AN aprobó en primera discusión el proyecto de enmienda
Hubo quienes en el medio de sus discursos confundieron la palabra "enmienda" con "reforma". Entre ellos destacó Earle Herrera por reincidente. "No me voy a equivocar más", prometió el diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, que incurrió en esta falla varias veces el día que se introdujo el proyecto en la Asamblea Nacional.
Sin embargo, "reforma" y "enmienda" no son la misma cosa. Aunque la primera incluía la reelección indefinida, contaba con otros 68 artículos, cuestión que permitía a los legisladores sumergirse en amplias disertaciones sobre temas tan disímiles como la geometría del poder, los tipos de propiedad y la independencia del Banco Central.
En cambio, esta nueva propuesta nada más tiene una disposición: el 230 de la Constitución, y ayer 30 parlamentarios (casi todos del PSUV) se dedicaron única y exclusivamente a hablar sobre ese asunto en una sesión extraordinaria que superó las 9 horas de duración, y que concluyó con la aprobación del texto en primera discusión.
El diputado Darío Vivas declaró el miércoles a los medios que hacía votos porque las intervenciones de sus colegas no fueran repetitivas. Como deseos no empreñan, el sueño de Vivas se hizo trizas casi al inicio de la maratónica jornada.
Las voces eran distintas, pero coincidían en la argumentación: el presidente Hugo Chávez es el líder indiscutible de este proceso; el único capaz de amalgamar a todas las fuerzas progresistas; nadie debe coartarle al pueblo su derecho de ratificar a un buen gobierno; el comandante es el líder indispensable para consolidar la revolución; la oposición falsifica el discurso que Simón Bolívar pronunció en el Congreso de Angostura y, de ganar en 2012, oprimirá a los humildes y liquidará las misiones.
La jefa de la AN, Cilia Flores, se mostró preocupada por el futuro de sus rivales, en caso de que Chávez abandone el poder. "Se matarían entre ellos", expresó Flores, quien añadió otro motivo para respaldar la enmienda: el comandante debe seguir hasta que sus detractores resuelvan sus problemas de liderazgo.
A las 3:05 de la tarde, el debate que había arrancado a las 11:50 de la mañana cedió para abrir paso a los chavistas que llevaron hasta la Cámara las cajas con las firmas en apoyo a la enmienda. En representación de esa muestra del "poder popular", la presidenta del Instituto Nacional de la Juventud, María Rosa Jiménez, anunció "a la traición y el imperialismo" que consignaban 4.760.485 rúbricas "por el buche". "Comandante Chávez, amor con amor se paga", manifestó la funcionaria.
Mientras Haydée Machín (PSUV-Miranda) disfrutaba de una arepa y un batido en un rincón del salón de sesiones, Ismael García recordaba que el país reprobó el 2 de diciembre de 2007 la reelección indefinida. García acusó a Chávez de maniatar al Consejo Nacional Electoral y al Tribunal Supremo de Justicia, y señaló que, en esta oportunidad, la "oligarquía oficialista" usó al pueblo como "utilería".
"El pueblo no es actor de este proyecto, lo traen aquí como extra de una película", criticó, tras acotar: "Lo necesario en una democracia es que sus instituciones sean fuertes".
El comunista Oscar Figuera abrazó la idea planteada por el PSUV por tres causas: lealtad con el pueblo, compromiso con la propuesta programática defendida por Chávez y la comprensión de la importancia del liderazgo que encarna el dignatario criollo.
Chance para todos
Aunque ayer votaron a favor del proyecto, Patria para Todos insistió en exigir la reelección indefinida para la totalidad de los cargos escogidos por los ciudadanos. Simón Calzadilla confesó que fueron "sorprendidos con esta propuesta de enmienda". Los azules esperaban que, salvada la contienda del 23 de noviembre, Chávez llamara a revisar las "debilidades" del aparato productivo venezolano. "Ese era el tema esencial, eso afecta nuestra soberanía", agregó. Rechazó los abusos perpetrados desde el poder y cuestionó el sistema electoral, apuntando que atenta contra las minorías.
El primer vicepresidente de la AN, Saúl Ortega, fustigó a PPT y les pidió que reflexionaran. "Llegó la hora de las definiciones", alertó Ortega, quien comparó a Chávez con Mao, líder que -a su juicio- condujo a China hacia la modernidad.
