Poco antes del derrumbe de Wall Street que arrastró a las demás bolsas mundiales y aún amenaza con derivar en una recesión semejante a la de los años 30, analistas señalaban que los altos precios del petróleo impedirían un presupuesto "austero" para 2009, a propósito del tardío mensaje de Chávez pidiendo moderación en el gasto, mientras él dilapida $ millones en armas que el país no necesita y en los $ miles de millones que ha regalado a sus compinches políticos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Argentina; la prensa añadía que la liquidez monetaria había superado los 165 mil millones de bolívares, hecho que comprueba cómo el nada independiente BCV pone a funcionar la maquinita de fabricar billetes que presionan sobre la inflación, la cual rondará este año en un 40% (en alimentos sobrepasa ya 50%).
En sus 10 años en el poder, Chávez ha recibido $ 800 mil millones (mucho más que la sumatoria de lo manejado por todos los presidentes anteriores) y sin embargo ha endeudado el país en cerca de $ 100 mil millones. Todo en medio del descalabro de la infraestructura nacional, de escuelas y hospitales derruidos, policías con armas decimonónicas (las del hampa son de última generación), universidades sin presupuesto, sistema eléctrico con apagones constantes, mercados desabastecidos, bancos oficiales desbancados, cooperativas y empresas de cogestión quebradas por la ineptitud y corrupción oficiales, invasiones y expropiaciones de fincas convertidas en "peladeros", y otro sinfín de etcéteras.
Viene a colación la fábula de la cigarra y la hormiga. La primera, haragana y tragona, se hartaba en primavera y verano de los tallos y granos que la naturaleza le brindaba sin esfuerzo. La cigarra se burlaba de la hormiga cuando trabajosamente llevaba los granos a un escondite para su alimentación en invierno. Cuando llegó la nieve, la imprevisora cigarra murió de hambre y de frío, mientras la hormiguita comía calentita en su cueva. Los consejos dados a Chávez por los expertos, instándole a cumplir sus promesas de crear un fondo de ahorro (como han hecho Noruega y Arabia Saudita) para depositar los excedentes de los altos precios petroleros y disponer de ellos en los tiempos de las "vacas flacas", han sido rechazados y sometidos a sus obscenas burlas. De sus viejas críticas en contra del armamentismo de gobiernos con pueblos famélicos, ha pasado a ser el principal comprador de armamento de guerra, mientras en Venezuela hay más de dos millones de personas desnutridas, según cifras del Instituto Nacional de Nutrición. Adiós a las metas del milenio. En septiembre la canasta alimentaria aumentó a Bs. 1.473,1, es decir, Bs 27,47 más que el mes anterior. Los alimentos (mayoritariamente importados por el acoso oficial a los productores nacionales) son los más caros de la región. ¡Qué paradoja! ¡Un gobierno que del lema de la "producción endógena", devino en destructor de la producción nacional y en paladín de la "economía de puertos", creadora de miles de empleos en Brasil, Argentina y Bolivia!
Tanto anunciar que el lobo de la caída del petróleo podría aparecer y miren por donde el feo animal está mostrando sus fauces. Este jueves la cesta venezolana se situaba a poco más de $ 80 el barril. Caía de nuevo Wall Street por reportes sobre desempleo y la merma de pedidos fabriles. Si la situación se extiende, la caída de la demanda seguirá presionando los precios a la baja. Minada por la corrupción, Pdvsa no tiene músculo para endeudarse e impulsar la producción en la Faja, porque la inversión requiere montos milmillonarios, así que caerá en manos de las mafias rusas, peores que las yanquis. Pdvsa se está endeudando aceleradamente (el "maletín" y Pdval la tienen seca). El último préstamo es por $ mil millones con venta de petróleo a futuro, prueba de que no tiene liquidez, Otro crédito reciente de $ 1.200 millones sería para modernizar las agónicas refinerías nacionales (la de Cardón estará fuera de servicio hasta enero 2009). Pdvsa le debe $ 4.700 millones a la quebrada Cadafe, pero financia a Argentina el 80% de la factura de combustibles y dirige $ 887 millones a Bolivia: mientras Chávez promete a Dominica la construcción de una planta eléctrica, el Táchira compra energía eléctrica a Colombia. ¿Qué se va a esperar de una petrolera que no es capaz de abastecer su mercado interno de gasolina (en el primer semestre de 2008 las importaciones aumentaron en 41,4%) y en la que sus barcos chocan unos con otros en mar abierto?
