Bueno, llegamos a la semana definitiva. No son pocos los puntos pendientes en la agenda. Vamos por parte: Los partidos políticos y los candidatos. La pregunta es más que obvia: ¿está funcionando la maquinaria electoral? ¿Está todo listo? ¿Está cuadrada la logística y la organización de cara al próximo domingo? ¿Han hecho una revisión de los "puntos neurálgicos" en los cuales pudiera colarse la "pillería? ¿Hay la debida instrucción en las mesas? ¿Han chequeado que se estén otorgando las credenciales a los miembros de las mismas? Y, por otra parte, ¿están instruyendo debidamente a la colectividad sobre la forma de votar? ¿Hay la debida información? En virtud que la campaña del CNE al respecto ha sido un tanto tardía y escasa, lógicamente las organizaciones políticas tienen que asumir esa responsabilidad.
El CNE. Más allá de la dinámica de la organización electoral en la que ya hay amplia experiencia, quedará para la historia el desequilibrio y la permisividad hacia el oficialismo. El abuso de las cadenas ha sido insólito, pero más aún el afirmar que el jefe del Estado está en su derecho a hacerlas y que si se ha excedido en el tono y las palabras contra ciertos personajes de la oposición es porque es un hombre "apasionado" y que "defiende lo que cree", como lo señaló un rector del ente comicial. En todo caso, en los próximos días y, específicamente, el 23 N ¿se coronará la historia de la parcialización y la injusticia del árbitro?
Los ciudadanos. ¿Conocemos cómo votar? ¿Tenemos lista nuestra "chuleta"? Si somos miembros de mesa, ¿hicimos nuestros cursos? ¿Estamos dispuestos a ser testigos electorales e incorporarnos a la logística? No hay excusa. Más allá del voto, la idea es sumar el mayor número de voluntarios y testigos dispuestos a defender que se cumpla la decisión popular. No debemos ser "mirones pasivos", sino "protagonistas activos" del proceso.
Sector oficial. Básicamente ¿están dispuestos a compartir el poder? En cualquiera de los escenarios, desde el más auspicioso para el gobierno hasta, obviamente, el mejor de estos para la oposición, todos los caminos conducen a un país multicolor. El chavismo no será mayoría, tampoco lo será la oposición tradicional, hay una "tercera opción" que quedará consolidada con mucha fuerza: los llamados disidentes. ¿Aceptará tranquilamente el líder esta nueva composición del poder? Es casi obvio el NO. Así que no hay que perderse los próximos capítulos post 23 N. El carrusel emocional continúa&
Fuerzas Armadas. A pesar del lema "patria, socialismo o muerte" , de la obsecuencia declarativa roja rojita de los altos jerarcas militares y de la utilización de los milicianos en el Plan República, surge la duda de si la Fuerza Armada Bolivariana se prestará a hacerle el juego al régimen cuando estamos hablando de la voluntad popular.
La suerte está echada&
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