"Entonces, compañeros militares, no perdamos un día en el cumplimiento de nuestra principal misión: prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es una responsabilidad de todos. Ah ¿Y los escuálidos?. No, no. Los escuálidos son una quinta columna aquí. Sepámoslo, una quinta columna, ellos son apátridas como la oligarquía colombiana, los oligarcas de aquí y andan regados por todos lados".
Nuestro propósito no es evidenciar la ostensible amenaza contra Colombia por parte de Chávez (quien ante el masivo rechazo internacional ahora dice que no dijo lo que dijo) sino detenernos en las descalificaciones ("apátridas", "quinta columna", "escuálidos") que el mandatario dirige a los millones de venezolanos que disentimos de su empeño bélico contra un país hermano, al que nos unen lazos históricos indisolubles e intereses comerciales y sociales, hoy casi destruidos en aras de su obsesión contra "El Imperio" y su defensa de la guerrilla colombiana
Aunque apátrida, "dícese de la persona que carece de nacionalidad", Chávez suele utilizar tan despectivo término como sinónimo de "traidor a la patria", sintagma habitual en su ofensivo y predecible vocabulario. Según sus delirios, los millones de venezolanos que hoy constituimos mayoría (así lo registran las encuestas y la flaca asistencia al simulacro de elección del PSUV, con una inocultable abstención del 78%), somos apátridas y quinta columnas, es decir, estaríamos en contra de Venezuela y al servicio de EEUU y y de Uribe, sólo porque disentimos de la confrontación con dos de nuestros más importantes socios comerciales. El también despectivo "escuálidos" ha sido utilizado por Chávez y sus secuaces para descalificar a los disidentes que durante varios años lucieron "flacos" de apoyo político frente a la robustez popular del malhablado de la República. Fortaleza que, a juzgar por la caída de la popularidad presidencial y el fiasco del simulacro electoral interno, hoy se ha tornado en una irremediable escualidez roja rojita.
Ahora estamos frente a la paradoja de que un Presidente que viola la Constitución al financiar la invasión de Venezuela por 60 mil cubanos a quienes coloca en posiciones de mando político, militar y económico (tal como denuncia el coronel Luis Alfonso Dávila, quien fuera presidente del Congreso por decisión de Chávez y su canciller y ministro de Relaciones Interiores) llama apátridas y traidores a la patria a los ciudadanos que defendemos los intereses de Venezuela en contra de la violación de la soberanía nacional, materializada en la presencia de esos miles de comunistas cubanos y un sinnúmero de iraníes y guerrilleros colombianos. El investigador Antonio Pasquali documenta que decenas de miles de funcionarios cubanos laboran en áreas sensibles de la administración nacional como "cedulación, pasaportes, infraestructura y servicios de telecomunicaciones, extranjería, Fuerzas Armadas, policías, seguridad, espionaje, notarías y registros, puertos y aeropuertos, minería, educación formal e ideológica, salud y deporte".
El Gobierno ve ahora en cada colombiano a un paramilitar y sin embargo no ve a los numerosos guerrilleros de las FARC, del ELN y de FBLN que delinquen libremente en toda Venezuela. El documento "Los tachirenses frente a la irresponsabilidad del presidente Chávez" (El Nacional 15-11-2009) señala que Chávez "está decidido a sacar del poder al gobernador del Táchira, por eso le quita las armas a la policía del estado mientras que en la ciudad y el campo el narcoterrorismo se deleita robando, secuestrando, humillando a nuestros campesinos y asesinando a indefensos ciudadanos. Los hechos evidencian que los subversivos están prestos para combatir al Estado colombiano desde territorio venezolano" (&) "y para lograrlo Chávez necesita un gobernador obediente y genuflexo, como el anterior, que le garantizaba a la narcoguerrilla: territorio, dinero, armas, impunidad, atención médica, logística, propiedades, combustible y seguridad" (&). Chávez no admite al demócrata Pérez Vivas porque mantiene una actitud en defensa de los valores y principios constitucionales".
Si Uribe es un apátrida y un lacayo del imperio por dar cobijo a los mil quinientos norteamericanos que "lucharán contra el narcotráfico" en Colombia, ¿cómo calificaremos a Chávez, responsable de la invasión de su país, Venezuela, por 60 mil cubanos y miles de guerrilleros; de haber regalado más de $ 70 mil millones a sus compinches externos y donado a nicaragüenses, cubanos y bolivianos numerosas plantas eléctricas mientras los venezolanos vamos de apagón en apagón, de duelo en duelo (con 19 mil crímenes concluirá este año), sufrimos de presos políticos, inflación desatada, quiebra financiera y técnica de Pdvsa, del derrumbe moral de la FAN, del cierre de medios y de la corrupción sin límites?
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