Chávez hace tiempo que no acierta una. Tiene más desunido que nunca a su partido "socialista unido"; las encuestas revelan que podría perder las doce más importantes gobernaciones del país y más de la mitad de las alcaldías; la corrupción e ignorancia oficiales han hecho disparar la inflación y naufragar las misiones, su más importante instrumento demagógico-electoral; los sondeos registran también la creciente caída del apoyo presidencial a causa de la regaladera de $ miles de millones a sus compinches externos y a su despreocupación por las muertes de miles de compatriotas a manos del hampa y, por si fuera poco, ante el crecimiento de la pobreza en plena bonanza petrolera, Chávez gasta $ millones en armas de guerra dirigidas, no a la lucha contra el hampa dominante en Venezuela, sino a su enfermiza obsesión de enfrentarse al Imperio.
La prensa mundial comenta el impacto de su incontenible verborrea, ahora desde Rusia, país al que visitó para comprar todo cuanto cachivache bélico le ofrecían, aunque, según algunos analistas, habría acudido para buscar el apoyo ruso ante el temor de que el affaire terrorista de la computadora de Raúl Reyes llegue hasta la ONU.
Al arribar a Moscú, las agencias rusas Itar-Tass e Interfax informaban sobre la enorme lista de compras que llevaba en mente el jeque venezolano, a saber: 20 sistemas de defensa misilísticas Tor-M1, tres submarinos de diesel Varsshavyanka, seis submarinos no nucleares, varias docenas de embarcaciones militares, tanques y aviones de reconocimiento Ilyushin. El Moscow Times dice que el trato incluye helicópteros de combate Mi-28. Mientras crece la venta de armas a Venezuela, algunos clientes de Rusia, como la India, manifiestan su preocupación sobre la baja calidad de los equipos recibidos. De hecho Argelia devolvió este año 15 cazas MiG por graves fallas. Analistas militares recuerdan los tanques y armas que a costa del hambre de los peruanos compró a Rusia el dictador Velasco Alvarado (admiradísimo por Chávez) y que hace tiempo son chatarra inservible. El Moscow Times dice que 24 cazas Sukhoi y unos 50 helicópteros de ataque están en camino a Venezuela.
El incontinente habló hasta por los codos y la agencia Interfax sumó los costos de los artilugios comprados ($ 4.600 millones) y los muchos por comprar hasta el 2013, y concluyó que alcanzaban a unos $ 30 mil millones. Al poco Chávez arremetió contra la IV Flota y ofreció que "si las Fuerzas Armadas Rusas quieren estar en Venezuela, allí serán recibidas calurosamente (... ) con banderas y tambores. Resulta claro que "estar" no es "visitar"; es permanecer en un lugar, de ahí la lectura correcta realizada por la prensa mundial de asociar el "estar" con la invitación a permanecer en Venezuela. Debido al impacto demoledor de lo dicho, Chávez y su Mujiquita intentaron desmentirlo, insultando al mensajero. Dicen que los medios rusos tergiversaron y descontextualizaron sus declaraciones y que detrás de la "maniobra" está el Imperio. ¿Les resulta familiar el "argumento"?
El analista Max Delany reseñó detalles emanados de fuentes oficiales rusas y llega a la conclusión de que Chávez solo conseguiría armas, pero no respaldo político del nuevo presidente Medvedev, quien "mantendrá las reuniones en un bajo perfil, impidiéndole utilizar la visita como una plataforma para atacar a EEUU", como en efecto ocurrió. Con tal fin se decidió que el encuentro fuera en el Kremlin, donde "hay limitaciones de espacio" y cabrían pocos reporteros. Los voceros del Kremlin "off de record" califican a Chávez de "controversial" y "locuaz", rasgos que "podrían no ir bien con la imagen liberal de Medvedev". Ya en 2007 la visita de Chávez fue tratada con "muy bajo perfil", pues "ocurría en vísperas de una reunión de Putin en la casa de veraneo de Bush en USA". En el encuentro con el tirano Lukashenko, Chávez le ofreció otra "parcela" de la Faja del Orinoco.
Mientras en su huida Chávez va regalando oro a cambio de barajitas (ha gastado $ 33 mil millones de fondos públicos en sus compinches latinoamericanos, según cálculos del Institute for Global Economic Growth), en el país lloran a los pilotos venezolanos muertos en Bolivia a causa de los delirios imperiales de Chávez; la pobreza gana terreno; el consumo de alimentos cae un 5%, los chicos de la UB Táchira se alzan porque la obligación de ir a los actos del PSUV equivale al 30% de la nota; las protestas sociales arrecian, y el Episcopado alerta una vez más por "el clima de violencia que afecta la paz moral del país". Pruebas no les faltan. El martes por la tarde un grupo de facinerosos intentó robar la sagrada imagen de la Virgen de Coromoto en Guanare. Ya antes había sido saqueada la imagen del Sagrado Niño en Caracas. ¿Es esto Patria y Socialismo, o es solo caos y muerte?
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