Aquellas personas que piensan que la amenaza de cierre a RCTV se puede reducir tan solo a decir que ese es un problema personal entre Hugo Chávez y Marcel Granier y que a ellos en nada les importa esa situación están totalmente cegados ante lo que les afectará en lo personal dicha medida de ser ejecutada el próximo 27 de mayo.
El cierre de RCTV sería un paso más dentro del objetivo de Chávez de gobernar un país con un solo pensamiento y con una sola visión: la suya.
El rechazo al cierre del canal viene de chavistas y no chavistas, jóvenes y viejos, derecha e izquierda, pobres y clase media, empleados y empresarios, artistas y soldados que lo que buscan es una televisión de entretenimiento como la que ha hecho Radio Caracas Televisión en sus 53 años de existencia.
Estas personas no quieren que el canal 2, como se le conoce popularmente, se convierta en otro canal 8 que cumple a la perfección con el rol de canal de propaganda del gobierno pero que no cumple con su responsabilidad de canal del Estado venezolano para lo cual fue fundado como lo es el servir a todos los venezolanos.
Un eventual cierre a RCTV descalabraría la industria de la televisión al no permitir que todos los sectores de la vida nacional tengan una tribuna para sus opiniones y denuncias por lo que si usted es de las personas que disienten de la gestión gubernamental no podrá expresarse por ningún medio. Se perjudicarían los publicistas, los empresarios o cualquiera que quiera anunciar sus productos o servicios en televisión porque se cierra una ventana por la cual, a diario, se asoma más del 50 por ciento de la población venezolana.
Se perjudicarían comerciantes y proveedores de servicios que en términos absolutos son más de 5.000 personas y familias que viven de prestar sus servicios a RCTV así como sus 3.000 empleados y familias.
Si se cierra RCTV los venezolanos perderán la opción de elegir qué ver y hasta cómo divertirse estará controlado por Chávez.
Eduardo Sapene
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