Copelia y pastillas al detal para la tensión.
Cantv: Comercializará caraotas, ñemas y pastas hechas con mezclote de harina de yuca y plátano.
Ipostel: Expenderá, a precios solidarios, carne de bisonte e iguana y, eventualmente, corronchos y bagres.
Entre tantas nuevas y originales funciones faltaría por asignar el trueque de hoja de coca y sus derivados.
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