La TV y la radio colombianas, la mayoría de los canales privados de Venezuela (y otros países latinoamericanos, además de España) transmitieron el histórico concierto del que emanaban dos significados simultáneos: el de estar allí por la paz y en contra de la guerra y el de disfrutar del arte de figuras internacionales que ese día se apartaron de sus muy bien pagadas actuaciones, para ir a cantar gratuitamente a favor del entendimiento entre los pueblos. Donde hasta hace pocos días estaban los tanques y los militares enviados por Chávez en abierta amenaza a Colombia, ahora miles de jóvenes venezolanos, colombianos y ecuatorianos enarbolaban banderas y elevaban sus voces en pro de la unidad y la paz.
Mientras eso ocurría en la frontera, en Venezuela los medios oficiales (VTV, Tves, Vive y hasta la desvergonzada televisora de la AN) censuraron el concierto y, de espaldas a la paz, transmitían la guerra dominical de Chávez, esta vez contra los "traidores" del PSUV que osen lanzar sus candidaturas y contra Mr. Bush, a quien acusó de ser el culpable del desabastecimiento ("Bush quiere que el pueblo venezolano pase hambre"), en vista de que "por ahora" y por temor a las computadoras de Raúl Reyes (RR), ha paralizado su guerra contra Uribe! Cómo le mortifican los documentos en el ordenador de RR! Ese domingo decía una y otra vez que "los datos del computador no son pruebas". Los nervios de Chávez se explican porque medios colombianos (entre ellos la revista Semana) han dicho que peritos de Interpol ya dieron el primer visto bueno a la investigación, de la cual Chávez podría estar expuesto a una condena internacional como promotor del terrorismo. Hasta sus ídolos del béisbol le dan la espalda: Ozzie Guillén mostró su indignación contra Chávez por el minuto de silencio guardado al narcoguerrillero RR. Todo le está saliendo mal: Lula no atiende sus llamadas; el canciller Amorim anuncia que Brasil rechaza la propuesta de Chávez de darle beligerancia a las FARC; el candidato de izquierda paraguayo dice no apoyar a Chávez y sí el estilo de Lula y la Kirchner también se deslinda por el caso de las FARC.
¡Qué mal asesorado está Chávez! Ni siquiera Telesur (bajo su control), que dice estar "al servicio del continente", se dignó transmitir parte de ese concierto de interés continental. Si el terror de Chávez a los ya nada secretos de las computadoras de RR le hizo llamar a Uribe para pedirle una reunión urgente ¿Por qué no mostró su adhesión a la paz ordenando la transmisión de ese maravilloso concierto al menos a través de VTV y, por el contrario ordenó su censura? ¿Por qué perderse las palabras de un ídolo mundial como Juanes a favor del entendimiento entre Uribe, Correa y Chávez, tan urgido como está el último de hacerse perdonar los obscenos insultos contra Uribe, los diez batallones en la frontera y, sobre todo, su apoyo a las FARC? La respuesta es simple. Porque como el cuento del escorpión y la rana, mientras los jóvenes cantaban a la paz sin fronteras, la naturaleza de Chávez se inclinó, una vez más, por el insulto y la guerra.
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