El "ser humano" es la motivación central del empeño del presidente Chávez en la liberación de los rehenes de las FARC. Ese, por lo menos, es el discurso que se ha manejado en todo este proceso que culminó exitosamente con la liberación de Clara Rojas y Consuelo González. Un hecho que, sin duda alguna, conmovió a la colectividad en Colombia y en Venezuela. Y es que toda vez que el leitmotiv del socialismo no le resultó al régimen porque el rechazo a ese esquema fue masivo el pasado 2 de diciembre, ahora el "humanismo" y "la paz" han pasado a reemplazar el andamiaje argumental revolucionario.
En el plano discursivo es impecable el cambio de estrategia. Chávez queda como un hombre bondadoso empeñado en una causa noble y el impacto de las imágenes de las mujeres encontrándose con sus familias luego de años de cautiverio, minimiza el fracaso de un show que dejó fríos los rollos de la película que no filmó Oliver Stone, a pesar que el protagonista se vistió con su traje campaña y alardeó de una logística que no llegó a ponerse en práctica porque las FARC engañaron al mundo con un niño que ya no estaba en sus manos. El ridículo mediático de la operación Emmanuel quedó en parte resarcido con la parte II de feliz término.
Nos imaginamos que esta historia del papel activo de Chávez en el conflicto colombiano continuará y si es por el bien de las personas secuestradas todos debemos alegrarnos. Claro, siempre y cuando se retomen las relaciones entre ambas naciones y no se empeñe en dejar mal parado al gobierno del hermano país a favor de la imagen del grupo terrorista. Los intereses ocultos más allá del "humanismo" no deberían formar parte de la agenda. He allí el detalle. Si no, todo lo bonito y positivo que ha tenido la lucha por estas liberaciones quedarían sólo como una burda manipulación política. En paralelo el líder se monta en el plano nacional sobre la estrategia de las tres erres y lanza el decreto de amnistía. Pudiera hablarse de un intento de relanzar también su imagen como un hombre magnánimo y con capacidad de rectificación. Borrón y cuenta nueva, pues.
Bueno, queda un quinquenio. En el pasado eso era un período constitucional. Después de toda el agua recorrida por este río de ocho años, luego de todo lo vivido el régimen intenta un relanzamiento. Como en el plano internacional en relación con Colombia, no podemos menos que esperar que tenga éxito y que trascienda lo discursivo a lo efectivo. Pero para que lo sea, si de verdad hay ánimo de rectificación, el SER HUMANO debería ser realmente lo más importante. Aquí también hay secuestrados, aquí a pesar de la amnistía aún hay presos políticos, aquí matan más personas que en una guerra civil, aquí no se consiguen los productos básicos, aquí el Bolívar Fuerte se nos quedó chiquitico. Pero el líder se olvida de esas historias y prefiere defender a los "grupos insurgentes" y se convierte en su publicista ante el mundo pidiendo su reconocimiento... Todo por la paz... todo "por amor"...
En el plano discursivo es impecable el cambio de estrategia. Chávez queda como un hombre bondadoso empeñado en una causa noble y el impacto de las imágenes de las mujeres encontrándose con sus familias luego de años de cautiverio, minimiza el fracaso de un show que dejó fríos los rollos de la película que no filmó Oliver Stone, a pesar que el protagonista se vistió con su traje campaña y alardeó de una logística que no llegó a ponerse en práctica porque las FARC engañaron al mundo con un niño que ya no estaba en sus manos. El ridículo mediático de la operación Emmanuel quedó en parte resarcido con la parte II de feliz término.
Nos imaginamos que esta historia del papel activo de Chávez en el conflicto colombiano continuará y si es por el bien de las personas secuestradas todos debemos alegrarnos. Claro, siempre y cuando se retomen las relaciones entre ambas naciones y no se empeñe en dejar mal parado al gobierno del hermano país a favor de la imagen del grupo terrorista. Los intereses ocultos más allá del "humanismo" no deberían formar parte de la agenda. He allí el detalle. Si no, todo lo bonito y positivo que ha tenido la lucha por estas liberaciones quedarían sólo como una burda manipulación política. En paralelo el líder se monta en el plano nacional sobre la estrategia de las tres erres y lanza el decreto de amnistía. Pudiera hablarse de un intento de relanzar también su imagen como un hombre magnánimo y con capacidad de rectificación. Borrón y cuenta nueva, pues.
Bueno, queda un quinquenio. En el pasado eso era un período constitucional. Después de toda el agua recorrida por este río de ocho años, luego de todo lo vivido el régimen intenta un relanzamiento. Como en el plano internacional en relación con Colombia, no podemos menos que esperar que tenga éxito y que trascienda lo discursivo a lo efectivo. Pero para que lo sea, si de verdad hay ánimo de rectificación, el SER HUMANO debería ser realmente lo más importante. Aquí también hay secuestrados, aquí a pesar de la amnistía aún hay presos políticos, aquí matan más personas que en una guerra civil, aquí no se consiguen los productos básicos, aquí el Bolívar Fuerte se nos quedó chiquitico. Pero el líder se olvida de esas historias y prefiere defender a los "grupos insurgentes" y se convierte en su publicista ante el mundo pidiendo su reconocimiento... Todo por la paz... todo "por amor"...
María Isabel Párraga B
No hay comentarios.:
Publicar un comentario