Kauffmann intentó silencio de Antonini a cambio de "más poder"
Miami.- Una vez repuesto de la emoción y las lágrimas que protagonizaron sus primeros 15 minutos de interrogatorio, Carlos Kauffmann, el gran amigo y socio de Franklin Durán, contestó con firmeza a las preguntas del fiscal. Y su mensaje quedó grabado en la mente del jurado. Lo repitió muchas veces. "Nadie quería que Alejandro Antonini dijera la verdad", insistió Kauffmann. "Todos sabíamos que el dinero no era suyo. Lo manipulamos, le hicimos sentir culpable para que firmara el poder del abogado en Argentina. Ese era nuestro objetivo", reconoció. "Asumo mi responsabilidad. Mi gobierno me pidió que hiciera algo y lo hice porque así conseguiría más poder, más dinero, nuevos contratos del Gobierno", subrayó tajante.
Kauffmann se declaró culpable de dos cargos (conspiración y actuar como agente del Gobierno venezolano en EEUU sin notificárselo a las autoridades) el 29 de febrero de 2008. Desde entonces colabora con la fiscalía para montar el juicio contra Durán. El testigo aseguró que el dinero era de Pdvsa para la campaña de Cristina de Kirchner, que el presidente Hugo Chávez puso al director de la Disip, Henry Rangel Silva, al frente del asunto para solucionar el escándalo del maletín, que el entonces vicepresidente, Jorge Rodríguez, estaba al tanto de todo, y que Tarek El Aissami (actual ministro de Interior y Justicia) "se encargaría de la contravigilancia".
Además, dijo que habló sobre el asunto con Diego Uzcátegui y citó los nombres de los funcionarios de Pdvsa a los que Venoco (la compañía de Durán y Kauffmann) pagaba "cientos de miles de dólares" por información y materias primas. "Le pagábamos a Rocío Ramírez, Jasmine& no recuerdo el apellido, y alguien en la refinería de Curazao", admitió Kauffmann, con pasaporte venezolano y alemán, que espera una reducción de condena y ha pactado que él y su familia (su mujer, María Gabriela Jiménez, y sus tres hijos) podrán quedarse en EEUU o en un tercer país que los acoja.
A diferencia de Antonini, que jamás miró a Durán durante su comparecencia, Kauffmann cruzó miradas con su amigo cada vez que entraba y salía de la sala. De hecho todavía tienen intereses comunes, como los 28 millones de dólares que comparten en una cuenta bancaria de EEUU. Así empezó el día para este testigo, repasando frente al jurado las lucrativas compañías que posee a partes iguales con Durán desde 1998. Él tiene un 43% de Venoco, Durán otro 43%. El resto es del Gobierno venezolano y otros socios. Tiene también una empresa de construcción al 50% con Durán. Y otra -Perforaciones Albornoz-, al 25% con su socio. Kauffmann posee dos apartamentos en el sur de Florida (éstos sólo suyos), una empresa -Ocean Yacht- en Texas junto a otro venezolano, otro holding a medias con Durán y otra de helicópteros que vendió hace dos semanas.
En ese momento llegaron las polémicas preguntas de Mulvihill. ¿Qué ha hecho el Gobierno venezolano con sus compañías? "Me lo han quitado todo desde el pasado lunes. Maionica y yo estamos en el mismo expediente. Todos mis activos han sido congelados por orden del fiscal general. No puedo hacer ninguna operación en mi país y tengo un pedido de Interpol". ¿Han tomado alguna acción contra los intereses de Durán? "No. La orden sólo me afecta a mí", contestó Kauffmann. "¡Objeción!", gritó el abogado de la defensa, Edward Shohat, que al final del día pidió la anulación del juicio por estas preguntas que considera "inapropiadas y deshonestas por parte de la fiscalía". La juez Joan Lenard desestimó su petición. Sí aceptó, sin embargo, dos casos de corrupción señalados por la fiscalía: que Kauffmann y Durán pagaron "cientos de miles de dólares" en sobornos a funcionarios de Pdvsa y que se reunieron con un oficial del Gobierno venezolano (a quien también pagarían) para discutir la venta de equipamiento policial y médico para un tercer país.
