Es un bicho peludo. Capo de todos los capos. Mano negra. Monstruo diabólico. Instigador. Sin ética. Falto de principios y valores. Apóstata. Terrorista enmascarado. Magnicida. Hediondo a azufre. Genocida. Neoliberal salvaje. Desquiciado.
Todavía quedan en el séptico fundamentalista muchos agravios por eructar. Irán saliendo. En distintas magnitudes y circunstancias. Serán excusas. Pretender tapar el sol con un dedo. La retahíla siempre será escapismo del más burdo. Potes de humo para enmascarar el caos reinate. La avalancha que se avecina. El deterioro aviva el malestar del "soberano" cerro arriba, quebrada abajo, barrio adentro.
Más allá de los linderos patrios, al fin, se están aclarando los sentidos de algunos personeros e instituciones. Hay pronunciamientos. Les alarma la intolerancia, el autoritarismo. Otros prefieren hacerse la vista gorda. Esperan lo suyo. Porque sigue habiendo para repartir a pesar de la abrupta caída de las reservas internacionales.
Cada día se profundiza más la crisis dentro y fuera del "proceso". Gana terreno el escepticismo. Las dudas se apoderan de propios y extraños. En paralelo crece la disidencia interna. Aumentan las contradicciones. Las pugnas entre ellos ya no son dialécticas. Son batallas por empleo, comida, vivienda, etc. También se esmoñan por el billete. Las trompadas, cuando no los tiros, están a la orden del día. ¿Hacia dónde va esto? ¿Es viable? ¿Es la panacea el socialismo del siglo XXII? ¿O sólo es el mito para sostener al caudillo en el poder? De nuevo se murmura sobre el futuro sin el prócer. La insatisfacción en los cuadros populares es asimétrica a la incertidumbre en las filas oficialistas.
El fracaso del "proyecto" y sus consecuencias es irreversible. La farsa mediante el discurso efectista y populista la contradicen los hechos. No hay progreso, ni bienestar, ni seguridad, ni mejores condiciones de vida. No hay más oportunidades para el común. Sólo para la boliburguesía regente. Arrean al país con ficciones y patrañas. No existe la tal nacionalización. El último templete resultó una operación mercantilista mediante la cual se le compraron las acciones a los tenedores extranjeros. Lo fueron también los pactos anteriores con otras transnacionales. Sainetes que derivaron en una fuga de divisas. Aproximadamente ocho mil millones de las reservas internacionales hacia los bancos del Imperio.
Alegan los dueños del caos que el autor del mismo es el Imperio. La CIA, el FBI, el BM y el FMI. ¿Estarán implicados también la NBA, la NFL, la MLB y la AMB? ¡Sabrá Dios! El hecho es que cada vez hay más escasez, inflación, inseguridad, deterioro y menos libertades públicas y derechos fundamentales. La revolución, ciertamente, marcha sobre ruedas. Rauda. El drama es que en sentido contrario, a la misma velocidad, se desplaza el desastre.
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