En el mejor de los casos pudo haberse tratado de otro de los "raptos emocionales" de Chávez, quien suele hablar más de lo debido y luego vienen los arrepentimientos y las planas enmendadas. Pero ¿y si no fue así? ¿Y si en algún momento realmente eso ha estado planteado? ¿Y si se trató de un globo de ensayo? ¿Y si fue una filtración indebida de información? Porque cuesta creer que los medios rusos se hayan puesto de acuerdo para publicar un invento sacado de la nada. ¿Una mala traducción? Todo es posible en la dimensión desconocida. Pero también es verdad que en la amplia gama de posibilidades quepa una en la cual en algún momento de esa historia se esté apelando nuevamente a la tramoya, el "entaparado" y la falsedad. ¿Por qué tendríamos que admitir al pie de la letra la versión oficial, mucho más aún cuando estamos bajo el síndrome de Pedro y el lobo y ya cuesta creerle hasta la hora a este gobierno?
Este es el mismo régimen que nos dijo que Montesinos no estaba en nuestro país, Chávez es el hombre que nos aseguró que se quitaría el nombre si no resolvía el problema de los niños de la calle. Él fue el que aquel 13 de abril, luego de retornar al poder, con el Cristo en la mano pedía perdón y llamaba a la reconciliación nacional, también el que ha negado su relación con la guerrilla de las FARC. Este es el gobierno que negó que algún funcionario estuviera ligado con el caso de la valija de Antonini Wilson y miren ya por donde va ese cuento.
Hasta el propio periodista mexicano Jorge Ramos, en un artículo que denominó "Las Tres mentiras de Chávez" y que publicaron varios medios latinoamericanos dio cuenta de la falsedad de la palabra del susodicho cuando en medio de la campaña electoral afirmó que él no aspiraría la reelección, que no nacionalizaría ningún medio de comunicación y que no atentaría contra la empresa privada... Dirán ustedes... ¿Caben dudas?
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