Kauffmann, que apareció sin esposas, la barba bien recortada, vestido con el uniforme del centro federal de detención, estalló en lágrimas cuando el fiscal le preguntó si había hecho alguna otra actividad ilegal en EEUU. La juez pidió cinco minutos de receso. A su vuelta, contó que intentó traer a su familia. "Estaba preocupado por la situación en Venezuela. Estábamos todo el día en las noticias y tenía miedo por los secuestros. Traje documentos falsos para rellenar los formularios de inmigración y pedir una visa legal para mi mujer", señaló. "Al final no los rellené porque encontré otra fórmula mejor".
Kauffmann se declaró culpable de dos cargos (conspiración y actuar como agente del Gobierno venezolano en EEUU sin notificárselo a las autoridades) el 29 de febrero de 2008. Desde entonces colabora con la fiscalía para montar el juicio contra Durán. El testigo aseguró que el dinero era de Pdvsa para la campaña de Cristina de Kirchner, que el presidente Hugo Chávez puso al director de la Disip, Henry Rangel Silva, al frente del asunto para solucionar el escándalo del maletín, que el entonces vicepresidente, Jorge Rodríguez, estaba al tanto de todo, y que Tarek El Aissami (actual ministro de Interior y Justicia) "se encargaría de la contravigilancia".
Además, dijo que habló sobre el asunto con Diego Uzcátegui y citó los nombres de los funcionarios de Pdvsa a los que Venoco (la compañía de Durán y Kauffmann) pagaba "cientos de miles de dólares" por información y materias primas. "Le pagábamos a Rocío Ramírez, Jasmine& no recuerdo el apellido, y alguien en la refinería de Curazao", admitió Kauffmann, con pasaporte venezolano y alemán, que espera una reducción de condena y ha pactado que él y su familia (su mujer, María Gabriela Jiménez, y sus tres hijos) podrán quedarse en EEUU o en un tercer país que los acoja.
A diferencia de Antonini, que jamás miró a Durán durante su comparecencia, Kauffmann cruzó miradas con su amigo cada vez que entraba y salía de la sala. De hecho todavía tienen intereses comunes, como los 28 millones de dólares que comparten en una cuenta bancaria de EEUU. Así empezó el día para este testigo, repasando frente al jurado las lucrativas compañías que posee a partes iguales con Durán desde 1998. Él tiene un 43% de Venoco, Durán otro 43%. El resto es del Gobierno venezolano y otros socios. Tiene también una empresa de construcción al 50% con Durán. Y otra -Perforaciones Albornoz-, al 25% con su socio. Kauffmann posee dos apartamentos en el sur de Florida (éstos sólo suyos), una empresa -Ocean Yacht- en Texas junto a otro venezolano, otro holding a medias con Durán y otra de helicópteros que vendió hace dos semanas.
En ese momento llegaron las polémicas preguntas de Mulvihill. ¿Qué ha hecho el Gobierno venezolano con sus compañías? "Me lo han quitado todo desde el pasado lunes. Maionica y yo estamos en el mismo expediente. Todos mis activos han sido congelados por orden del fiscal general. No puedo hacer ninguna operación en mi país y tengo un pedido de Interpol". ¿Han tomado alguna acción contra los intereses de Durán? "No. La orden sólo me afecta a mí", contestó Kauffmann. "¡Objeción!", gritó el abogado de la defensa, Edward Shohat, que al final del día pidió la anulación del juicio por estas preguntas que considera "inapropiadas y deshonestas por parte de la fiscalía". La juez Joan Lenard desestimó su petición. Sí aceptó, sin embargo, dos casos de corrupción señalados por la fiscalía: que Kauffmann y Durán pagaron "cientos de miles de dólares" en sobornos a funcionarios de Pdvsa y que se reunieron con un oficial del Gobierno venezolano (a quien también pagarían) para discutir la venta de equipamiento policial y médico para un tercer país.
Kauffmann, que apareció sin esposas, la barba bien recortada, vestido con el uniforme del centro federal de detención, estalló en lágrimas cuando el fiscal le preguntó si había hecho alguna otra actividad ilegal en EEUU. La juez pidió cinco minutos de receso. A su vuelta, contó que intentó traer a su familia. "Estaba preocupado por la situación en Venezuela. Estábamos todo el día en las noticias y tenía miedo por los secuestros. Traje documentos falsos para rellenar los formularios de inmigración y pedir una visa legal para mi mujer", señaló. "Al final no los rellené porque encontré otra fórmula mejor".
