Con una arrogancia que sus actos cotidianos niegan, Chávez cree tener el monopolio del patriotismo, de la moral y de la ética. Se cree la reencarnación del Pueblo. Jura ser la esencia del más puro nacionalismo. El contacto con los restos de El Libertador seguramente acrecienta esa convicción. De hecho, Chávez se cree Venezuela. Sin embargo, la verdad verdadera es que el teniente-coronel es una contradicción perenne porque siendo un golpista convicto y confeso que intentó derrocar a un Presidente constitucional con las armas que la Patria le había dado en custodia como militar de la República, él llama "golpistas" a quienes quieren sacarlo del poder por vía del voto. Cuando Chávez se siente acorralado por graves problemas causados por su ostensible incapacidad para gobernar o por tan peligrosas obsesiones políticas como sostener que las FARC y el ELN son grupos "revolucionarios" en lucha de guerrillas para " liberar a Colombia" y desde la AN solicita al mundo que los reconozcan, no como los sanguinarios terroristas y narcotraficantes que son, sino como fuerzas beligerantes ("Venezuela limita con las FARC y no con Colombia") comienza el chantaje del que estamos hartos la mayoría de los ciudadanos. A sabiendas de que esos grupos terroristas asesinan, extorsionan y secuestran a miles de venezolanos y utilizan también nuestra geografía para su infernal negocio del narcotráfico, Chávez obvia antipatrióticamente esos hechos y con descaro llama "traidores a la Patria", "apátridas" y "vendidos al Imperio" a quienes, haciendo uso de la libertad de opinar y de disentir, critican la permisividad gubernamental con estos grupos irregulares que se pasean libremente por nuestro territorio.
El ritual de agravios del personaje cuando se siente acorralado y pillado en grave falta, reventó estos días con motivo de las denuncias de Colombia en la OEA sobre la supuesta presencia de 87 campamentos de las FARC en territorio venezolano, en los que estarían acampando 1.500 guerrilleros (todo un ejército de ocupación). El país vecino pidió a la OEA el nombramiento de una comisión verificadora internacional. La reacción de Chávez fue romper relaciones, anuncio que hizo acompañado del desafortunado Maradona y no como exige la institucionalidad en estos casos. Un periodista argentino equiparó el acto como si Obama hubiese estado acompañado de Tiger Woods para anunciar el bombardeo a Irán. Y decimos "desafortunado"¡Oh pava implacable! porque, al regreso, Maradona fue despedido como manager del equipo argentino. Poco después Chávez suspendió su viaje a Cuba porque "era inminente" una invasión colombo-norteamericana a Venezuela, con magnicidio incluido y promesa de cortar el envío de petróleo a EEUU (de ser así el menú nacional ya no será de alimentos descompuestos, sino piedras provistas por "Piedreval").
El chantaje es más fuerte ahora. La MUD dijo sensatamente que no está de acuerdo con la ruptura de relaciones y que a Chávez y Venezuela les conviene aclarar si en nuestro país hay campamentos guerrilleros y que, de existir, no estarían permitidos por el Gobierno. De ahí la necesidad de una comisión verificadora, internacional o nacional, que actúe con la presencia de medios de comunicación y otros veedores. Los gobernadores del Zulia y Táchira asintieron por ser víctimas permanentes de esos grupos irregulares (en Perijá y en el Táchira). Ardió Troya. Chávez los llamó traidores a la patria, vendepatrias, antivenezolanos, etc. Es más, les advirtió que en un escenario de guerra, tomaría medidas contra los gobernadores y alcaldes de oposición, ONG y medios de comunicación.
