Aunque Chávez le cogió el gusto a las elecciones ganadas con facilidad porque eran un aval democrático que pronto chocó con su vocación totalitaria, siempre lamentó haber fracasado en los dos fallidos golpes contra CAP. De haber llegado a Miraflores por un golpe militar, no le obligarían ciertos ritos democráticos que son un obstáculo para el ejercicio despótico del poder. Con los consejos de su "padre" Fidel y la ayuda del G2 cubano, montó un simulacro de poderes públicos comandados por rojitos de "patria, socialismo o muerte" que han aplaudido sus decisiones autoritarias, incluso las inconstitucionales. Convocó una Constituyente en la que "arrasó" con un kino creado por quien hoy ha puesto el BCV al servicio de los costosos caprichos presidenciales. Kino que rompió la representación proporcional y se apoderó del 90% de los votos constituyentes. Clausuró el Congreso plural y nombró "a dedo" un congresillo que perfiló, en adelante, el modelo de Poder Legislativo en manos del militar golpista.
Cuando ganaba siempre, Chávez disfrutaba con ser el ejecutor de la "voluntad del pueblo". Cuando perdió el Referendo de D07 para reformar la Carta Magna, no tuvo empacho alguno en ir contra la voluntad popular y ordenar a sus diputados y magistrados, urdir leyes e "interpretaciones constitucionales" que aprobasen lo rechazado en el referendo de D07. Obsesionado con aplicar el comunismo cubano en Venezuela, Chávez convirtió las elecciones parlamentarias del 26S en un plebiscito en el que perdió lo más preciado para él: la mayoría de las dos terceras partes que, con la obscena complicidad de los diputados rojos, le permitió constantes violaciones a la Constitución. Perdió también la mayoría del voto popular: la oposición obtuvo 5.653.836 votos y el Gobierno 5.399.390.
Quienes vieron el ventajismo electoral de Chávez y el comportamiento amenazante de los politizados militares y milicias del Plan República, critican aún más la aberración oficial de cambiar los circuitos electorales donde la disidencia había ganado en elecciones anteriores, a fin de reducir el número de diputados opositores. Que el Gobierno haya "obtenido" 33 diputados más que la oposición teniendo casi 300 mil votos menos, es prueba de que Chávez y el CNE rojito, montaron una trampa que les permitiera dominar la AN sin tener los votos necesarios. "Un voto no es igual a un voto en Venezuela. Hay votos y votos. Votos suculentos -los que recolecta Hugo Chávez- y votos escuálidos, que es precisamente como llama el presidente Chávez a los miembros de la oposición". Si creen que esto es una invención de la prensa colonialista (... ) escribe el periodista Pablo Ordaz de El País de Madrid, "tomen nota del siguiente dato: la oposición logró en Caracas el 47,8% de los votos frente al 47,7% del PSUV. Pues bien, de los siete diputados en juego, Chávez se llevó 6 y la MUD solo uno" ¿Que cómo es posible? Pues cocinando, gracias al poder absoluto que la AN le otorgaba a Hugo Chávez, una reglamentación electoral a la medida justa de sus necesidades. El chavismo reformó la Ley del Sufragio de 2009 y de tal reforma resultó, por ejemplo, que en un Estado poco poblado que ellos controlan, un diputado se elige con apenas 20 mil votos, en cambio en el opositor estado Zulia, un diputado requiere 400 mil votos. En Mérida el PSUV se lleva 4 de los 6 diputados, aunque apenas obtuvo el 48,7% de los votos contra el 50,04% de la oposición". Concluye El País que las reformas electorales "constituyen un traje a la medida, 'un chaleco antibalas' para el poder de Chávez".
Monta en cólera Chávez contra la periodista Andreína Flores, porque luego del largo soliloquio cantinflérico ante los corresponsales extranjeros tratando de convencerlos de que había ganado las parlamentarias, ella hace la única pregunta posible: "es difícil entender que habiendo obtenido casi el mismo número de votos, la oposición haya alcanzado 33 escaños menos que el PSUV. Me pregunto si la redistribución de los circuitos electorales se hizo con la intención de favorecer al partido, o que quizá el voto del mismo vale por dos". La torpe y brutal respuesta de Chávez ha recorrido el mundo y sirvió para refrendar su derrota. Andreína recibió el apoyo de sus empleadores y de los periodistas nacionales y extranjeros.
