Hoy me he pasado la mañana mirando mi cédula de identidad. No la he
visto con detenimiento desde que me la saqué por primera vez a los nueve
años. Ese acto marcó mi vida pues no solo me dio un número de
identificación, también me obligó a meterme una cartera en el bolsillo
trasero de mi pantalón. La ciudadanía hace eso, te regala identidad y
una nalga más acolchada que la otra.
Miro el papel plastificado y solo pienso en una cosa: Dios qué sexy es
mi huella dactilar. Veo mi foto y confirmo que no es casualidad que el
“SOLTERO” vaya en mayúsculas. Compruebo mis nombres, mi fecha de
nacimiento y opino que mi firma es más de autógrafo que la del director
del SAIME. Sí, todo está normal, hasta la identificación del país al
cual pertenezco y más abajo la nacionalidad que ostento. “VENEZOLANO”,
dice, así en letras negritas como para que no se me olvide jamás.
Volteo la cédula para ver si por ahí está lo que busco pero no encuentro
nada (mentira, hay una calcomanía de Badtz-Maru que me pegó mi sobrina y
me parece lo máximo). La pongo a contraluz para ver si hay una marca de
agua, un holograma o algún mensaje oculto que excitaría a John Nash.
Pero nada sale. En mi cedula de identidad no dice que yo soy chavista.
En el aniversario de la Batalla de Carabobo, el Presidente de mi país
dijo: “si no es chavista, no es venezolano”. Una frase que no la inventó
él aunque manda a gente como yo a sacar su cédula. Hace dos mil años
Jesús patentó el cartelón que dice: “el que no está conmigo, está en mi
contra”. Luego inventaron el micrófono y Lenin lo aprovechó para gritar:
“cada hombre debe elegir si está de nuestro lado o en el otro lado”. Y
en una galaxia muy, muy lejos de aquí, Darth Vader se lanzó entre
alientos: “si no estás conmigo, entonces sois mi enemigo”. En
conclusión, el Presidente es medio copioneto pero se le perdona porque
La Guerra de las Galaxias tiene una cita pa’ todo.
Esa frase me inquieta. Si mi cédula dice que soy venezolano pero el
Presidente dice que no lo soy porque no creo en el chavismo, ¿quién
tiene la razón? Me voy a la Constitución para que me aclare la pregunta
pero entre la maraña de “serán venezolanos y venezolanas los y las
nacidos y nacidas dentro y dentra del territorio y territoria”, ¿quién
entiende si ahí dice que hay que ser chavista y chavisto también?
Decido darle el beneficio de la duda al Presidente por un momento. Está
bien, como no soy chavista no soy venezolano. Pero si eso es así, creo
que me tiene que aclarar algo que no entiendo: ¿de dónde soy entonces?
Yo tengo un acta de nacimiento, una cédula de identidad, una licencia de
conducir y un pasaporte que dicen “Venezuela” por todas partes. Pero si
eso no queda en la misma Venezuela que se profesa chavista, entonces yo
estoy perdido.
El problema con una frase como esa es que no da una dirección. No es
como cuando la gente te dice: “No mi rey, usted está en el piso 8. Tiene
que subir al piso 9 pero suba al 10 y baje porque el ascensor está
malo”. Ahí yo sé como es la guarandinga. Pero si el Presidente no se
lanza una de P. Sherman, Calle Wallaby 42, Sydney, si aquí no hay una
Oficina del Ministerio del Poder Popular para la Gente Desubicada,
entonces yo tengo que asumir que soy venezolano y quepo en este país a
pesar de no ser chavista.
Espero que las palabras dichas por el Presidente se las lleve el viento.
No solo porque nadie me puede decir cómo debo pensar, sino porque en
verdad no tengo a donde ir. Mi familia llegó a Venezuela cuando los
Aeroexpreso Ejecutivos se manejaban a lo Picapiedra. Me entiendo con la
gente que dice “buenas” y me encanta vivir en un sitio donde solo uso
suéter cuando Pacheco me sigue en Twitter. No tengo problemas con una
Constitución Nacional que valora el pluralismo político y la democracia
por igual. Si yo creo en todo eso, Presidente, ¿cuál es su problema con
que yo me niegue a usar su apellido?
No quiero ser chavista, ni tampoco caprilista o norkisbatista. Yo solo
quiero ser lo que dice mi cédula: “venezolano”. Y odiaría pensar que un
día me digan que si no acepto las condiciones de un partido me tenga que
largar de Venezuela. Me moriría tener que entregar mi cédula de
identidad en una puerta de embarque y decir afuera que vengo de la Nada
solo porque un Presidente decidió que yo no tengo nacionalidad. Lo que
quiero es contar con un mandatario que diga “tú eres tan venezolano como
yo”. Porque eso es lo que hacen los líderes modernos, incluyen por
sobre todas las cosas a todo aquel que llame a una nación su país. Sin
importar cómo piense.-
Toto Aguerrevere – @totoaguerrevere
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