Testimonios dados por dos voceros muy distintos dan fe de que la Cuba comunista manda en nuestro país a través de sus militares y espías del G2, por decisión de quien, en vez de gobernar para Venezuela, lo hace para quienes siembran en la isla caribeña el terror y la miseria. Fue inequívoco el tono dominante de Raúl Castro al decir que "Venezuela y Cuba ya son la misma cosa", mientras se despedía de su entrañable Chávez luego de haber asistido al vergonzoso desfile militar del 19-A. Es decir, "ya son la misma cosa" porque ambos gobiernos someten a sus ciudadanos a los dictatoriales caprichos de quienes han creado las condiciones de opresión y miseria que les han permitido eternizarse en el poder y "son la misma cosa" porque ambos dilapidan los recursos de Venezuela para sus trapacerías y delirios comunistas.
El otro testimonio corresponde al general Antonio Rivero, de quien todos guardamos el grato recuerdo de haber sido uno de los pocos funcionarios chavistas -posiblemente el único- capaz, servicial y educado en sus labores como director de Defensa Civil. Atendía a todos por igual y con la misma deferencia trataba a los medios, fuesen públicos o privados. Esta semana Rivero informó que había decidido poner fin a su carrera militar de 25 años "por la presencia e intromisión de militares cubanos en la FAN". Explicó que los cubanos participan en el entrenamiento de las tropas, incluidos los cursos de francotiradores y toman decisiones en áreas tan estratégicas como la inteligencia, armamento, comunicaciones y otras. Subraya críticamente Rivero que "más allá de un intercambio militar, la inclusión de militares cubanos está más allá de lo que debería estar permitido. Están en áreas estratégicas de seguridad de Estado". Cuando discretamente intentó dar su opinión institucional sobre las labores de los cubanos en la FAN, fue removido de su último cargo en la Jefatura del Estado Mayor. Lo dicho con valentía por Rivero nos hace añorar que los militares venezolanos de hoy no actúen como los integrantes de la guardia presidencial de Bolivia, quienes este jueves respondieron con silencio (y no con el "venceremos") al grito provocador de "Patria o muerte" lanzado por Hugo Chávez a su llegada al aeropuerto de Cochabamba para asistir a la conferencia sobre cambio climático.
Mientras Chávez vocifera contra Colombia y EEUU y dice defender nuestra soberanía, los castristas mandan en los registros, notarías, puertos, cuarteles y anillos de seguridad presidencial, a la par que guerrilleros de las FARC y del FBLN se mueven por varias zonas del país. Documentos desclasificados en EEUU dan cuenta de la presencia de paramilitares iraníes en Venezuela. A este paso no nos extrañaría que estén en Fuerte Tiuna los espadachines enviados por Bielorrusia para el desfile del 19-A y puede que hasta los libios.
Aunque nuestro barril promedia $ 70, el dilapidador Chávez recibirá un préstamo de $ 20.200 millones de China, la mitad en yuanes que, por no circular internacionalmente, serán para adquirir chatarra bélica y otros cachivaches chinos, pero a su vencimiento Venezuela tendrá que entregar dólares de sus menguadas reservas. Este préstamo, como los convenios con Rusia que se extenderán por 40 años para explotar la Faja, constituyen la entrega más salvaje de nuestra soberanía, como denuncia Heliodoro Quintero. Así la deuda con China alcanza a más de $ 32 mil millones, dado que del Fondo Chino ya Chávez se gastó $ 12 mil millones recibidos por venta de petróleo a futuro. Hoy nuestra deuda externa sobrepasa los $ 100 mil millones y la interna ha crecido 6.000% respecto a la de 1998. La maula Pdvsa adeuda $ 70 mil millones, ¡y pensar que Chávez ha dilapidado más de $ 960 mil millones y la infraestructura del país está destruida!
Los últimos informes del FMI y del BM revelan que Venezuela es el único país petrolero con su economía en negativo (caída del 2,6% del PIB, e inflación del 30% este año), a diferencia de Rusia, Arabia Saudita o Nigeria que crecerán entre un 4,5% y un 6,8%. La recesión venezolana es endógena (no culpa del Imperio) y nos hermana con Haití, aunque "por ahora" sin terremoto distinto al destructor barinés. La caída del PIB, inflación disparada, crisis eléctrica y el feroz endeudamiento son culpa del Chávez anclado en un modelo generador de pobreza, dependencia y represión, por cuyas alcantarillas se nos va la soberanía política y económica del país. Porque ¿cuál soberanía protegen Chávez y sus militares de uniforme ribeteado en rojo que gritan "Patria socialista o muerte" mientras los cubanos, iraníes, chinos y rusos se apoderan de nuestras riquezas?
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