Quien haya leído "Los juristas del horror", de Ingo Müller, habrá hecho una comparación ineludible: el Poder Judicial en Venezuela se comporta como lo hicieran los juristas alemanes en tiempos del nazismo, cuando cumplían la abominable tarea de dar un barniz de falsa legalidad a los monstruosos caprichos de su Führer. El libro -uno de los de mayor venta en Alemania, Inglaterra y EEUU- demuestra los terribles efectos de una justicia que deja de ser independiente y se pone al servicio de los propósitos destructivos del poder. Además de los millones de asesinados, desplazados, muertos por hambre y enfermedades y de los perseguidos y martirizados, hubo miles de personas inocentes privadas de sus derechos más elementales. Como relata Eduardo Casanova en el prólogo de la edición española, centenares de miles de seres humanos fueron condenados por jueces y fiscales que actuaban, aparentemente, bajo el imperio de la ley. Alemania sufrió horrores con "juristas" politizados, fanáticos convencidos y mentes primitivas, de que en un proceso revolucionario, como lo fue el nacionalsocialista alemán, la justicia se sometía a la voluntad del Führer, quien estaba por "encima del bien y del mal". Subraya Müller que la abyección de los jueces politizados y fanatizados era tal, que uno de los más importantes sostuvo que "el trabajo del juez no debería ser restringido por los principios de seguridad jurídica formalista (... ) si no que, cada vez que fuera necesario, deberían hallar líneas claras a través de las opiniones jurídicas del pueblo que han sido incorporadas por el Führer". ¿Recuerdan las declaraciones de la presidenta del TSJ a favor de la "colaboración" entre poderes y no de su división y autonomía que garantizan el imprescindible contrapeso democrático? Bajo esta visión, el TSJ "colabora" con el Ejecutivo, lo que en la práctica significa obedecer las órdenes del Presidente. De tal "colaboración" surgen sentencias de cárcel para disidentes del régimen sobre quienes, horas antes, habían recaído las amenazas del caudillo.
La sospechosa premura seguida por la AN y el TSJ para despojar de su inmunidad al diputado Wilmer Azuaje (¿habrían hecho lo mismo de no tratarse de un eficaz denunciante de la fortuna de los Chávez en Barinas, quienes antes de llegar HCHF al poder era pobres de solemnidad?), o la detención a Oswaldo Álvarez Paz (OAP) y la captura del presidente de Globovisión, son comparables a las actuaciones de los "juristas del horror". Según narra Ingo Müller, "la prontitud de los tribunales en plegarse a los deseos de sus dueños políticos no se limitaba a los casos penales (... ) En todas las áreas del derecho y en toda clase de tribunales, los opositores genuinos o supuestos del régimen eran privados de sus derechos legales".
Los analistas de la encuestadora Hinterlaces apuntan que "la agenda de escándalos de inspiración cubana se ha puesto en marcha para tapar la crisis y las ineficiencias del gobierno". Por eso la detención de OAP por delitos inexistentes. ¿ Cuáles son las "informaciones falsas" de las que es acusado si esta semana informes de la Comisaría General de la Policía española referidos por el diario El País de Madrid, revelan que "la cooperación del Gobierno de Venezuela con ETA y las FARC denunciada por la Audiencia Nacional llegó al extremo de que los terroristas colombianos, en presencia del Ejecutivo de Hugo Chávez, facilitaron pasaportes de la República Bolivariana a dos etarras desplazados a la selva para impartir cursos sobre armas y explosivos"? Según el testimonio de cuatro ex guerrilleros interrogados por los servicios antiterroristas españoles y reportados por la prensa de ese país, los miembros de ETA se movían sin problemas por territorio venezolano, escoltados por miembros de la FAN, y "se jactaban de sus relaciones con las altas esferas del Gobierno de Caracas". (Reproducido también por El Nuevo País 29-03-2010).
Se ha dicho que la ferocidad de Chávez iría en aumento a medida que perdiese apoyo popular, y así ha sido. Ferocidad inútil porque la caótica realidad generada por la ineptitud y la corrupción "revolucionarias" se impone al terrorismo judicial y a las mentiras oficiales. Tan pronto Chávez dijo que "en Venezuela nadie pasa hambre ahorita" aparece el informe de ONU-Hábitat en el que nuestro país ocupa el cuarto lugar en el continente con mayor desigualdad entre ricos y pobres, pues el 10% más rico recauda 36,8% del dinero y el 30% más rico controla el 65,1% de los recursos, mientras que los más pobres sobreviven con apenas el 0,9% de los recursos del país. Estamos seguros de que ni la Fiscal, ni el TSJ investigarán cuántos de esos ricos son boliburgueses.
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