Kirchner no quiso interrogar a Antonini
El Gobierno argentino, que reclama poder hacerle preguntas que considera esclarecedoras al venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson, en realidad pudo haberle formulado un extenso interrogatorio al maletero en los tribunales norteamericanos, pero una orden de Néstor Kirchner lo desestimó.
El US Code (Código de los Estados Unidos) permite que un tercer país se involucre en un caso juzgado en suelo norteamericano cuando esa otra nación tenga una carpeta judicial referida al mismo tema. "El tribunal [norteamericano] puede ordenar [al acusado] a dar su testimonio o declaración o para producir un documento u otra cosa para uso en un procedimiento de un tribunal extranjero o internacional, incluidas las investigaciones penales realizadas antes de la acusación formal", indica en el capítulo 1.782.
"La orden podrá efectuarse en virtud de una comisión rogatoria emitida, o una solicitud presentada por un tribunal internacional o extranjero, o en el momento de la solicitud de cualquier persona interesada, y podrá ordenar que el testimonio o declaración se dé o el documento u otra cosa se produzca ante una persona designada por el tribunal", agrega.
Esto significa que el Gobierno o la justicia de Argentina puede pedirle a la justicia de EEUU que le permita formularle a Antonini todas las preguntas que considere necesarias.
Fuentes kirchneristas revelaron a La Nación que el Gobierno analizó el artículo y decidió desestimar la posibilidad de realizar en Miami interrogatorio que podría haber aclarado alguna arista del controvertido caso. "Los Kirchner quisieron minimizar el tema y, además, desconfiaron del sistema judicial norteamericano", agregó un dirigente. Nadie en la Casa Rosada cuestionó la decisión.
El US Code (Código de los Estados Unidos) permite que un tercer país se involucre en un caso juzgado en suelo norteamericano cuando esa otra nación tenga una carpeta judicial referida al mismo tema. "El tribunal [norteamericano] puede ordenar [al acusado] a dar su testimonio o declaración o para producir un documento u otra cosa para uso en un procedimiento de un tribunal extranjero o internacional, incluidas las investigaciones penales realizadas antes de la acusación formal", indica en el capítulo 1.782.
"La orden podrá efectuarse en virtud de una comisión rogatoria emitida, o una solicitud presentada por un tribunal internacional o extranjero, o en el momento de la solicitud de cualquier persona interesada, y podrá ordenar que el testimonio o declaración se dé o el documento u otra cosa se produzca ante una persona designada por el tribunal", agrega.
Esto significa que el Gobierno o la justicia de Argentina puede pedirle a la justicia de EEUU que le permita formularle a Antonini todas las preguntas que considere necesarias.
Fuentes kirchneristas revelaron a La Nación que el Gobierno analizó el artículo y decidió desestimar la posibilidad de realizar en Miami interrogatorio que podría haber aclarado alguna arista del controvertido caso. "Los Kirchner quisieron minimizar el tema y, además, desconfiaron del sistema judicial norteamericano", agregó un dirigente. Nadie en la Casa Rosada cuestionó la decisión.
El Universal
Presentan credencial de Durán como agente de Inteligencia
Miami.- Fue un momento tenso. El más tenso desde que comenzó el juicio contra Franklin Durán en Miami. "La defensa debe decidir si continúa presentando sus evidencias", anunció la juez Joan Lenard al final del día. Los abogados Edward y María Shohat no salieron de la sala cargando sus carritos repletos de documentos, como cada día. Ayer se quedaron con Durán para tomar una decisión sobre el futuro del juicio y, por tanto, del acusado.
Lenard había dejado clara su postura. "La fiscalía ha presentado suficientes evidencias como para que el jurado pueda declarar culpable al acusado de los dos cargos que se le imputan". Señaló que estas evidencias demuestran el propósito de Durán y el resto de los "conspiradores": convencer a Antonini para que no revelara el origen y destino de los 800 mil dólares confiscados en Buenos Aires y hacerle firmar un poder para que un abogado resolviera el problema en Argentina. "Vinieron a EEUU para comprar el silencio de Antonini", subrayó Lenard, nombrando los documentos falsos y las "amenazas implícitas, sino explícitas" a Antonini y su familia sobre lo que ocurriría si contaba la verdad.
