El ciego, sordo pero nunca mudo se quedó sin argumentos. No pudo rebatir "con hechos" la rueda de prensa dada por la Interpol y sólo atinó a pronunciar insultos, improperios y el ya más que manido expediente del Imperio y sus tentáculos en este órgano policial. Es como leer una historieta amarillenta y manoseada que ya ni sorprende ni divierte. Tristísimo espectáculo todo esto que estamos viendo, viviendo la pena, no ajena, sino muy propia que da nuestro Presidente tanto adentro como afuera. Lo único que tiene en su haber es la chequera, porque luego de lo sucedido la semana pasada lo que quedaba de credibilidad lo tiró por la borda al asumir con mínima seriedad y "sospechosa exaltación" unas denuncias que lo dejan a él y a su gobierno muy mal parados.
La mesa está servida. Las pruebas están allí y según lo dicho por el órgano policial internacional se requiere, como el bolero, "toda una vida" para revisarlas completamente.
Y es que no sólo es el mundo el que le está quedando chiquitico, sino el que hasta ahora fue su coto, su reinado, su dominio, le está saliendo respondón. Así como internacionalmente se escuchó en diferentes idiomas una expresión que en criollo se traduciría como un "sí Luis" ante lo "no dicho" y mucho menos explicado en relación con las computadoras, en el país, su propia gente del llamado Partido Único de la Revolución se quedó con esa sensación de vacío y engaño. Un "otra vez nos la hicieron". "Nuevamente nos utilizaron y nos engañaron", dicen, piensan y padecen. Lo de la "consulta a las bases" fue un cuento de camino. El ciego, sordo pero nunca mudo tiene acción dorada. Es "el gran elector" y, en definitiva, lo de los números de los más votados quedará como parte de los "secretos revolucionarios" y no se diga más...
El detalle está en que sí se está diciendo. Tanto afuera, como adentro...
Esa mesa está servida...
La gran pregunta es qué viene ahora. Cuáles serán las movidas políticas tanto en lo internacional como en el ámbito local.
El tema de las computadoras pica y se extiende. La oposición no puede dejarlo de lado. El "ombligo candidatural" no debería ser su único objetivo. Lo que está pasando es demasiado denso, es al extremo grave.
Más allá de una alcaldía o una gobernación, o una encuesta o la otra, está el asumir esto como un asunto prioritario de TODOS y para TODOS. Esa sería una buena demostración de "voluntad unitaria" más allá de las lógicas, sanas y necesarias aspiraciones personales. ¿Qué tal un pronunciamiento conjunto de los principales líderes? ¿Qué tal una fotografía en grupo y una acción común más allá de una que otra declaración aislada, dada por no dejar y para que no digan que yo no dije?
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