Esta semana una encuesta revela que el 65% de los venezolanos no cree en el cuento del magnicidio y del golpe, así que apelaron al terror de la Ley del Territorio. Esfuerzo vano, porque sin el "glamour" de la petrochequera y la inminente paliza que recibirá el 23N Chávez no será el mismo.
En sus 10 años en el poder, Chávez ha recibido $ 800 mil millones (mucho más que la sumatoria de lo manejado por todos los presidentes anteriores) y sin embargo ha endeudado el país en cerca de $ 100 mil millones. Todo en medio del descalabro de la infraestructura nacional, de escuelas y hospitales derruidos, policías con armas decimonónicas (las del hampa son de última generación), universidades sin presupuesto, sistema eléctrico con apagones constantes, mercados desabastecidos, bancos oficiales desbancados, cooperativas y empresas de cogestión quebradas por la ineptitud y corrupción oficiales, invasiones y expropiaciones de fincas convertidas en "peladeros", y otro sinfín de etcéteras.
Viene a colación la fábula de la cigarra y la hormiga. La primera, haragana y tragona, se hartaba en primavera y verano de los tallos y granos que la naturaleza le brindaba sin esfuerzo. La cigarra se burlaba de la hormiga cuando trabajosamente llevaba los granos a un escondite para su alimentación en invierno. Cuando llegó la nieve, la imprevisora cigarra murió de hambre y de frío, mientras la hormiguita comía calentita en su cueva. Los consejos dados a Chávez por los expertos, instándole a cumplir sus promesas de crear un fondo de ahorro (como han hecho Noruega y Arabia Saudita) para depositar los excedentes de los altos precios petroleros y disponer de ellos en los tiempos de las "vacas flacas", han sido rechazados y sometidos a sus obscenas burlas. De sus viejas críticas en contra del armamentismo de gobiernos con pueblos famélicos, ha pasado a ser el principal comprador de armamento de guerra, mientras en Venezuela hay más de dos millones de personas desnutridas, según cifras del Instituto Nacional de Nutrición. Adiós a las metas del milenio. En septiembre la canasta alimentaria aumentó a Bs. 1.473,1, es decir, Bs 27,47 más que el mes anterior. Los alimentos (mayoritariamente importados por el acoso oficial a los productores nacionales) son los más caros de la región. ¡Qué paradoja! ¡Un gobierno que del lema de la "producción endógena", devino en destructor de la producción nacional y en paladín de la "economía de puertos", creadora de miles de empleos en Brasil, Argentina y Bolivia!
Tanto anunciar que el lobo de la caída del petróleo podría aparecer y miren por donde el feo animal está mostrando sus fauces. Este jueves la cesta venezolana se situaba a poco más de $ 80 el barril. Caía de nuevo Wall Street por reportes sobre desempleo y la merma de pedidos fabriles. Si la situación se extiende, la caída de la demanda seguirá presionando los precios a la baja. Minada por la corrupción, Pdvsa no tiene músculo para endeudarse e impulsar la producción en la Faja, porque la inversión requiere montos milmillonarios, así que caerá en manos de las mafias rusas, peores que las yanquis. Pdvsa se está endeudando aceleradamente (el "maletín" y Pdval la tienen seca). El último préstamo es por $ mil millones con venta de petróleo a futuro, prueba de que no tiene liquidez, Otro crédito reciente de $ 1.200 millones sería para modernizar las agónicas refinerías nacionales (la de Cardón estará fuera de servicio hasta enero 2009). Pdvsa le debe $ 4.700 millones a la quebrada Cadafe, pero financia a Argentina el 80% de la factura de combustibles y dirige $ 887 millones a Bolivia: mientras Chávez promete a Dominica la construcción de una planta eléctrica, el Táchira compra energía eléctrica a Colombia. ¿Qué se va a esperar de una petrolera que no es capaz de abastecer su mercado interno de gasolina (en el primer semestre de 2008 las importaciones aumentaron en 41,4%) y en la que sus barcos chocan unos con otros en mar abierto?
Esta semana una encuesta revela que el 65% de los venezolanos no cree en el cuento del magnicidio y del golpe, así que apelaron al terror de la Ley del Territorio. Esfuerzo vano, porque sin el "glamour" de la petrochequera y la inminente paliza que recibirá el 23N Chávez no será el mismo.
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