Durán y Shohat escucharon en su asiento, impotentes. Las palabras de la juez venían a cuento después de que la defensa presentara una moción para anular el juicio. ¿La razón? Los agentes de un gobierno extranjero están exentos de no avisar a las autoridades de EEUU bajo cuatro circunstancias. Una de ellas es realizar una "transacción comercial legal, incluyendo intercambio de información o propiedad intelectual que no viole la ley". Según Shohat, su cliente "vino a Miami para que Antonini firmara el poder del abogado y no ha habido pruebas de que hiciera algo prohibido". Cuando le tocó el turno a la fiscalía para exponer su punto, el segundo fiscal del caso, John Shipley, fue tajante: "Durán tenía acceso directo a Henry Rangel Silva y Tarek El Aissami para tratar este asunto. Otros dos acusados, Kauffman y Maionica, lo han implicado. Ningún jurado racional creerá que lo que ocurría era una transacción comercial legal. Estaban aquí por orden del presidente Hugo Chávez para obtener la firma de Antonini, esconder el origen y destino del dinero y cometer un fraude al sistema judicial argentino". Y concluyó: "Querían comprar el silencio de Antonini, evitando así una gran vergüenza para el Gobierno venezolano".
Pero las grandes bazas de la fiscalía no se quedaron sólo en palabras. También mostraron un objeto clave: la credencial de "comisario jefe de la Inteligencia naval de la Armada" a nombre de Franklin Deivis Durán Guerrero. Esta acreditación de agente de Inteligencia, junto a su identificación con foto, estaba en su maletín el 11 de diciembre de 2007, día de su detención. Ayer lo mostró el agente del FBI encargado del caso. Uno a uno, todos los miembros del jurado vieron ese carnet, donde se leía "Comandancia General de la Armada-Inteligencia", un número (0367), la fecha de expedición (10/05/07) y expiración (10/05/09). En la parte trasera: "República Bolivariana de Venezuela. Ministerio de la Defensa Armada". Y una advertencia que en este caso resulta una gran ironía: "Se le agradece a las autoridades militares y civiles las consideraciones debidas a este comisionado de inteligencia a fin de facilitar el cumplimiento de sus funciones. En caso de cometer infracción, comuníquese con los teléfonos: 555.6580/84/46&".
Así terminó su caso la fiscalía, con la prueba material de que Durán era un agente de Inteligencia. También Kauffmann acabó su interrogatorio contestando a las preguntas de Shohat, a quien encaró en varias ocasiones. "Antonini me lo contó todo. Me dijo que el dueño del maletín era Claudio Uberti, que uno de los pasajeros le pidió que lo llevara y que cuando se dio la vuelta para mirar a Uberti, él ya no estaba. También me contó que en el aeropuerto de Venezuela vio a Reiter en un BMW blanco descargar dos bolsas", apuntó. Según él, Rangel Silva confirmó la versión.
Reveló además que Rocío Ramírez, la funcionaria de Pdvsa a la que Venoco pagaba, era amante de Durán. "Fue ella quien le presentó a Tarek El Aissami porque crecieron en el mismo barrio", apuntó el socio y amigo de Durán, reconociendo que él mismo viajó con El Aissami hasta su ciudad, Mérida, para asistir a un partido de fútbol un mes antes del escándalo.
A partir de hoy será la defensa (si sigue con el juicio) la que presente sus testigos, entre ellos la ex policía argentina Telpuk.