¿Por qué se irrita tanto Chávez si él mismo admite que los "irregulares han llegado hasta Margarita" y que no importa cuánto se desgañite Uribe y la oposición "apátrida", él patriota excelso, encarnación de Venezuela, "no combatirá militarmente a la guerrilla colombiana"? Es decir, los jefes guerrilleros podrán seguir con su narcotráfico, matando y secuestrando a venezolanos y comiendo tranquilamente cochinillo en la Sierra de Perijá. ¿Para que está la FAN, entonces? ¿Para vender pollos? ¿Para acompañar a los chicos de la ETA hasta los campamentos de las FARC, como reza la documentación del magistrado de la Audiencia Española filtrada a la prensa? ¿Acaso no dice la Constitución que la misión de la FAN es "garantizar la soberanía nacional? ¿Dónde está nuestra soberanía si la guerrilla extorsiona, secuestra y mata en Guasduaslito, El Nula, Perijá, Barinas y Táchira y los 60 mil activistas cubanos, coprotagonistas de la pudrición de los 150 millones de kilos de alimentos que le quitaron al pueblo, controlan puertos, notarías, registros, escuelas, aeropuertos y hasta los cuarteles?
El ritual de agravios del personaje cuando se siente acorralado y pillado en grave falta, reventó estos días con motivo de las denuncias de Colombia en la OEA sobre la supuesta presencia de 87 campamentos de las FARC en territorio venezolano, en los que estarían acampando 1.500 guerrilleros (todo un ejército de ocupación). El país vecino pidió a la OEA el nombramiento de una comisión verificadora internacional. La reacción de Chávez fue romper relaciones, anuncio que hizo acompañado del desafortunado Maradona y no como exige la institucionalidad en estos casos. Un periodista argentino equiparó el acto como si Obama hubiese estado acompañado de Tiger Woods para anunciar el bombardeo a Irán. Y decimos "desafortunado"¡Oh pava implacable! porque, al regreso, Maradona fue despedido como manager del equipo argentino. Poco después Chávez suspendió su viaje a Cuba porque "era inminente" una invasión colombo-norteamericana a Venezuela, con magnicidio incluido y promesa de cortar el envío de petróleo a EEUU (de ser así el menú nacional ya no será de alimentos descompuestos, sino piedras provistas por "Piedreval").
El chantaje es más fuerte ahora. La MUD dijo sensatamente que no está de acuerdo con la ruptura de relaciones y que a Chávez y Venezuela les conviene aclarar si en nuestro país hay campamentos guerrilleros y que, de existir, no estarían permitidos por el Gobierno. De ahí la necesidad de una comisión verificadora, internacional o nacional, que actúe con la presencia de medios de comunicación y otros veedores. Los gobernadores del Zulia y Táchira asintieron por ser víctimas permanentes de esos grupos irregulares (en Perijá y en el Táchira). Ardió Troya. Chávez los llamó traidores a la patria, vendepatrias, antivenezolanos, etc. Es más, les advirtió que en un escenario de guerra, tomaría medidas contra los gobernadores y alcaldes de oposición, ONG y medios de comunicación.
¿Por qué se irrita tanto Chávez si él mismo admite que los "irregulares han llegado hasta Margarita" y que no importa cuánto se desgañite Uribe y la oposición "apátrida", él patriota excelso, encarnación de Venezuela, "no combatirá militarmente a la guerrilla colombiana"? Es decir, los jefes guerrilleros podrán seguir con su narcotráfico, matando y secuestrando a venezolanos y comiendo tranquilamente cochinillo en la Sierra de Perijá. ¿Para que está la FAN, entonces? ¿Para vender pollos? ¿Para acompañar a los chicos de la ETA hasta los campamentos de las FARC, como reza la documentación del magistrado de la Audiencia Española filtrada a la prensa? ¿Acaso no dice la Constitución que la misión de la FAN es "garantizar la soberanía nacional? ¿Dónde está nuestra soberanía si la guerrilla extorsiona, secuestra y mata en Guasduaslito, El Nula, Perijá, Barinas y Táchira y los 60 mil activistas cubanos, coprotagonistas de la pudrición de los 150 millones de kilos de alimentos que le quitaron al pueblo, controlan puertos, notarías, registros, escuelas, aeropuertos y hasta los cuarteles?
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