"En los comienzos de su presidencia, Chávez parecía casi un predicador: 'Pidamos a Dios ayuda para aceptar nuestras diferencias y unirnos en un diálogo', imploró a sus compatriotas en conflicto en un discurso famoso en 2002. En su lugar lo que los venezolanos consiguieron fue la venganza. El Gobierno está tomando posesión de las propiedades privadas de compañías y granjas. Los sindicatos han sido destruidos. Los opositores políticos son constantemente acosados o bien son procesados por las cortes chavistas. Y ahora después de una década de la supuesta revolución bolivariana, decenas de miles de profesionales venezolanos se han desilusionado", sostiene un extenso artículo de la revista Newsweek, publicado a comienzos de julio, en el que se afirma que artistas, abogados, médicos, gerentes e ingenieros están saliendo del país en bandadas.
Unos 9 mil científicos venezolanos están viviendo actualmente en EEUU, comparado con 6 mil trabajando en Venezuela, señala el texto que asegura que "este éxodo está separando a las familias e interrumpiendo carreras profesionales, pero también está saboteando el futuro del país". "Mientras que muchas naciones del mundo en desarrollo están tratando de atraer a sus expatriados para inyectar y catapultar sus economías en recuperación y unirse a sus democracias en efervescencia, el sangramiento de la capacidad intelectual venezolana está destruyendo las universidades y las mesas de discusión estratégicas "thinktanks", decapitando industrias y acelerando el desorden económico que amenaza destruir uno de los países más ricos del hemisferio", se indica en la publicación. "Olvídense de los minerales, el petróleo y el gas natural, la mayor exportación de la revolución bolivariana es el talento".
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