Antes de opinar que el Presidente es "imprescindible" en este momento, Luis Tascón advirtió: "No creo en la adulancia". Luego juró que sí apoyará la enmienda y los pesuvistas le cantaron con sorna: "¡volvió, volvió, volvió, volvió!".
Sin embargo, "reforma" y "enmienda" no son la misma cosa. Aunque la primera incluía la reelección indefinida, contaba con otros 68 artículos, cuestión que permitía a los legisladores sumergirse en amplias disertaciones sobre temas tan disímiles como la geometría del poder, los tipos de propiedad y la independencia del Banco Central.
En cambio, esta nueva propuesta nada más tiene una disposición: el 230 de la Constitución, y ayer 30 parlamentarios (casi todos del PSUV) se dedicaron única y exclusivamente a hablar sobre ese asunto en una sesión extraordinaria que superó las 9 horas de duración, y que concluyó con la aprobación del texto en primera discusión.
El diputado Darío Vivas declaró el miércoles a los medios que hacía votos porque las intervenciones de sus colegas no fueran repetitivas. Como deseos no empreñan, el sueño de Vivas se hizo trizas casi al inicio de la maratónica jornada.
Las voces eran distintas, pero coincidían en la argumentación: el presidente Hugo Chávez es el líder indiscutible de este proceso; el único capaz de amalgamar a todas las fuerzas progresistas; nadie debe coartarle al pueblo su derecho de ratificar a un buen gobierno; el comandante es el líder indispensable para consolidar la revolución; la oposición falsifica el discurso que Simón Bolívar pronunció en el Congreso de Angostura y, de ganar en 2012, oprimirá a los humildes y liquidará las misiones.
La jefa de la AN, Cilia Flores, se mostró preocupada por el futuro de sus rivales, en caso de que Chávez abandone el poder. "Se matarían entre ellos", expresó Flores, quien añadió otro motivo para respaldar la enmienda: el comandante debe seguir hasta que sus detractores resuelvan sus problemas de liderazgo.
A las 3:05 de la tarde, el debate que había arrancado a las 11:50 de la mañana cedió para abrir paso a los chavistas que llevaron hasta la Cámara las cajas con las firmas en apoyo a la enmienda. En representación de esa muestra del "poder popular", la presidenta del Instituto Nacional de la Juventud, María Rosa Jiménez, anunció "a la traición y el imperialismo" que consignaban 4.760.485 rúbricas "por el buche". "Comandante Chávez, amor con amor se paga", manifestó la funcionaria.
Mientras Haydée Machín (PSUV-Miranda) disfrutaba de una arepa y un batido en un rincón del salón de sesiones, Ismael García recordaba que el país reprobó el 2 de diciembre de 2007 la reelección indefinida. García acusó a Chávez de maniatar al Consejo Nacional Electoral y al Tribunal Supremo de Justicia, y señaló que, en esta oportunidad, la "oligarquía oficialista" usó al pueblo como "utilería".
"El pueblo no es actor de este proyecto, lo traen aquí como extra de una película", criticó, tras acotar: "Lo necesario en una democracia es que sus instituciones sean fuertes".
El comunista Oscar Figuera abrazó la idea planteada por el PSUV por tres causas: lealtad con el pueblo, compromiso con la propuesta programática defendida por Chávez y la comprensión de la importancia del liderazgo que encarna el dignatario criollo.
Chance para todos
Aunque ayer votaron a favor del proyecto, Patria para Todos insistió en exigir la reelección indefinida para la totalidad de los cargos escogidos por los ciudadanos. Simón Calzadilla confesó que fueron "sorprendidos con esta propuesta de enmienda". Los azules esperaban que, salvada la contienda del 23 de noviembre, Chávez llamara a revisar las "debilidades" del aparato productivo venezolano. "Ese era el tema esencial, eso afecta nuestra soberanía", agregó. Rechazó los abusos perpetrados desde el poder y cuestionó el sistema electoral, apuntando que atenta contra las minorías.
El primer vicepresidente de la AN, Saúl Ortega, fustigó a PPT y les pidió que reflexionaran. "Llegó la hora de las definiciones", alertó Ortega, quien comparó a Chávez con Mao, líder que -a su juicio- condujo a China hacia la modernidad.
Antes de opinar que el Presidente es "imprescindible" en este momento, Luis Tascón advirtió: "No creo en la adulancia". Luego juró que sí apoyará la enmienda y los pesuvistas le cantaron con sorna: "¡volvió, volvió, volvió, volvió!".
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