27 marzo 2007

La construcción del Socialismo Siglo XXI

¿Es posible construir el llamado Socialismo Siglo XXI? Hasta el presente nos han vendido lo que no es socialismo, lo cual era de esperar en un equipo experto en demoliciones, pero chapucero en la construcción. Son notorios los ejemplos de destrucción, tales como PDVSA, Fuerza Armada, Banco Central, Cancillería, Comisión de Fronteras, para citar algunos. El único ejemplo de construcción es el SENIAT, por lo que es lamentable que lo utilicen como medio de persecución política y no veamos el fruto de lo recaudado. Para construir se requiere recursos económicos, un estudio de suelos, buenos arquitectos, ingenieros, maestros de obra y obreros calificados. En la construcción del Socialismo Siglo XXI el primer escollo está en que no existe una buena base de sustentación. Hasta ahora, un grupo de pensadores colocó en una mezcladora ideas de Marx, Lenin, Bolívar, Simón Rodríguez, Dietrich, Ceresole, Hoenecker; esta mezcla la aderezaron con dosis de "nuestra realidad" y de "compromiso con la muerte". Como quiera que hasta ahora nos han dicho que la construcción no será con ideas predeterminadas, sino por el método de prueba y error, el cual es válido, pero muy costoso, es lógico que periódicamente estén tomando una muestra de la mezcla para someterla a consideración de los ciudadanos. Estas primeras muestras indican, según pregonan sus analistas, que el Socialismo Siglo XXI no es marxista-leninista, no es capitalismo de estado, no es democracia participativa, no es totalitarismo, tampoco es armamentista, ni unipartidista, rechaza el vil dinero y no entra en la discusión entre estado y mercado, pero establece que el valor de las cosas debe estar determinado por la cantidad de trabajo para producirlas y no por la oferta y la demanda. Al parecer los ideólogos tienen claro lo que NO es el Socialismo criollo. En el aspecto constructivo solo mencionan que se busca darle más poder a la gente a través de la democracia participativa y protagónica, identificación de nuevas relaciones sociales de producción y satisfacción de las necesidades reales de la población.

Lo poco que nos han dicho permite visualizar que la construcción está condenada a desmoronarse. Sin embargo, por gracia de argumentación, aceptemos como hipótesis la buena intención de los constructores y en un esfuerzo por ayudarlos nos permitimos hacerles notar que están incluyendo elementos ideológicos incompatibles y que, además de los "comprometidos con la muerte", requerirán de gente comprometida con la vida. Se nos ocurren muchas otras, pero la razón fundamental por la cual el proyecto de socialismo no es viable se debe a la imposibilidad de terminar algo que sufre modificaciones con las ocurrencias que se anuncian casi a diario en Aló Presidente. Entiendan los ilusos constructores que cuando en la manada hay un macho dominante no es posible ninguna desobediencia. Por ello, la recomendación es que si queremos construir una sociedad diferente pero plural, en lo cual todos estamos de acuerdo, debemos desplazar a ese macho dominante y adoptar una toma de decisiones que logre cierto consenso, aunque el mismo no necesariamente debe ser unánime.

Eddie A. Ramirez S.

eddiearamirez@hotmail.com

El Universal

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