A juzgar por lo que anuncian sus focas (una Ley Habilitante y nombramiento de 43 magistrados del TSJ más rojitos aún que los salientes) Chávez no está dispuesto a seguir la reciente advertencia del Dr. Maza Zavala: "Si el Presidente quiere ser candidato en 2012, debe rectificar". Como el toro cuando recibe una estocada mortal, Chávez embiste contra opositores, empresarios y hasta contra el mismísimo pueblo, como si la derrota del 26S nunca hubiera ocurrido. "Es mi naturaleza", dijo el escorpión.
Cuando ganaba siempre, Chávez disfrutaba con ser el ejecutor de la "voluntad del pueblo". Cuando perdió el Referendo de D07 para reformar la Carta Magna, no tuvo empacho alguno en ir contra la voluntad popular y ordenar a sus diputados y magistrados, urdir leyes e "interpretaciones constitucionales" que aprobasen lo rechazado en el referendo de D07. Obsesionado con aplicar el comunismo cubano en Venezuela, Chávez convirtió las elecciones parlamentarias del 26S en un plebiscito en el que perdió lo más preciado para él: la mayoría de las dos terceras partes que, con la obscena complicidad de los diputados rojos, le permitió constantes violaciones a la Constitución. Perdió también la mayoría del voto popular: la oposición obtuvo 5.653.836 votos y el Gobierno 5.399.390.
Quienes vieron el ventajismo electoral de Chávez y el comportamiento amenazante de los politizados militares y milicias del Plan República, critican aún más la aberración oficial de cambiar los circuitos electorales donde la disidencia había ganado en elecciones anteriores, a fin de reducir el número de diputados opositores. Que el Gobierno haya "obtenido" 33 diputados más que la oposición teniendo casi 300 mil votos menos, es prueba de que Chávez y el CNE rojito, montaron una trampa que les permitiera dominar la AN sin tener los votos necesarios. "Un voto no es igual a un voto en Venezuela. Hay votos y votos. Votos suculentos -los que recolecta Hugo Chávez- y votos escuálidos, que es precisamente como llama el presidente Chávez a los miembros de la oposición". Si creen que esto es una invención de la prensa colonialista (... ) escribe el periodista Pablo Ordaz de El País de Madrid, "tomen nota del siguiente dato: la oposición logró en Caracas el 47,8% de los votos frente al 47,7% del PSUV. Pues bien, de los siete diputados en juego, Chávez se llevó 6 y la MUD solo uno" ¿Que cómo es posible? Pues cocinando, gracias al poder absoluto que la AN le otorgaba a Hugo Chávez, una reglamentación electoral a la medida justa de sus necesidades. El chavismo reformó la Ley del Sufragio de 2009 y de tal reforma resultó, por ejemplo, que en un Estado poco poblado que ellos controlan, un diputado se elige con apenas 20 mil votos, en cambio en el opositor estado Zulia, un diputado requiere 400 mil votos. En Mérida el PSUV se lleva 4 de los 6 diputados, aunque apenas obtuvo el 48,7% de los votos contra el 50,04% de la oposición". Concluye El País que las reformas electorales "constituyen un traje a la medida, 'un chaleco antibalas' para el poder de Chávez".
Monta en cólera Chávez contra la periodista Andreína Flores, porque luego del largo soliloquio cantinflérico ante los corresponsales extranjeros tratando de convencerlos de que había ganado las parlamentarias, ella hace la única pregunta posible: "es difícil entender que habiendo obtenido casi el mismo número de votos, la oposición haya alcanzado 33 escaños menos que el PSUV. Me pregunto si la redistribución de los circuitos electorales se hizo con la intención de favorecer al partido, o que quizá el voto del mismo vale por dos". La torpe y brutal respuesta de Chávez ha recorrido el mundo y sirvió para refrendar su derrota. Andreína recibió el apoyo de sus empleadores y de los periodistas nacionales y extranjeros.
A juzgar por lo que anuncian sus focas (una Ley Habilitante y nombramiento de 43 magistrados del TSJ más rojitos aún que los salientes) Chávez no está dispuesto a seguir la reciente advertencia del Dr. Maza Zavala: "Si el Presidente quiere ser candidato en 2012, debe rectificar". Como el toro cuando recibe una estocada mortal, Chávez embiste contra opositores, empresarios y hasta contra el mismísimo pueblo, como si la derrota del 26S nunca hubiera ocurrido. "Es mi naturaleza", dijo el escorpión.
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