Lenard había dejado clara su postura. "La fiscalía ha presentado suficientes evidencias como para que el jurado pueda declarar culpable al acusado de los dos cargos que se le imputan". Señaló que estas evidencias demuestran el propósito de Durán y el resto de los "conspiradores": convencer a Antonini para que no revelara el origen y destino de los 800 mil dólares confiscados en Buenos Aires y hacerle firmar un poder para que un abogado resolviera el problema en Argentina. "Vinieron a EEUU para comprar el silencio de Antonini", subrayó Lenard, nombrando los documentos falsos y las "amenazas implícitas, sino explícitas" a Antonini y su familia sobre lo que ocurriría si contaba la verdad.
Durán y Shohat escucharon en su asiento, impotentes. Las palabras de la juez venían a cuento después de que la defensa presentara una moción para anular el juicio. ¿La razón? Los agentes de un gobierno extranjero están exentos de no avisar a las autoridades de EEUU bajo cuatro circunstancias. Una de ellas es realizar una "transacción comercial legal, incluyendo intercambio de información o propiedad intelectual que no viole la ley". Según Shohat, su cliente "vino a Miami para que Antonini firmara el poder del abogado y no ha habido pruebas de que hiciera algo prohibido". Cuando le tocó el turno a la fiscalía para exponer su punto, el segundo fiscal del caso, John Shipley, fue tajante: "Durán tenía acceso directo a Henry Rangel Silva y Tarek El Aissami para tratar este asunto. Otros dos acusados, Kauffman y Maionica, lo han implicado. Ningún jurado racional creerá que lo que ocurría era una transacción comercial legal. Estaban aquí por orden del presidente Hugo Chávez para obtener la firma de Antonini, esconder el origen y destino del dinero y cometer un fraude al sistema judicial argentino". Y concluyó: "Querían comprar el silencio de Antonini, evitando así una gran vergüenza para el Gobierno venezolano".
Pero las grandes bazas de la fiscalía no se quedaron sólo en palabras. También mostraron un objeto clave: la credencial de "comisario jefe de la Inteligencia naval de la Armada" a nombre de Franklin Deivis Durán Guerrero. Esta acreditación de agente de Inteligencia, junto a su identificación con foto, estaba en su maletín el 11 de diciembre de 2007, día de su detención. Ayer lo mostró el agente del FBI encargado del caso. Uno a uno, todos los miembros del jurado vieron ese carnet, donde se leía "Comandancia General de la Armada-Inteligencia", un número (0367), la fecha de expedición (10/05/07) y expiración (10/05/09). En la parte trasera: "República Bolivariana de Venezuela. Ministerio de la Defensa Armada". Y una advertencia que en este caso resulta una gran ironía: "Se le agradece a las autoridades militares y civiles las consideraciones debidas a este comisionado de inteligencia a fin de facilitar el cumplimiento de sus funciones. En caso de cometer infracción, comuníquese con los teléfonos: 555.6580/84/46&".
Así terminó su caso la fiscalía, con la prueba material de que Durán era un agente de Inteligencia. También Kauffmann acabó su interrogatorio contestando a las preguntas de Shohat, a quien encaró en varias ocasiones. "Antonini me lo contó todo. Me dijo que el dueño del maletín era Claudio Uberti, que uno de los pasajeros le pidió que lo llevara y que cuando se dio la vuelta para mirar a Uberti, él ya no estaba. También me contó que en el aeropuerto de Venezuela vio a Reiter en un BMW blanco descargar dos bolsas", apuntó. Según él, Rangel Silva confirmó la versión.
Reveló además que Rocío Ramírez, la funcionaria de Pdvsa a la que Venoco pagaba, era amante de Durán. "Fue ella quien le presentó a Tarek El Aissami porque crecieron en el mismo barrio", apuntó el socio y amigo de Durán, reconociendo que él mismo viajó con El Aissami hasta su ciudad, Mérida, para asistir a un partido de fútbol un mes antes del escándalo.
A partir de hoy será la defensa (si sigue con el juicio) la que presente sus testigos, entre ellos la ex policía argentina Telpuk.
El Universal
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