El Universal
Durán demandó al hombre del maletín
De testigo estrella a acusado, ese es el cambio de roles que podría ocurrir con Guido Antonini Wilson, quien ahora fue demandado ante una Corte Judicial de Miami, por el presunto delito de fraude contra Franklin Durán.
Durán parece decidido a hacer todo cuanto esté en sus manos para "cobrar" la traición de Guido Antonini Wilson, quien prácticamente lo entregó a las autoridades de Estados Unidos. Ahora, el copropietario de Venoco, lanza su contrataque y señala a Antonini y a su esposa María Regnault, de usar fondos de su empresa Foxdelta Investments, para adquirir unos condominios a favor de dos empresas propiedad del "hombre del maletín".
De acuerdo a la demanda presentada ante el Undécimo Circuito Judicial de Florida, obtenido por el portal electrónico Notiven y confirmado por El Universal, Antonini Wilson, en su carácter de vicepresidente de Foxdelta, supuestamente ordenó el desembolso de una suma de 897.750 dólares para pagar una parte de dos inmuebles del condiminio Trump Condos, las cuales no quedaron a nombre de la empresa de Durán, sino de dos compañías de Antonini Wilson.
Las empresas Techmilk, inc y Venuz Suplly, Inc, propiedad de Antonini y su esposa, serían las propietarias legales de los inmuebles, por lo que Durán presentó la demanda por fraude por el monto indicado, más los intereses y los costos procesales que se ocasionen.
Para el 16 de octubre está pautada la primera audiencia en este caso.
En el juicio por el caso del maletín, la defensa de Durán, a cargo de Edward Shohat, ha tratado de demostrar que Antonini orquestó el plan de la valija con los 800 mil dólares para afectar a su defendido y quedarse con sus negocios.
Durán parece decidido a hacer todo cuanto esté en sus manos para "cobrar" la traición de Guido Antonini Wilson, quien prácticamente lo entregó a las autoridades de Estados Unidos. Ahora, el copropietario de Venoco, lanza su contrataque y señala a Antonini y a su esposa María Regnault, de usar fondos de su empresa Foxdelta Investments, para adquirir unos condominios a favor de dos empresas propiedad del "hombre del maletín".
De acuerdo a la demanda presentada ante el Undécimo Circuito Judicial de Florida, obtenido por el portal electrónico Notiven y confirmado por El Universal, Antonini Wilson, en su carácter de vicepresidente de Foxdelta, supuestamente ordenó el desembolso de una suma de 897.750 dólares para pagar una parte de dos inmuebles del condiminio Trump Condos, las cuales no quedaron a nombre de la empresa de Durán, sino de dos compañías de Antonini Wilson.
Las empresas Techmilk, inc y Venuz Suplly, Inc, propiedad de Antonini y su esposa, serían las propietarias legales de los inmuebles, por lo que Durán presentó la demanda por fraude por el monto indicado, más los intereses y los costos procesales que se ocasionen.
Para el 16 de octubre está pautada la primera audiencia en este caso.
En el juicio por el caso del maletín, la defensa de Durán, a cargo de Edward Shohat, ha tratado de demostrar que Antonini orquestó el plan de la valija con los 800 mil dólares para afectar a su defendido y quedarse con sus negocios.
El Universal
Rangel criticó que no usaran valija diplomática
El 5 de diciembre de 2007 se reunieron Kauffmann, Durán, Maionica, Bracamonte y el embajador de Venezuela en Bolivia, Julio Montes, para negociar la venta de equipos de seguridad al diplomático por 12 millones de dólares.
"Después repartiríamos los beneficios con Maionica", reconoció, pero esa venta no llegó a materializarse.
En relación con el caso de la valija, Kauffmann afirmó que Venezuela y Argentina "acordaron arreglar el problema" y que el jefe de la Disip, Henry Rangel Silva, no entendía por qué el dinero iba en el avión y no por valija diplomática.
"Después repartiríamos los beneficios con Maionica", reconoció, pero esa venta no llegó a materializarse.
En relación con el caso de la valija, Kauffmann afirmó que Venezuela y Argentina "acordaron arreglar el problema" y que el jefe de la Disip, Henry Rangel Silva, no entendía por qué el dinero iba en el avión y no por valija diplomática.
El Universal
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