Siempre es posible caer más bajo... Todo es "empeorable"... Ya nada sorprende... La verdad es que no queremos hacer de esta tribuna escrita un lamento triste o un dechado de pesimismo. Esa no es la idea. Pero la verdad es que semana tras semana todo se complica, se enturbia, se enreda, se oscurece. Pareciera que el objetivo del Gobierno es, precisamente ese, convertir al país en una gran madeja de problemas para que ninguno sea más importante que el otro y en medio del caos generalizado pensemos que no hay salida y nos entreguemos sin más a una asfixiante cotidianidad sobreviviendo en medio de la anarquía aplastando nuestro ánimo y nuestro espíritu...
Al tema de la inseguridad, el desabastecimiento, la inflación, la vivienda, el insoportable tráfico de nuestras grandes ciudades, ahora se suma el mal estado de los servicios públicos. Y aquí cabe el chocante "yo no quería decírtelo, pero te lo dije" cuando comenzaron los furores "renacionalizadores" que tan caros nos están costando en todo sentido, hasta el punto de trasladarnos como en un túnel del tiempo a esas épocas de los teléfonos ligados, apagones y las líneas caídas. Pero lo peor es el contraste. Nuestro propio caos en medio de la regaladera, que ya no se limita a petróleo barato, incluso a grandes economías como la española, sino que vemos cómo se donan plantas eléctricas a otras naciones en medio de una crisis nacional en ese sector. O taladros para la extracción de crudo, cuando aquí tenemos déficit de los mismos reflejada en una caída de la producción.
El escándalo y la petrochequera es lo único que pareciera estar funcionando como estrategia.
La pasada semana cuando la lupa internacional se posó sobre las inhabilitaciones (tanto Mercosur, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos), el líder fundamental de la Revolución apeló al estruendoso anuncio de la nacionalización del Banco de Venezuela para bajar los decibeles foráneos sobre un tema que le pone la piel de gallina (quedar ante el mundo como un régimen antidemocrático). El hecho, que por cierto se venía especulando meses atrás, se da además luego de una visita a España que tanta mala prensa le dejó en esa nación como beneficios petroleros al Gobierno de la Madre Patria.
La secuela, luego del anuncio, es una mayor incertidumbre sobre el destino de los capitales extranjeros en nuestro país y una seguridad jurídica cada vez más cuestionada. Pero, al mismo tiempo, se da una muy mala señal al resto de la banca... la puerta para la nacionalización del sector está abierta... Un peligrosísimo terreno movedizo. ¿La llamada profecía autocumplida? Sí, cada semana está más enredada que la anterior... ¿Dónde están los líderes que se pongan en sintonía con esta realidad?... Seguro que viendo encuestas para las regionales.
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