"Era jugando" es una de esas expresiones que utilizamos cuando de repente una gracia se nos convierte en una morisqueta, cuando inesperadamente alguien se molesta con algo que hemos dicho o hecho y queremos de alguna manera remendar el capote. Es una forma indirecta de pedir excusas; una solicitud oblicua de perdón.
"Era jugando" es la frase que podría estar empleando ahora el presidente Chávez para calificar sus reiterados llamados a la destrucción del sistema capitalista mundial. Resulta que el Presidente está descubriendo que él no tiene manera de escapar de los padecimientos del sistema; que cualquiera crisis de la economía capitalista mundial se lo lleva por delante porque no ha construido absolutamente nada alternativo.
Ha descubierto que el declive acentuado de la economía mundial significa el derrumbe de los precios petroleros y con ello el de su revolución. Me imagino al presidente Chávez rogando para que las bolsas del mundo -incluido el Dow Jones- se recuperen, porque cuando ello ocurre, se recupera también el precio del petróleo.
No hay manera que su ataque al capitalismo mundial no sea "jugando". Para que fuese en serio, debería existir, aunque fuese muy embrionariamente, los elementos de una economía alternativa. Pero ni siquiera cuenta con una teoría de cómo es que va a suplantar el capitalismo en Venezuela. No hay teoría y mucho menos práctica, aun después de diez años en el poder.
La apuesta
Más bien, Chávez ha apostado muy en serio al funcionamiento del capitalismo globalizado. Si alguien se ha beneficiado de la lógica del mercado mundial, ese es Chávez. Se ha beneficiado tanto con la ley de la oferta y la demanda, que ante las continuas caídas del precio del petróleo, no hace sino proponer recortes adicionales en la producción de la OPEP, buscando que con una reducción mayor de la oferta, aumenten de nuevo los precios. Pura lógica capitalista; de carteles, salvaje.
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